Al ser músico, probablemente hayas escuchado una y otra vez que la música grabada simplemente ya no tiene ningún valor. Desde que Napster sacudió la escena en los 90, se ha vuelto más y más difícil convencer a los fans de que paguen por la música, y parece ser que para el 2016 la mayoría de los artistas y discográficas se están despidiendo de la idea de hacer dinero a través de las ventas de discos.
Sin embargo, el problema con este argumento es que no todo el mundo está de acuerdo con que la música debería ser gratis. Si Taylor Swift y Adele se rehúsan a ceder ante el mundo del streaming y de las descargas gratis ¿Acaso no pueden otros artistas tomar la misma ruta? Después de todo, todos necesitamos vivir de algo.
La industria musical definitivamente está atravesando grandes cambios, y parece ser que hasta las discográficas majors aún no han descifrado cual es la mejor manera de hacer dinero con la música en estos tiempos. Entonces ¿Qué les queda a los artistas independientes? Aquí te presentamos dos puntos de vista opuestos dentro de la industria musical en estos días y lo que te puede servir de ellos.
El argumento a favor de la música gratis
Los músicos podrían pasar los próximos 100 años discutiendo acerca de sí la música debería ser gratis o no, pero al final son los fans los que deciden si vale la pena o no pagar por ella. En el caso de artistas emergentes como Odesza, los fans han hablado y ahora queda de parte de los artistas el escuchar y hacerles caso. «Los fans consideran que hay un fallo en el servicio si no pueden conseguir música gratis», yo no creo que las discográficas si quiera se han dado cuenta de eso”, dijo Harrison Mills de Odesza a la revista Rolling Stone.
Con tanta música gratis en estos días, el reto no está en vender álbums, sino en conseguir personas que escuchen tu música en primer lugar, y la forma de lograr que tu música sea escuchada es hacerla disponible dentro del más amplio espectro sin cobrar nada por ella. “Con la cantidad de música que se consigue ahora, si la gente sabe tu nombre, eso va más allá de tener poder”, Dice Clayton Knight de Odesza.
El argumento a favor de la música de pago
Del otro lado de la cerca están artistas como Taylor Swift y David Byrne quienes piensan que la industria va en una dirección errada al enfocarse en hacer que los fans usen servicios de streaming en vez de en comprar álbumes o singles.
«La música no debería ser gratis y los artistas y sus discográficas algún día decidirán cuál es el precio base de un álbum” Escribió Swift el año pasado para el Wall Street Journal. Estos artistas critican altamente los servicios de streaming, argumentando que estos ofrecen muy poca pago a los artistas y que hacen lo posible para desviar a los fans del pago por la música directamente. “Lo que está en juego no es tanto la supervivencia de artistas como yo, pero sí la de los artistas emergentes y de los que tienen sólo unos pocos discos en su haber”, escribió Byrne en the Guardian.
Mientras muchos en la industria rápidamente critican a estos detractores como reliquias del modelo de la vieja escuela de la industria musical, ellos tienen un punto importante: si pensamos que la música tiene un valor inherente (¿Y qué artista discutiría que no lo tiene?), entonces necesitamos convencer a la gente de ese valor. Y cuál es la mejor manera de demostrar que algo tiene valor si no es poniéndole un precio.
¿Dónde te deja esto a ti?
Ambos lados del argumento presentan puntos convincentes y en cierto modo ambos están en lo correcto. Si bien es cierto que la música tiene valor, también es cierto que la mayoría de los fans ya no están dispuestos a pagar por los discos pero si, cada vez más por formas más convenientes de consumo de música, cada vez más móvil.
Entonces, ¿Qué opción deja esto a los artistas? Todo depende de a dónde pienses que está yendo la industria musical y a dónde te ves a ti mismo dentro de esa industria.
Si como David Byrne y Taylor Swift preferirías que la industria musical retornara a un modelo basado sobre todo en ventas de discos, entonces necesitas convencer a tus fans que vale la pena pagar por tu música. El problema con esta opción es que puede ser un desafío con la economía actual lograr que la gente pague por algo que no han probado completamente o que ya han dejado atrás. Así que si planeas ponerle precio a tu música, valdría la pena considerar formas de lograr que la gente conozca tu música antes de comprarla.
Si por el otro lado, estás de acuerdo con los miembros de Odesza y te parece emocionante la dirección que ha tomado la industria musical, entonces adelante, regala tu música. Sólo recuerda que si quieres hacer una carrera de la música la transacción no debería terminar allí. Recuerda este mantra: «El disco es sólo un medio la introducción, no la meta final».
Una vez hayas decidido a regalar tu música, necesitas buscar seriamente otras formas de entrada. Podrías incluir algo como plataformas estilo “paga lo que quieras”, campañas de crowdfunding, patreon, presentaciones en vivo, oportunidades de licencias, ventas de merchandising, plataformas de patrocinio y sí, hasta ganancias de streaming (pero no te hagas ilusiones porque tocarás a poco seguramente…)
Aunque pareciera que la industria musical se está aventurando hacia un nuevo mundo con todas estas fuentes alternativas de ganancia, es importante recordar que la idea de pagar por música es relativamente reciente. Antes de que hubiera música grabada, aún era posible para los músicos vivir de hacer lo que aman, la diferencia está en que en vez de vender discos, hacían conciertos, escribían música por encargo, vendían partituras de música y por lo general eran patrocinados por millonarios. La música tenía valor en aquellos días también, pero en la mayoría de los casos, no eran los que la escuchaban quienes tenían que pagar por ella. Suena muy similar a las opciones de remuneración a las que muchos artistas están recurriendo hoy en día.
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