El éxito en el escenario comienza con estar cómodo en tu piel y con tu música. Tu identidad en los directos debe transmitirse de forma auténtica al público.
Hay personas que nacieron para ser artistas, sociables y abiertos y que disfrutan al máximo cuando actúan. Pero para la mayoría de nosotros, lleva tiempo y experiencia el sentirnos seguros cuando actuamos en directo – de hecho, los que nos sentimos atraídos por el mundo creativo independiente de los cantantes y compositores, tendemos a ser almas introspectivas cuyo elemento natural no suele ser el escenario. Esto es una gran verdad para mi – Siempre me tuvieron que dar empujoncitos para subirme a un escenario, a pesar de mis inmensas ganas secretas de hacerlo – y muchos artistas a lo largo de los años, me han descrito sus batallas internas con el miedo escénico. Pero incluso los más tímidos y reservados cantantes y compositores, pueden llegar a ser grandes intérpretes de directo de forma efectiva, porque tienen un poder secreto: ellos creen en sus propias canciones. Si sientes que es natural y maravilloso cantar tus canciones en privados, puedes aprender a trasladar ese sentimiento en frente de una audiencia, también.
El éxito en el escenario comienza con estar cómodo en tu propia piel y con tu propia música. Cuando cantas en directo, no actúas igual que si estuvieras en tu casa – estás acentuando ciertos aspectos de tu personalidad y suprimiendo otros. Pero la conclusión es que tu identidad como artista en ese momento, tiene que ver con una versión verdadera de ti mismo, y al público le llega esta impresión de autenticidad. Incluso si lo aproximas como algo más teatral, o literalmente inventándote un personaje en escena, como David Bowie o Beck, el personaje que habitas, tiene que tener algo con el que tú (como buen actor) puedas identificarte y entregar con convicción – de igual modo que cuando compones una canción desde un personaje, tienes que identificarte con él para que la canción cobre vida.
Ahora sí. Siento que he llegado a lo que YO SOY. No comprendía lo que quería el público. Por mucho tiempo pensé que querían algo que debes ser o debías hacer, y muy despacio descubrí que lo que el público quiere es que seas tú mismo – algo que aparezca ante ellos y sea real” _ Louise Taylor describiendo el camino que la ayudó a superar su incomodidad profunda cuando daba directos en público.
Nada te enseña más acerca de dar directos de forma más eficaz ni rápida que simplemente hacer esto. No tienes que aprender frente a un público exigente tampoco. Hay muchas formas de establecer estos cimientos, antes incluso de empezar en un escenario de verdad. Incluso cuando das este paso, las diferentes audiencias que encontrarás al principio, te darán mucho rodaje para crecer en este sentido.
Así que no seas tan duro contigo mismo y considera cada actuación como un aprendizaje más.
Al igual que con la composición de canciones, no hay reglas acerca de cómo dar directos de forma exitosa – tu tienes que encontrar tu estilo propio de presentación que case con tu personalidad, tu música, tu audiencia y el lugar del concierto. Aun así, aquí tienes algunos consejos de técnica de escenario que te pueden ayudar en el camino.
Practica de forma realista
El mejor modo de preparar cualquier show es simularlo de la forma más fiel posible. Esto significa que si piensas estar de pie en el escenario, practica de ese modo en casa o en el local. Ponte pie, micrófono, ampli y/o cualquier cosa que vayas a usar para acostumbrarte a trabajar con tu equipo. Y ensaya todo el repertorio de principio a fin sin tomarte descansos para comer o ir a la nevera, o afinar durante 10 minutos. Cuando cometas un error, imagina que hay público allí esperando que tires para delante. Si puedes reunir un pequeño grupo de público a modo de prueba – tus amigos, familia, gato – mejor.
Practica lo que vas a decir
Puedes llegar a sentirte un poco raro haciendo esto solo en tu casa, pero puedes y debes practicar tus presentaciones habladas tanto como tu música. Los músicos que son realmente buenos charlando con el público, pareciera que están siendo completamente espontáneos, pero en realidad están mostrando su repertorio de historias y bromas que hay ido elaborando durante muchos bolos.
Es igual que improvisar con un instrumento. Eres espontáneo recombinando y extendiendo los pequeños riffs y movimientos que has memorizado durante años.
Así que piensa por adelantado acerca de qué cosas vas a decir o explicar durante la actuación. Si te sientes intimidado por la perspectiva de tener que hablar en el escenario, entonces piensa en pequeño – no esperes o intentes hacerte monologuista en un día. Practica estas pequeñas frases en medio de tus canciones en tu casa y luego en la actuación, toma nota de qué funcionó y que no, y guarda esta información para usarla en el futuro. Es un proceso gradual encontrar tu voz a la hora de hablar, que case con tu música y tu personalidad en el escenario.
Y recuerda que muchos de los artistas con más horas de vuelo, al principio se sentían tensos y mudos en el escenario.
