La industria de la música necesita aceptar la tecnología abierta o aceptar que va a perder el control, influencia y dinero a causa de otras grandes influencias.
Uno de los hechos más evidentes en la historia de la industria de la música, especialmente en los últimos años, es que la tecnología ha transformado la forma en la que la gente escucha la música en su día a día, y con cada cambio que recibe esta tecnología, son cambios que recibe la industria.
Los cambios y la evolución pueden ser buenos – y hemos visto muchas cosas buenas – pero también traen sus cosas malas.
Los ingresos para los artistas se han reducido. Muchos sellos independientes históricos han cerrado sus puertas. Y el streaming se va viendo cada vez más como un líder en pérdidas en la batalla entre las grandes compañías tecnológicas y sus artistas frente a sus respectivos de la industria musical convencional.
Esta batalla se siente como algo nuevo e importante, y podría cambiar el mundo para nosotros. Pero también lo hicieron el Direct To Fan, MySpace y Napster mucho antes.
La cuestión es que con cada cambio tecnológico, la música se ve afectada y va cambiando nuestro mundo.
El problema no es que el mundo esté cambiando, sino ese poder que sigue cambiando a las grandes compañías mientras que los músicos y las marcas ven menos ingresos. Vemos un futuro centrado en titánicas compañías mediáticas, cada una de ellas rodeadas por otras. Así, la influencia de estas compañías termina atrayendo a la industria en una espiral peligrosa, sin importar su intención.
Pero aún no es tarde para ubicar al artista en el centro.
Si lo hacemos bien, se podrá construir un futuro que funcione para todos – Incluso para las más grandes.
Gran parte del crecimiento con respecto a la tecnología musical ha sido impulsado por el capital corporativo, favoreciendo aquellos modelos que requieren millones de usuarios y un crecimiento exponencial. Estas son estrategias de todo o nada que están focalizadas en convertirse en la plataforma de reproducción predeterminada.
Los fans superan en número a los artistas evidentemente y son también la prioridad evidente para el streaming.
Por su parte, los clientes/usuarios/fans quieren un catálogo y quieren estabilidad. El adquirir un catálogo es costoso y consume bastante tiempo. El conseguir estabilidad limita la innovación. Las compañías de streaming no van a ser el centro de la primera innovación de cierto artista.
¿Qué hay de las otras compañías? ¿Aquellas que sí se enfocan en otros aspectos del mercado?
Son más pequeñas, respaldadas por fondos con la expectativa de tener como retorno un buen ingreso para poder crecer. Esto significa que a veces es una oferta publica inicial, pero más frecuentemente se trata de una adquisición.
Usualmente la adquisición se produce por parte de una de las más grandes. Esas compañías son construidas con tecnología como ventaja. Excelentes profesionales haciendo un excelente trabajo (Topspin,Bandpages…) pero con un sistema que motiva la competencia en lugar de la colaboración. En este marco, las compañías son absorbidas y la tecnología desaparece o en el mejor de los casos se mantiene como una funcionalidad de la nueva tecnología.
Con cualquier tipo de compañía, los músicos renuncian a los ingresos y tienen que esperar algún tipo de valor a largo plazo. Este es el ciclo que continuará hasta que la industria de la música adopte la tecnología abierta. Colabora, no compitas
El streaming es algo que tiene que ocurrir fuera del mundo de los sellos discográficos las marcas y el artista.
Los fans quieren un catálogo extenso lo que significa que se deberían poner los catálogos de los sellos y los artistas juntos, y otras cosas que no pueden comenzar desde el interior de la industria musical tradicional. Pero los sellos y los artistas tienen una ventaja distintiva: Su parte del catálogo. En la actualidad esa es su única baza, pero si se logra juntar con la tecnología se pueden conseguir mejores cosas para los artistas.
Sin embargo, esto solo puede ocurrir cuando las discográficas, artistas y managers logren entenderlo y lo acepten. A nadie le importan los pequeños cambios en una pequeña tienda digital. En el mejor de los casos aumenta el progreso pero generalmente es derivativo. La plataforma comercial es una espiral. Cada gran sello (por lo general las independientes) han creado plataformas para servir a sus artistas. Son generalmente lo mismos.
Imagina si todo el esfuerzo estuviera focalizado en un empujón tecnológico bien coordinado.
Imagínate sellos de todos los tamaños, artistas, sus managers y sus audiencias en un mundo donde trabajan juntos con herramientas que le dan a los artistas más poder y mejor experiencias a los fans.
Tal y como están las cosas,¿crees que desde una major no han construído todo su conjunto de tiendas web internamente? ¿Qué pasa con los sitios de banda con formularios de registro de correo electrónico defectuosos que pueden o no conducir a una lista de correo?
ahora, cambia todo eso por herramientas, poder y datos más eficientes en manos de personas que puedan ayudar a los artistas y la influencia para obligar a los gigantes de la tecnología a poner a los artistas en el centro de sus modelos.
El resultado sería impresionante.
Hay que buscar la innovación. Y la tecnología abierta lo es. La tecnología abierta implica que los sellos, artistas y managers pueden trabajan en conjunto en lo que importa: Conectar con los fans y brindar un futuro sostenible para la música.
De otro lado, existen organizaciones que buscan mostrar el impacto que tiene la tecnología abierta con la misión de empoderar a los artistas para que puedan tener carreras más sostenibles.
Dicha sostenibilidad no va a venir de ningún movimiento de la nueva industria.
Va a venir cuando pongamos a los artistas como el centro de la industria musical, apoyado por estas herramientas y con estándares que todos puedan manejar.
Los defensores de este tipo de plataformas e ideas abogan por la realización de un trabajo conjunto para acelerar la innovación en la industria musical.
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