En diferentes momentos de tu carrera vas a encontrarte trabajando con socios que no tienen experiencia en el negocio de la música y que pueden que tengan o no curriculums que merezca la pena revisar para ver con qué competencias cuentan y que puedas incorporar a tu proyecto.
Y es más, vas a necesitar desarrollar una comunicación constructiva con aquellos que no están tan involucrados con la música.
Ya sea que estés mejorando tu próxima balada para alguna película, negociando tu próximo estreno con un ejecutivo de alguna marca, haciendo una entrevista para un podcast local o escribiendo una nueva canción por encargo, tu carrera musical como música o artista independiente va a requerir que hables acerca de los elementos de la composición musical, con detalle, de forma constructivas y colaborativas.
A pesar de que estas oportunidades sean emocionantes, también suponen un reto, especialmente si tu colaborador no tiene experiencia con la música – y más si no comparte un vocabulario musical – para poder trabajar bien contigo.
Normalmente trabajarás con gente que no sabe cuál es la diferencia entre un tempo y un compás, un tremolo y una transposición, y que no tienen ni la menor idea de cómo se construyen las canciones, producciones, arreglos y conciertos.
Ese hecho en sí, no es un problema; de hecho, muchas de esas personas han sido completamente creativas, profesionales e inspiradoras. Aun así, el lenguaje y la experiencia es un pequeño inconveniente con el que hay que tener cuidado.
Suponte que tienes que «lidiar» con alguien con el que te llevas entre manos un proyecto musical del tipo que sea, al que además le gusta tu música y quiere que tu canción esté en los créditos iniciales de alguna producción pero te pide una versión que sea más al estilo de ____, más… “purpura, menos confuso”. ¿A qué se refiere él con esto? ¿Cómo traduces estas instrucciones en cambios específicos que hagan de tu proyecto un éxito?
A pesar de que sean instrucciones muy vagas, hay ciertas estrategias que pueden aumentar tu probabilidad de una comunicación efectiva para lograr hacer el mejor trabajo posible en tu proyecto – Sin importar lo mucho o poco que tu colaborador sepa acerca de las mecánicas de componer música.
Las instrucciones que te dieron, podrían significar miles de cosas.
Tu trabajo como músico a comisión es averiguar y entender exactamente qué es lo que tu colaborador está tratando de decir con cada sugerencia, y decidir cómo aplicar cada uno de esos comentarios a tu proceso. Veamos cómo hacerlo.
“Nombre de un artista”
Si te dicen que «tu música debe de sonar a más a la de…» Pregúntale a tu colaborador qué es lo que encuentra de inspirador en el trabajo de la referencia del artista en cuestión y cómo eso se aplicaría al trabajo que están produciendo. ¿Son los pulsos de baile, o la actitud sensual que tiene? ¿Es el estilo vocal o características marcadas de ciertas pistas?
Hazle las preguntas que te guíen a algo específico.
Cualquier detalle o elaboración que extraigas será de ayuda y podrás incorporarla a tu trabajo.
“Purpura”
Esto ya sí es un poco peculiar. ¿Es una referencia a la canción “Purple Haze” o algo parecido hecho por Prince o Deep Purple?
Tu colaborador podría estar haciendo una referencia a tales trabajos sin siquiera darse cuenta, así que preguntarle podría convertir esta sugerencia de algo sin sentido a algo especifico.
Si resulta que tu colaborador sí ama la canción de “Purple Haze” y le gustaría escuchar algo así en tu canción, pero no tiene el vocabulario musical para decirlo de forma detallada, el realizar las preguntas correctas puede hacerlo más claro.
De igual forma, siempre es una buena idea pedir ejemplos de canción. Si de verdad no tienes idea a qué se refiere con “Purpura”, pídele una lista de canciones que tenga ese sentido “purpura” para ellos. Escucha qué es lo que tienen en común esas canciones y continua preguntándole para ver si están escuchando lo mismo.
“Confuso”
Esta podría ser más sencilla de averiguar que la anterior. Si tienes demasiadas distorsiones en tu canción, trata de reproducir una versión que esté completamente limpia para ver si esto es a lo que tu colaborador está haciendo referencia.
Tal vez hay demasiados reverbs en algún instrumento y eso es algo que tu colaborador quiere que se ajuste pero no tiene el vocabulario musical necesario para poder explicarlo.
Nuevamente, el comparar canciones con diferentes niveles de reverb puede ayudarte a puntualizar qué es lo que quiere decir tu colaborador.
Sé paciente en todo este proceso. Puede llegar a ser frustrante el no obtener ninguna información específica con la cual no tienes idea de qué hacer, pero tomate el tiempo para hacer las preguntas adecuadas de forma tal que llegues al punto específico al que se refieren y lleva tu proyecto al éxito.
Nunca está demás ponerte en los zapatos de tu colaborador, poniéndote en un escenario donde tienes que dar sugerencias constructivas pero no tienes el lenguaje acorde.
Ya sea danza interpretativa, escultura moderna, caligrafía japonesa o cualquier otra forma de arte en la que tengas poca experiencia y vocabulario técnico, piensa qué tipo de ejercicios o preguntas podrían ayudarte a compartir tus ideas y sugerencias de una forma constructiva.
Luego, aplica esa nueva perspectiva a tu situación con tu colaborador.
Mientras que tu trabajo va progresando a través de este laberinto de sugerencias, no tengas miedo de educar.
Si tu colaborador sigue hablando acerca de hacer la canción más rápida o más lento pero sospechas que realmente quiere decir que hay que hacer un arreglo menos denso mientras se mantiene el tempo de la misma forma, trata de encontrar una forma adecuada de explicárselo.
Finalmente, confía en ti.
Mientras más puedas hacer que tu colaborador hable acerca de qué es lo que quiere y lo que no quiere, qué es lo que piensa que va a hacer que el proyecto sea mejor, más opciones creativas van a ser guiadas con esa información, sin importar qué tan recta (o no) a nivel musical sea esa dirección.