Mis clientes cantantes saben que, en la Escuela de técnica vocal VAU, los ejercicios vocales son uno de los pilares de la formación técnica que ofrecemos.
Estos se llevan prácticamente la mitad de la clase, aunque depende del día, del objetivo de la sesión y del ánimo que tengamos.
A veces escucho:
“Lo que siempre puedo hacer bien en los ejercicios, luego nunca lo puedo hacer en la puñetera canción.”
Seguido de un “¡¡¡AAARRRGGGG!!!”
¿Te suena familiar?
Pero entonces… si los ejercicios vocales son tan importantes, ¿porqué ocurre esto con tanta frecuencia?
Pues seguramente porque existe un mito que dice que hacer ejercicios vocales te hará cantar mejor.
Pero nos olvidamos de que existe siempre un lado perceptivo en el aprendizaje de una habilidad, y si nos centramos en los ejercicios nada más, no lo estaremos teniendo en cuenta.
Muchos cantantes frustrados necesitan ayuda ahí.
Perceptivo significa:
Relacionado con la habilidad de interpretar o ser consciente de algo a través de los sentidos.
Sí, es cierto: hacer ejercicios vocales como si fuera ir al gimnasio ejercita nuestros músculos; pero esos músculos necesitamos aprender a coordinarlos de forma elegante y efectiva por nuestro cerebro, para ser de alguna utilidad real. Y es aquí cuando el cantante frustrado se encontró con el muro de mirar sólo un lado del poliedro.
¿Por qué pasa esto? Pues porque cuando hablamos de la voz cantada, nosotros como instrumentistas no podemos ver o incluso a veces incluso sentir de forma precisa cómo opera nuestro instrumento vocal, y esto representa un problema y una desventaja respecto a instrumentistas de piano, guitarra…
¿Cómo controlamos algo tan desconectado de nuestro control consciente?
Por desgracia no podemos mover nuestras cuerdas vocales como podríamos mover un brazo o un dedo si fuéramos pianistas, con total intención. Tenemos que acceder a nuestro instrumento desde diferentes sentidos en lugar de algo tan directo como eso.
Esto puede incluir: vibración en el cuerpo, sonido y registros de audio, o imaginería que podemos crear. Muchos, MUCHOS cantantes se las han ingeniado para conseguir hacerlo GENIAL y con salud, sin apenas ejercicios vocales, así que no podemos desechar la importancia de esto.
Volvamos al caso del pianista; si queremos mover un dedo para tocar una tecla de un piano, simplemente lo movemos con total intención. Difícilmente la imaginería aquí o cualquier otro sentido es necesario.
(Pero aquí también podríamos abrir un debate respecto a la interpretación.)
Qué Hacer
Si eres cantante y te sientes confiado con tus ejercicios vocales, pero no ves mucho avance en tu canto, pregúntate lo siguiente:
a) ¿Estoy recibiendo verdadera y atentamente la información sensorial que fomenta esta escala (como colocación, nivel de esfuerzo, o sentido de fluidez, por ejemplo)?
b) ¿Estoy fomentando conscientemente una sensación similar cuando canto mi canción?
c) Si no lo estoy haciendo, ¿en qué me estoy enfocando? Si no es b) debo vaciar la mente de cualquier cosa que esté creando interferencias y comenzar de nuevo.
d) ¿Estoy recibiendo la orientación adecuada sobre los objetivos de los ejercicios que estoy haciendo? ¿Mi profesor o profesora me está explicando para qué hago lo que hago en clase?
Si eres profesor/a de canto y tienes unos cuantos cantantes estancados en tu agenda, pregúntate:
a) ¿Le estoy dando a mi cliente tiempo para verbalizar lo que está sintiendo cuando un ejercicio va bien?
b) ¿Puedo crear espacios donde el cantante pueda unir con éxito la experiencia que tiene con las escalas y ejercicios, con las canciones, de forma continuada, una y otra vez?
c) ¿Estoy acaso trabajando con un cantante que no está acostumbrado a escuchar tan profundamente su cuerpo, o le cuesta demasiado darse cuenta de lo que sucede en él? ¿Cómo puedo resolverlo?
d) ¿Estoy siendo claro/a con mis cantantes, en definir los objetivos de cada ejercicio, canción o sección a trabajar?
Estas preguntas puede que te ayuden a entender cuando la responsabilidad del progreso está en nuestro lado del campo, en lugar de en la falta de esfuerzo por parte de los estudiantes de canto, lo cual eliminará frustraciones en ambas partes y ayudará a crear un clima de diálogo y de enfoque hacia el objetivo común y por tanto, hacia el éxito en ese objetivo.
El Resultado
Créeme cuando te digo que los ejercicios de calentamiento se pueden reducir a menos de 10 minutos cuando contamos con una sólida percepción de nuestro canto y estamos en armonía con nuestros sentidos. Esa zona ideal en la que situarnos para comenzar a cantar y trabajar nuestra canción, no está tan lejos como pensamos.
De este modo las clases son más prácticas y el avance es más rápido.
Con un canto consciente, y consideración por las percepciones, conseguimos grandes logros.
Cantar algo nuevo o más difícil, se convierte en algo más rápido de resolver, en cuestión de pocos meses.
La confianza aumenta, y no necesitas tantos ejercicios vocales o tanto tiempo de inversión en ellos, lo cual hace de tu clase una ecuación letal: SUPERDIVERTIDA Y CON AVANCES INCREÍBLES PARA TUS CLIENTES.
Si tienes alguna pregunta, comenta más abajo o contáctame por mis RRSS o Web.
Entre mis servicios ofrezco:
- Entrenamiento vocal profesional para cantantes.
- Mentoring para profesores de canto que quieran ampliar sus habilidades y conocimientos.
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