¿Qué diferencia hay entre un halago y una crítica?
Pensarás que es una pregunta muy fácil, puesto que existen múltiples razones para diferenciar que los efectos potenciadores y positivos del halago dejan por los suelos la reputación de la negativa y limitante crítica, que no hace más que enjuiciar la buena intención de los/as artistas. Excluyendo, por supuesto, la parte comodín de la crítica, denominada “constructiva”, la cual ayuda a que éstos/as sean mejores a efectos técnicos.
Pero, ¿por qué se considera que la crítica es un juicio y el halago no lo es?
Ambos son exactamente lo mismo: Juicios, hacia algo o hacia alguien, emitidos según el criterio de una fuente externa o interna. No obstante, parece que el halago siempre encuentra justificación en la benevolencia y la crítica se ha quedado totalmente encasillada en la maldad a pesar de que, básicamente, los dos conceptos son sendas caras de una misma moneda que repercute de igual forma en el ego de un/a Artista.
Quizás creas que es una locura decir que un halago perjudica a un/a artista igualmente que una crítica, pero así es, puesto que no dejan de ser una absoluta mentira tanto el uno como la otra.
Basar tus acciones en función de la opinión de los demás, ya sea buena o mala, no deja más que en evidencia tu falta de confianza en ti mismo/a.
Con ello estás permitiendo que la aprobación se quede en manos de un público totalmente subjetivo para sentirte mejor o, por el contrario, buscando la reprobación de este mismo público para retirarte, justificarte o auto-exigirte más.
¿Fundamentas tu valía en opiniones ajenas?
Tanto si te creces por un elogio, como si te hundes por una crítica, te estás dejando seducir por el engaño, porque como escribió W. Timothy Gallwey: “¿Quién dijo que tengas que ser evaluado por lo bien o mal que hagas las cosas? De hecho, ¿quién dijo que tengas que ser evaluado en absoluto? ¿Quién? Para salir de esa trampa lo que hace falta es una clara comprensión de que el valor de un ser humano no puede medirse por medio de su desempeño -o por cualquier medida arbitraria-. ¿Realmente crees que el valor de un ser humano es algo mensurable? No tiene sentido evaluarte en comparación con otros seres que tampoco son evaluables. De hecho, eres lo que eres; tu identidad no se reduce a lo bien o mal que te manejas en un momento dado. El resultado de lo que haces puede ser una indicación de lo mucho o poco que te esforzaste en hacerlo, pero no te define como persona, ni te da motivos para considerarte más o menos importante de lo que eras antes de hacerlo.»
En definitiva, el agradecer, o ignorar, de la misma manera, tanto los halagos como las críticas, te permite centrarte en la satisfacción que sientes tú cuando haces lo que haces, sin tener la necesidad de obtener aplausos, ni el empeño de evitar abucheos. Porque ni la crítica es tan mala, ni el halago es tan bueno. Ambos son igual de embusteros.
Ahora tienes la oportunidad de observar qué efecto tiene en ti la opinión de los demás y valorar si quieres cambiarlo para, así, dejar de ser el reflejo de lo que los demás quieren que seas y comenzar a ser quien realmente eres: Tú mismo/a.
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