Usa tus nervios
La mayoría de la gente considera que los miedos que sienten antes de subirse al ecenario son un obstáculo (estoy tan nervioso… cómo voy a conseguirlo?) o un signo de inexperiencia (si realmente supiera lo que estoy haciendo, no estaría tan nervioso). Pero hay otro modo de ver esas pequeñas mariposas en el estómago, (y no hablamos del amor)… una enorme fuente de energía. La energía que subyace de los nervios, es la que nos ayuda a levantarnos por encima de nuestro yo normal de cada día y hacer una gran actuación. He charlado en muchas ocasiones con artistas antes y después de sus directos y me maravilla como hasta los más veteranos y aparentemente artistas natos se comportan antes y cómo parecen personas completamente diferentes cuando se relajan tras el directo. El hecho de que aún sienten ese vértigo antes de su enésimo directo, es la razón por la que son tan tremendamente buenos en lo que hacen.
Así que piensa en tus nervios predirecto como algo que te ayuda a bombear adrenalina que irá hacia el escenario. Y recuerda que este, es un lugar dinámico con energía constante que fluye entre tú y tu audiencia. Los nervios te ayudan a generar la ener´gia musical que tu mandas a la sala, y la reacción de la audiencia – que es por lo que más nerviosos nos solemos sentir – completa el círculo. Incluso los desconocidos o los oyentes espontáneos quieren verte triunfar, para sus propias razones egoístas: quieren pasárselo bien. Así que estáis en esto juntos. No lo olvides.
Suaviza el ambiente
Tus canciones podrían ser melancólicas y oscuras, pero eso no quiere decir que debas estar así todo el rato. Una prqueña broma sarcástica o reírte un poco de ti mismo, permite a los oyentes respirar un poco (por algo existe el humor negro) y demuestra que no te tomas a ti mismo demasiado en serio. Suavizar el ambiente por un momento, puede incluso subir más el impacto de tu próxima canción triste.
Entra con calma
Arranca el concirto con canciones que sean familiares y fáciles de tocar y que permitan al público entrar en el Groove. Incluso si has calentado bien (cosa que deberías hacer, voz y manos) necesitas situarte al comenzar, y tu público también. Si un ingeniero de audio te está mezclando el sonido, este también es un gran momento para que pueda tener oportunidad de colocar todo en su sitio durante la primera canción, porque una sala llena de gente suena diferente que una sala vacía donde has podido hacer la prueba de sonido.
Así que guarda tus ases y tus canciones más difíciles para más adelante.
Prepárate para ser flexible
Un buen repertorio ofrece una bien pensada variedad de estados de ánimo, tempos, tonos y duración de canciones, pero idealmente debería estar abierto a ajustes sobre la marcha. Si te dejas unas pocas canciones apuntadas en “reserva”, estarás preparado si te piden bises o extender el concierto mas allá de lo que tenías planeado (ah y si eso ocurre, felicidades) o – quizá esto se dé más – si quieres hacer algún cambio basándote en cómo está yendo la actuación. Si el público no está atento, quizá quieras saltarte esa canción de letra ingeniosa y sustituirla por otra cosa más directa y alegre. O la gente responde con un sorprendente entusiasmo a ese cover raro que a veces tocas, por lo que sería buena idea incluirlo ahora.
Todo se reduce a ser un oyente más, al igual que un músico en el escenario, prestando atención a lo que está ocurriendo en la sala y con tus canciones, como Jason Mraz dijo una vez, mientras reflexionaba sobre tus bolos de cafetería.
Abastece de música tu directo
El escenario es un entorno muy diferente del estudio, y los artistas espabilados, explotan esas diferencias. Yo lo veo como dos entidades separadas y la posibilidad de hacer cosas muy diferentes con tu música. Hay un tipo de energía que pones en un directo que no puedes poner en una grabación (llamémoslo visuales). Tan sólo saltar, moverse y ese tipo de energía física que se torna visual añade mucho a lo que ya haces, y que no puedes mostrar en una grabación
No sólo necesitas adaptar tu presentación al entorno de directo, también debes considerar qué canciones son las mejores opciones para tu repertorio. Hay canciones (originales y covers) que pueden parecer ridículos en una grabación pero que son claros ganadores si lo llevas al directo, al igual que grandes temas de álbum que por algún motivo no se pueden trasladar al escenario. Sigue probando a ver cómo funciona y con el tiempo terminarás con un repertorio de directo que coincide con tus grabaciones pero no es necesariamente un calco.
No te disculpes
A veces hemos visto a los intérpretes pedir perdón al público por el resfriado que tienen, por no estar muy finos ese día con el instrumento, la probabilidad de que vayan a cometer algún error en esa nueva canción que van a tocar… Desde la perspectiva del público, esas disculpas son simplemente insoportables – les estás diciendo con antelación que no vas a darles una buena actuación como la que podrías o deberías hacer. ¿Quién quiere que le digan eso? Tan sólo concéntrate en dar lo mejor que las limitaciones o circunstancias de esa noche te permitan. Si quieres explicar brevemente que te estás recuperando de una bronquitist, y justo hoy has recuperado la voz, está bien, pero no te disculpes por haber estado malo. El público va a empatizar contigo y te va a apoyar si das lo mejor de ti mismo.
