Universal Music Group (UMG) ha modificado sus acuerdos con los artistas para evitar que los artistas firmados vuelvan a grabar su trabajo, como lo ha hecho Taylor Swift con las ediciones actualizadas de Fearless y Red.
La batalla de Taylor Swift con Big Machine Records, a través de la cual lanzó sus primeros seis álbumes de estudio, que terminaron con Reputation (2017), dio un giro interesante en junio de 2019, cuando Ithaca Holdings se reveló como la compradora del grupo general de discográficas Big Machine.
Según se informa, la compra de 300 millones de dólares incluyó las grabaciones maestras de los seis álbumes iniciales de Swift antes mencionados, y la cantante, que no tuvo voz en la venta para adquirir los originales ella misma, describió rápidamente el trato como su peor escenario.
En agosto de 2019, Taylor, que firmó con Republic Records en 2018, se comprometió a volver a grabar sus lanzamientos anteriores a UMG.
En resumen, una disputa relacionada con Swift por interpretar su propia música en vivo, así como el lanzamiento en abril de 2020 de un álbum de Taylor Swift que el creador no conocía ni respaldaba, preparó el escenario para un proceso de regrabación acelerado. En noviembre pasado, Swift se saltó los AMA licenciando la primera canción regrabada en diciembre y anunciando la finalización de Fearless (Taylor’s Version) en febrero.
El último proyecto estuvo disponible para los fans en abril, mientras que la versión más nueva de Red se lanzó a mediados de noviembre con fuertes estrategias comerciales. Por otro lado, iHeartMedia se comprometió a reproducir exclusivamente las pistas de Taylor Swift que la ganadora de 11 premios Grammy (y 41 veces nominada) ha vuelto a grabar, lo que aparentemente complica el camino de Shamrock Holdings para monetizar los masters originales.
Cabe mencionar que Ithaca Holdings en noviembre de 2020 cobró las grabaciones de Taylor Swift en un acuerdo supuestamente de 300 millones de dólares con Shamrock. Luego, Scooter Braun y Carlyle Group en abril de 2021 vendieron Ithaca a la agencia de BTS Hybe en una transacción supuestamente de 1.000 millones de dólares).
Ahora, como se mencionó inicialmente, se informa que el exitoso esfuerzo de regrabación de Taylor Swift está impulsando a Universal Music Group a reestructurar los contratos de los artistas para evitar encontrarse con situaciones similares en el futuro.
The Wall Street Journal informó recientemente que UMG ha estado duplicando efectivamente la cantidad de tiempo que los contratos impiden que un artista vuelva a grabar su trabajo. Esta restricción estándar de regrabación abarcaba anteriormente el último de los cinco años desde la entrega del trabajo final contratado o dos años desde la expiración de un contrato.
Pero la discográfica, en un cambio que también podría ser adoptado por Sony Music y Warner Music, supuestamente ha aumentado los períodos a siete años y cinco años, respectivamente, además de agregar un período de publicación de siete años en ambas ventanas. Dicho período posterior evita que los artistas vuelvan a grabar más de dos canciones.
En los próximos meses y años, valdrá la pena seguir el impacto del giro informado dentro de los contratos UMG, incluso en términos de cómo los posibles firmantes responden a la cláusula. De manera más inmediata, las majors también enfrentan una serie de solicitudes de recuperación de derechos de autor, de artistas como Dwight Yoakam, Anita Baker y The Jesus and Mary Chain.