El reciente lanzamiento de la película Yesterday, una película acerca de un músico que descubre un día que es la única persona en el mundo que recuerda a los Beatles, es un punto de inicio interesante para estudiar el catálogo musical en la era del streaming.
El catálogo de la música (la música que tiene más de 24 meses de antigüedad), era la palanca de dinero más grande en la industria de la música durante la época del CD en adelante, donde los productos de gran margen y el monopolio de la distribución significaban que las ganancias podían ser altísimas. Ciertamente, tal vez el epitome de esta era, era la compilación 1 de Los Beatles, lanzada en el año 2000 sin música nueva, pero que aun así logró vender cerca de 31 millones de copias.
Pero esos días se fueron, y ahora la opción de las compilaciones sin música nueva que ofrecer no es viable en esta era del streaming, donde todo el contenido es fácilmente accesible. Las discográficas aún están tratando de descubrir cómo hacer que los catálogos se sigan manteniendo en escena.
El catálogo de Queen por ejemplo ha disfrutado de una buena remuneración después del lanzamiento de Bohemian Rhapsody, al igual que lo ha hecho Elton John tras el lanzamiento de Rocketman. Si bien es cierto que no es una película biográfica, el lanzamiento de Yesterday es otro caso a estudiar para poner a prueba la teoría de cómo funcionan los catálogos en la era post-streaming.
La cuestión del catálogo puede ser definida en términos de retorno de inversión que un artista popular ya tenga, mientras que las ganancias tienen tendencia a ser menores que artista en auge. No obstante, el cambio en el modelo de descubrimiento significa que las siguientes situaciones podrían ocurrir en el futuro del catálogo:
– El marco para el descubrimiento del catálogo ha cambiado: En la era de la escasez musical, muchas personas escuchaban canciones más viejas gracias a los recopilatorios que tenían sus padres. Los artistas clásicos también pudieron ver el renacimiento de sus carreras, debido a una escasez mediática, tal y como pasó con The Monkees, quienes tuvieron un show en los ochentas y pudieron llevar un tour de reunión.
Ahora, considera que los jóvenes no están creciendo en ese contexto; ya sus padres no tienen ninguna de esas canciones en casa, y ahora tienen acceso a todo – ya no existe el límite de la música en casa. Pueden ir más allá y descubrir lo que ellos quieran, y actualmente existe mucha más música que nunca, teniendo también música creada en base a la demografía.
Estos jóvenes consumidores tienen muy poca motivación para regresar al catálogo. También están creciendo en un mundo donde su atención es solicitada por todo, desde Snapchat, Netflix, Youtube… Antes de 1980, la música solía ser la única forma de entretenimiento bajo demanda en los hogares, cuando la televisión aún era local y el vídeo casero y los sistemas de juego aún no eran muy populares.
Eso sin mencionar que la música ya no posee el mismo valor emocional que antes, pero sí tiene una mayor competencia para captar la atención. Ahora que el streaming monetiza directamente la atención y el consumo más allá que las ventas, esta es una distinción crucial para tener oportunidades de ganancias. Las discográficas esperan que películas como Yesterday provean el mismo impulso para el streaming que como ocurría con las compilaciones.
– La mezcla de ventas y radio del streaming favorece la primera línea: Dado que la industria de la música ha cambiado su percepción de la opción de Spotify con anuncios, y siendo que ahora está viendo el medio como un reemplazo para la radio más que algo que canibaliza las ventas, los ingresos generados por anuncios están ahora en una buena posición. Si bien es cierto que los anuncios se suelen quedar por detrás de la adopción del consumidor – especialmente en mercados emergentes– están, en su nivel más básico, diseñados para captar la atención de aquellas personas que los publicitarios creen que son los destinatarios de su producto o servicio. Ahora que esos ingresos van a estar fluyendo hacia la música y el podcast a través de los servicios de streaming, aquellos que se van a ver beneficiados son todos los que puedan capturar la atención de su audiencia.
A medida que el streaming va cambiando para parecerse mucho más a la radio, puedes esperar que la primera línea sea la principal beneficiaria. Los éxitos se han convertido en mayores conseguidores de dinero, pero gran parte del catálogo no tendrá la misma suerte – con excepción de los mega-éxitos.
– Las listas de reproducción más populares hacen énfasis en lo nuevo: con las listas de reproducción surgiendo como el punto principal del streaming, no es de sorprenderse que cuando observamos las canciones más reproducidas de Spotify nos encontramos que hay un flujo desproporcionado hacia la música lanzada de forma reciente.
En conjunto con la ausencia de anuncios y la posibilidad de reproducir sin internet, toda la música nueva es una de las proposiciones centrales del streaming de pago. Lo nuevo también es impulsado debido a las listas de reproducción, las cuales sirven con un propósito promocional para las nuevas obras, a diferencia de las funciones retrospectivas que se creen que tienen.
Esto se demuestra con el hecho de que el 13% de todas las canciones de la lista Today Top Hits fueron añadidas a la lista el día del estreno. Algo que pone de manifiesto que a novedad es algo sumamente importante. En una industria que ha impulsado de manera histórica los recopilatorios de hits a través de la monetización de sus catálogos de éxito, esto tiene fuertes implicaciones para las discográficas si ya no pueden depender de los ingresos de los catálogos anteriormente lanzados.
Por todo lo anterior, Yesterday es un caso de estudio interesante.
¿Acaso nos estamos dirigiendo hacia un camino donde se pueda conseguir financiación a través de películas de música (¿ganancias compartidas de lo que no se obtiene del streaming?), ¿o es que las tendencias de consumo de streaming están demasiado alejadas como para favorecer los catálogos?
Tal vez haga falta mucho más que una película biográfica para que los catálogos alcancen su vieja gloria.
Fuente: www.midiaresearch.com