Usa tus errores
Todo el mundo la pifia en una frase o acorde alguna vez, y esto no es un desastre. No es como tropezarse haciendo un triple Axel en los juegos Olímpicos de patinaje sobre hielo, donde sabes que un grupo de jueces van a darte una puntuación baja y vas a perder la oportunidad de una medalla.
Por el contrario, un error en el escenario puede ser una oportunidad para establecer un vínculo con tu audiencia si te ríes o te encojes de hombros o lo juegas a tu favor. Los mejores artistas transforman sus errores en grandes momento. Una vez escuché que Martin Sexton, por ejemplo, paró después de hacerse un lío con la letra, e hizo el sonido de un cassette rebobinando, haciendo que todo el mundo se partiera de la risa. Tu público no espera que seas un superhéroe, y técnicamente perfecto, lo cual por cierto es un concepto con bastante sinsentido cuando se trata de música.
Te puedes preparar para lidiar con los inevitables problemas técnicos. Mientras practicas tu repertorio en casa, imagina que estás frente al público y necesitas entretenerles o recuperarte suavemente de un error. Aprende a mantener la calma y continuar ante un pequeño fallo, que el público además va a olvidar pronto. Si es un error mayor, como empezar una canción en la tonalidad incorrecta o cantar mal la primera frase o verso, piensa en un modo desenfadado de admitir el error y comienza de nuevo. Si la lías en medio de algún tema, mantén el ritmo mientras vuelves atrás para hacer un segundo intento, mateniendo el flow de la canción.
Si tocas la guitarra, prepárate para lidiar con los gremlins del desafine y las cuerdas rotas. Los chistes mientras afinas o cambias una cuerda, son todo un subgénero dentro del humor de escenario. Siempre recordaré una fiera actuación de Michael Hedges en un festival, cuando rompió una cuerda y se dispuso a cambiarla sacando una nueva de la funda de forma exageradamente ceremonial como un caballero que saca su espada para un duelo. Era tan gracioso y dramático – alguien podría pensar que el gesto de sacar una cuerda extra podría generar un contexto tan grandilocuente? – y al público le encantó.
Piensa a largo plazo
Si hay un tema común a todos estos consejos, es ser paciente. Por mucho que soñemos con el viaje en cohete hacia las estrellas, la mayoría de las carreras de largo recorrido en la música se construyen poco a poco y de fan en fan. Toma su tiempo encontrar tu ritmo como artista y encontrar la gente que responda a lo que tienes que decir. Ningún bolo es definitivo; cada uno de ellos es un paso en el proceso de desarrollarse, aprender y compartir.
Recuerda también que, hay muchos tipos de artistas. Los hay con trabajos de día que desean consagrar su vida a la música, y otros que actúan de forma ocasional sin aspiraciones profesionales. Hay héroes locales que enseñan y actúan tan sólo en su pueblo, los que actúan en un radio de cien kilómetros y los que aparentemente son profesionales a tiempo completo quienes hacen tours nacionales pero pagan sus facturas con trabajos flexibles cuando vuelven a casa. No importa a lo que te dedicas para poder vivir, no confundas el estado financiero de tu música con su valor inherente como arte. El momento en el que te pones en frente de gente para tocar tu música, da igual si pasa el día metiendo código en una oficina, enseñando a estudiantes de 1º de la Eso en un colegio, o sacando brillo a tus Grammys. Lo que cuenta es la pasión y el sudor que le pones a tus canciones.
Y cualquiera que sean tus desilusiones o tus éxitos en el mundo del espectáculo, recuerda que cuando subes al escenario y tocas tus canciones, estas ofreciendo algo que nadie más puede ofrecer: TU MÚSICA, y la visión del mundo desde donde estás TU (y sólo tú). Y eso es un regalo incalculable.
Espero que estos consejos te hayan sido útiles y aprovecho la oportunidad para comentarte que abro la recepción de estudiantes a mis clases de canto tanto presenciales como por skype. Recuerda que tienes al pie del artículo mis datos y enlaces para contactar en caso de estar interesado.
Un saludo y hasta el próximo artículo 🙂
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Extraído y adaptado del libro The Complete Singer-Songwriter: A Troubadour’s Guide to Writing, Performing, Recording, and Business” del autor Jeffrey Pepper Rodgers. Traducido por Gema Vau
Excelente tu explicación te cuento que a mis 64 años voy a subir por primera ves a un escenario relativamente importante en una fiesta en mi ciudad , lo cual me llena de orgullo, estudio canto hace tres años .y tus consejos se que me servirán de mucho.