«Mientras enseñamos, aprendemos», dijo el filósofo romano Séneca.
Científicos están trayendo esta antigua sabiduría a la actualidad, documentando por qué enseñar es una manera tan fructífera de aprender, y diseñando innovadores caminos para introducirla en los sistemas educativos. Está comprobado que no sabemos realmente algo hasta que no tenemos que enseñarlo.
Éste es un concepto que adquiere cada vez más fuerza en los sistemas educativos en general y en todo lo académico. Diversos estudios han demostrado que la simple expectación de tener que enseñar cierta información hace que la aprendamos más eficazmente. Uno de estos estudios, realizado por la UCLA, enseñó que los participantes que creían que iban a ser “profesores” de otros superaron a los del grupo que pensaba que sólo iba a ser “alumno”. Retuvieron más información y con más exactitud, su forma de recabar material fue más eficientemente estructurada. Los investigadores sugieren que esperar enseñar puede dirigir a los estudiantes a poner más atención a los detalles del pasaje y adoptar particularmente estrategias efectivas de enseñanza que les ayudarían a enseñar más eficazmente.
El esperar enseñar a otros demanda una comprensión más profunda y prestamos más atención a la información a transmitir que lo que lo hace la expectación de ser evaluados acerca de esa información. Si queremos que un estudiante se anime a aprender y ponga atención al material, dándole la oportunidad de enseñarlo a otros haremos que lo aprenda con más detalle y profundidad, fomentando así su aprendizaje.
En un ingenioso programa de la Universidad de Pennsylvania se involucra a estudiantes universitarios para enseñar informática a estudiantes de secundaria, quienes por turno instruyen a estudiantes de escuela media en el mismo tema. La herramienta creada más avanzada es la creación de un “agente enseñable”, un carácter computerizado que aprende, prueba, comete errores y pregunta cuestiones como lo haría un alumno real. Ingenieros e informáticos de la Universidad de Standford y Vanderbilt han creado una figura animada llamada “el cerebro de Betty”, instruida en ciencias medioambientales por cientos de estudiantes de escuela media. Aunque las interacciones de los usuarios con Betty son virtuales, aparecen impulsos sociales que resultan del aprendizaje a través de la enseñanza.
Estudiantes “profesores” son motivados a enseñar el material a Betty, por lo que lo estudian más conscientemente: se preparan para enseñar y organizan su pensamiento, mejorando su propia comprensión del tema, además de identificar huecos y errores en su propio conocimiento. Las preguntas del alumno obligan a los profesores a pensar y explicar el material de distintas formas. Instalar una expectación para enseñar parece ser una sencilla intervención que potencia la eficacia del aprendizaje.
Las expectativas de los aprendices sobre cómo serán evaluados pueden producir efectos tanto cuantitativos como cualitativos en el posterior rendimiento de la memoria.
El enseñar nos permite comprender la información con más profundidad. Si unos alumnos se enseñan a otros, verán favorecido no sólo su aprendizaje, sino también componentes sociales, motivacionales y de autoestima.
Quien enseña ha de transformar en mensajes coherentes y adecuados a su alumno, lo que le “obliga” a comprometerse en la construcción reflexiva de ese conocimiento, reconociendo lagunas, tanto en él mismo como en se alumno. Preguntar al enseñado y responder a sus preguntas le hace pensar e informarse detalladamente sobre el tema y no limitarse simplemente a transmitir información.
El aprendizaje durante la enseñanza procura diferentes beneficios: observar el aprendizaje y observarse a sí mismo enseñando, lo que implica reorganizar y tomar conciencia del conocimiento; escuchar al aprendiz y descubrir procedimientos y dudas; experimentar con nuevos métodos de trabajo para amplificar el aprendizaje.
Referencias:
http://www.bulletproofmusician.com “Help Your Student Really Learn Something by Making Them the Teacher”
http://aprendizajehumano.blogspot.ch/2005/12/aprender-enseando.html
http://ideas.time.com/2011/11/30/the-protege-effect/
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