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Relación de la Música y la Religión

musica y religion

La música y la religión están fuertemente vinculadas en una relación donde ambas son complejas, diversas y difíciles de definir.

Los creyentes religiosos han escuchado a la música como la voz de los dioses y la cacofonía de los demonios, la han adorado como la forma más pura de espiritualidad, y la han condenado como la depravación sensual máxima; con igual entusiasmo, ellos han promovido su uso en adoración al mismo tiempo que se esfuerzan de erradicarla tanto de la vida religiosa como de la secular.

Como no es un fenómeno neutral, la música logra tener un valor muy positivo o negativo que refleja su importancia universal en la esfera religiosa.  Sin embargo, esta importancia – la cual tal vez es difícil de apreciar para los occidentales post-revolución industrial que están acostumbrados a reducir la música a un aspecto secundario del “arte”, “entretenimiento”, y de vez en cuando, a música “religiosa” aislada detrás de los muros de los santuarios – logra ser persistente en todos los casos.

Los “textos” religiosos han sido cantados, no escritos, a lo largo de gran parte de la historia humana, y el comportamiento religioso ha encontrado una articulación musical en casi cualquier tradición religiosa. Los sacerdotes Navajos son “cantantes”, los principales predicadores de la religión tradicional de los singaleses son tamboristas y bailarines, y los chamanes del norte de Eurasia y del Centro de Asia utilizan la música como su medio principal de contacto con el mundo espiritual.

A lo largo del tiempo, los sacerdotes, monjes, y otros especialistas han cantado en las misas cristianas, en los pūjās budistas, en las oraciones Islámicas, en los sacrificios hindúes, y otras ceremonias que forman la base de experiencias religiosas organizadas en las religiones más grandes del mundo.

Los valores, usos y formas de la música religiosa son tan diversos y propios de la cultura como las tradiciones religiosas en las que se basan. La música litúrgica cristiana suele ser tan característicamente “europea” como lo “india” que es la música devocional Hindú; ambas utilizan sonidos, formas e instrumentos provenientes de sus respectivas culturas y han contribuido en gran medida a la vida musical de sus propias regiones. Aun así, la música, al igual que la religión, puede trascender los límites culturales. Por ejemplo, los sistemas musicales religiosos de Etiopia y el Tíbet difieren tanto de las músicas seculares de sus propias culturas como de las músicas provenientes de países extranjeros.

Los sistemas musicales religiosos también pueden extenderse más allá de los límites culturales. El Islam, por ejemplo, ha creado vínculos musicales a lo largo de las regiones de Asia y África, y las tradiciones norteamericanas como la Danza de Los Espíritus y el culto peyote han creado puentes musicales entre grupos étnicos muy diversos.

Otras tradiciones musicales religiosas interculturales incluyen al judaísmo, el cristianismo, el hinduismo, el budismo, y la música de posesión latinoamericana y de África occidental.

Casos adicionales podrían incluir (1) el tamboreo y canto de los chamanes de Asia, tal vez constituyendo una tradición relacionada que se extiende desde Escandinavia hasta el Himalaya, y posiblemente llegando incluso hasta las Américas; (2) las canciones épicas, basadas en las recombinaciones improvisadas de segmentos de canciones tradicionales provenientes de Asia Central y Europa Occidental; (3) los arreglos del bong de bronce, asociado con simbolismo y funciones cosmológicas y calendáricas, provenientes del sudeste de Asia; (4) tal vez los antiguos cantos de sacrificios, vinculados a los sistemas modales desarrollados en tetracordios, provenientes de las personas Indo-europeas, extendiéndose desde la India hasta Grecia; y (5), una mayor conexión entre las concepciones de música que existen en China, India y Grecia como una manifestación de las leyes matemáticas y cosmológicas universales.

Aun así, a pesar de su ocurrencia universal, la diversidad es la característica más resaltante de la música religiosa, incluso en grandes tradiciones religiosas interculturales.

La música cristiana por ejemplo, incluye no sólo cantos gregorianos, misas palestinas, himnos de protestantes y oratorios de Bach, sino que también incluye los resonantes bajos del coro ruso ortodoxo, las intricadas melodías del canto greco ortodoxo y la percusión que acompañaba las danzas de la adoración Copta.

En la era post-colonial se incluyen los ritmos de la África Occidental y las sonoridades metálicas de la orquesta javanesa, además del ritmo y los tonos electrónicos de las bandas de rock.

La música hindú tenía como objetivo ayudar a alcanzar el estado de meditación sam adhi, para lo cual puede utilizar sonidos no indios de los instrumentos de bronce indonesios. La diversidad musical en sus contextos religiosos y culturales va a ser tratada en otros artículos. Aquí vamos a discutir de algunos fenómenos y problemas religiosos y culturales comunes.

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