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Futuro de la industria musical, Big Data y Taylor Swift

Futuro de la industria musical, Big Data y Taylor Swift
Escrito por África Pérez

Hasta no hace tanto tiempo era una creencia común que internet estaba matando la industria musical. Durante muchos años la industria fracasó al intentar mantener el ritmo de la tecnología – significando esto que los consumidores se dirigieron en masa a por las descargas ilegales por los precios y las ventajas. Las primeras soluciones ofrecidas por las compañías musicales, igual que las de las primeras compañías tecnológicas que trataron de entrar en ese vacío como hizo Apple con iTunes, disfrutaron de algo de éxito, pero siempre se vieron obstaculizadas por problemas que rodeaban al manejo de los derechos digitales y la compatibilidad de los soportes.

Industria musical, tecnología y streaming

Los servicios de streaming vinieron después y finalmente ofrecieron una solución con el potencial de abarcar ambas de las principales ventajas de las descargas ilegales – el precio, ya que servicios como Spotify y YouTube son gratuitos (hasta cierto punto) y conveniencias, ya que las canciones podían ser transmitidas de inmediato a cualquier soporte en cualquier momento.

Así que las tecnología y la música vuelven a ser compañeros de cama, aunque los opulentos ejecutivos de las compañías discográficas  han sido sustituidos por jóvenes genios tecnológicos. Y Big Data y las analíticas han jugado una gran parte en este revigorizante romance. Desde los motores de recomendaciones diseñados para escoger la playlist perfecta para cada individuo hasta los conciertos de pop habilitados para Internet, los datos están redefiniendo las dinámicas de la industria musical del mismo modo que la relación entre los oyentes y la música, incluso de modos más que creativos.

En el pasado, la industria discográfica tenía una relativamente pequeña manera de entender quién compraba sus LPs, cassettes o CDs. Las descargas les permitieron empezar a hacer un seguimiento de los hábitos de escucha y a hacer recomendaciones del mismo modo en el que lo hace Amazon con libros. Con el modelo de streaming actual, de todos modos, las puertas están abiertas con información detallada para quién la quiera sobre cuándo, cómo y dónde estamos escuchando.

Industria musical y Big Data

El objetivo de la industria ahora es combinar el este profundo entendimiento de sus clientes con el de la música en sí misma, algo que Big Data también ha hecho posible. La música en crudo esencialmente está compuesta de datos desestructurados, pero al poder ser digitalizados con facilidad, pueden ser cuantificados y analizados. Desde 1999 el Music Genome Project ha estado estructurando los datos de la música con clasificación manual y también con algoritmos automatizados. Hasta 450 puntos de datos son reunidos en cada canción de la base de datos – que consta actualmente de unas 30 millones. Esto incluye factores como el género del vocalista, los instrumentos que se usan, la velocidad del ritmo y el estilo de los coros. Cada canción es estudiada por músicos especialmente preparados, del mismo modo en que Netflix emplea a personas para ver películas y clasificar su contenido. Estructurando los desestructurados datos de la música en crudo, los temas pueden ser comparados entre ellos y se pueden hacer juicios, algorítmicamente, sobre lo que un usuario podría querer escuchar después. El Music Genome Project fue desarrollado por Pandora Media y potencia el servicio de música en streaming de Pandora.

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Pandora, aún con su popularidad, justo este año ha sido desbancada de la cima de las listas por su rival a largo plazo Spotify, que tiene sus propios planes para dominar el mundo basados en datos. El último año adquirió The Echo Nest, la extensión del MIT Media Lab. Esta tecnología adopta un papel similar de clasificación de música, pero más automatizado. Del mismo modo que utiliza algoritmos para analizar la música y clasificarla, se desliza por la red para encontrar datos de artistas y grabaciones para incluír en sus análisis.

En la industria musical predecir el futuro es lo más importante y esto funciona por escalas – desde decidir qué es lo que quiere escuchar después en su lista de reproducción un usuario individual de un servicio de streaming, hasta descubrir al próximo “Gangnam Style”. Y recientemente se ha demostrado que Big Data posee la habilidad de hacerlo. Los investigadores de la Universidad de Antwerp mostraron que eran capaces de crear un algoritmo capaz de predecir, con relativa precisión, la posición que los discos de dance alcanzarían en las listas de los Singles de Dance de Billboard. A base de analizar todos los discos que llegaron a la lista entre 1985 hasta 2014, se podía predecir que todos los discos que entraron en el top 10 durante 2015 tenían al menos un 65% de oportunidades de hacerlo. En caso de siete de los que llegaron al top 10, se sabía con certeza que un 70% lo lograría.

Presente y futuro de la industria musical

El Internet de las Cosas podría estar encontrando su lugar en la música pop. Este año a los asistentes a los conciertos del tour mundial de Taylor Swift se les dio unos brazaletes LED controlados por tecnología RFID que cambiaba su color al ritmo de la música. Con la industria musical confiando en las actuaciones musicales en directo para obtener un crecimiento de sus ingresos, podemos esperar un aumento de la creatividad a la hora de crear nuevas experiencias en directo para el público.


Es verdad que sigue habiendo preocupaciones en relación al modelo de streaming o a la distribución de la música – ambos en términos de los royalties pagados a los artistas o de si generarán dinero a largo plazo. Sin embargo, al doblar su base de subscriptores en los dos últimos años, pasando de 10 a 20 millones, Spotify ha probado la popularidad del modelo, aunque no la rentabilidad. Si no lo logra, entonces puede que su rival Apple, que este año ha lanzado su propio servicio de música en streaming (que cuenta con un peso pesado: Taylor Swift), lo haga

La industria musical ha cambiado indudablemente hasta el punto de que apenas es reconocible pensando en cómo era hace 20 años. Internet ha hecho más fácil a los artistas desconocidos la reunión de una fanbase y hacer que su música sea escuchada, con muchos sacando ventajas de las plataformas de crowdfunding como Indiegogo o Patreon para hacer dinero. Es muy posible que cambie aún más en los próximos 20 años y parece que los análisis de datos van a seguir siendo una fuerza conductora para ese cambio.

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Fuente: Forbes.com

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Sobre el autor

África Pérez

Editora de vídeo, melómana, intento de música y otras cosas.

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