¿Nunca te has preguntado por la duración de las canciones?
Sin ir más lejos, el otro día me encontré a mí mismo mirando fijamente a la pantalla de mi laptop observando la larga lista de títulos musicales de la playlist que estoy escuchando ahora en Spotify cuando me di cuenta de algo. La canción número 1 tenía una duración de 3:21, la canción número 2 tenía una duración de 3:25, la canción 3 una duración de 3:43… Te puedes imaginar el resto.
Similitudes entre los títulos de las canciones, y la gran mayoría de ellas con un rango de duración de entre los 3 minutos con 15 segundos hasta los 4 minutos, una duración promedio de 3 minutos y 50 segundos en un rango de 100 pistas (duración mínima de 2:24 y máxima 6:10). No es una simple casualidad que este sea el promedio de duración de las canciones en casi todos los géneros musicales. De hecho, existen varias razones por las cuales la mayoría de las canciones entran en este rango de tiempo, más adelante lo explicamos.
Afirmar que la mayoría de las canciones tienen una duración aproximada de 3 minutos y medio simplemente porque si, no es una respuesta aceptable. El hecho de que la mayoría de las canciones entran en este promedio no es una coincidencia. Resulta que existen muchos más factores que juegan un rol en este promedio de los que aparentemente podemos darnos cuenta, ya sea en un sentido más técnico, psicológico o lo que alguien diría que es la «norma».
Se han hecho investigaciones previas para demostrar que existen varias razones para este fenómeno. En 2014 un artículo titulado “¿Por qué las canciones en la radio tienen más o menos la misma duración?”, el autor, Rhett Allain, explica que la razón detrás de estas canciones de 3 minutos puede ser algo más histórico que otra cosa. Antes de los días del mp3 y las memorias de almacenamiento ilimitado, el CD, los cassettes, o incluso los 8 pistas, el disco de vinilo era el rey. El formato era extremadamente popular a mediados del siglo XX e incluso hubo un resurgimiento de su popularidad entre coleccionistas en la década pasada. Aunque este medio era extremadamente común, tenía una gran desventaja; el popular disco de vinilo de 10” y 78 rpm y su contraparte de 7” y 45 rpm, podían almacenar aproximadamente 3 minutos de música por lado. ¿Coincidencia?
Eso ciertamente explica la duración del jazz, pop y rock de principios del siglo XX, pero ¿por qué este valor ha continuado? (no obstante con un pequeño incremento en porcentaje) mientras otros medios de almacenamiento van y vienen, cada uno ha encontrado la manera de incrementar su capacidad de memoria de almacenamiento, permitiéndonos posibilidades casi infinitas de almacenamiento y duración de las canciones. Sin embargo la mayoría de las estaciones de radio prefieren ir a la antigua. La radio ha seguido sometiendo a las canciones a un límite de 3 minutos y medio con casi cada canción que se escucha en el aire, con el fin de maximizar las canciones e incrementar lo más posible las ganancias (hablamos de las radios comerciales logicamente: A más canciones pongo en una hora de emisión, más anuncios o más pagos por dichas canciones. Cuidado Payola…). Incluso los artistas populares o dominantes lanzan álbumes con canciones que duran más que el promedio de canciones, tan solo para luego relanzar una versión ajustada a la radio (radio version), que sea recortada para ser puesta en el aire (recuerda el álbum titulado 20/20 Experience de Justin Timberlake).
De otro lado… ¿Por qué este es un estándar tan importante en la radio pública?
Quizá la respuesta reside en la mente humana. Muchos investigadores han determinado que el foco de atención de una persona promedio se encuentra entre los 8 y 12 segundos. Esto quiere decir que los humanos podemos concentrarnos completamente en una actividad por una fracción de minuto. Ahora, ¿qué quiere decir esto en términos musicales? Quiere decir que los artistas exitosos deben hacer canciones que puedan mantener nuestra atención de forma consistente con el fin de ser relevante para el radioescucha en promedio.
En un reportaje hecho en 2014 por Spotify, la información recaudada demostró que aproximadamente un 49% de los oyentes salta una canción antes de que termine y aproximadamente un 24% de los oyentes se saltan la pista en los 5 primeros segundos. Esta información demuestra un porcentaje significativo de saltos en los primeros segundos de las canciones y disminuye exponencialmente a través de la duración de la canción. Sin embargo, el porcentaje más extremo de saltar canciones es aún una bandera roja en términos de duración de las canciones. Si un oyente tiene más probabilidades de saltarse una canción antes de que ésta termine, ¿durante cuánto tiempo pueden un artista y sus canciones mantener la atención de los oyentes? ¿Durante unos 3 a 4 minutos?
La respuesta puede residir en cómo están estructuradas las canciones populares, y esto puede ayudarnos a comprender por qué hay tantas canciones que duran alrededor de los 3 minutos y medio. Hasta la fecha, la estructura más común en las canciones populares es la ABABCB en la cual la fórmula es
[ Estrofa – Coro – Estrofa – Coro – Puente – Coro ]
Con el fin de captar efectivamente la atención del oyente, este formato comúnmente empareja dos estrofas similares junto con tres coros repetidos y un único puente. Si, lo que se ha mantenido consistente entre las canciones con esta estructura común durante los últimos setenta y cinco años es la duración de cada parte de manera individual, en esta estructura común, cada parte dura entre unos 8 a 16 compases y dependiendo del tempo de la canción, estructurando la canción convenientemente para que se adapte a la duración promedio que ya conocemos.
¿Es este el porqué de que las canciones más populares que oímos están en este promedio de duración? ¿Esta es la duración que el cerebro humano considera “escuchable”?
Quizá una investigación más a fondo es necesaria para explorar este tema a un nivel psicológico para comprender si esto es lo que nuestro cerebro acepta, en comparación con canciones más largas o cortas. En todo caso, lo que sí sabemos es que muchos más factores juegan o han jugado algún rol en el desarrollo del estándar de los 3 minutos y medio por canción; las limitaciones tecnológicas que implicaban los vinilos de 7” y 10”, las preferencias y metas que se plantean las estaciones de radio para proporcionar la mayor cantidad de contenido y así mantener su crecimiento económico, el preocupante límite de la atención humana y la necesidad de los artistas de captar y mantener la atención utilizando estructuras populares, memorables y puestas a prueba para ganar más escuchas.
A pesar de todo esto, debemos considerar que la estructura de canciones de tres minutos y medio no es universal ni mucho menos. La edad, género, preferencias y gustos musicales tienen un gran impacto en cuán larga puede ser una canción. En esta época, la generación más joven y su limitado foco de atención claramente prefieren canciones más cortas y movidas en comparación con escuchas mayores como hemos podido identificar. El género también cumple un papel muy importante, la música popular hoy en día, el HipHop, Pop y Rock, tienen canciones de menos duración en comparación a la música clásica, Rock progresivo y Jazz. Últimamente existen otros factores que cumplen un rol importante. Las personas tienden a escuchar canciones, sin importar su duración, si su atención está enfocada en otra cosa (por ejemplo escucharla como música de fondo). Si se está enfocado en la canción, el oyente promedio se inclina más a darse cuenta del largo de la canción o a saltarse la canción antes de que terminen.
En general, tendemos a no comprender la importancia del estándar de tres minutos y medios para una canción, en todo caso no podemos negar que el oyente promedio lo prefiere. Como espectadores nos inclinamos a no darnos cuenta de la duración de las canciones, pero como músicos vivimos de ello. La industria musical ha definido un estándar que a nuestras mentes les encanta y disfrutan, y no hay señales de que esto cambiará en el futuro.
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