A medida que aumenta el número de lanzamientos por cada vez un mayor número de compositores, la importancia de las divisiones de composición y su valor legal se va volviendo más importante. Aquí explicamos qué son estas divisiones y cómo deberían gestionarse para evitar conflictos a lo largo del trabajo.
Hay un caso reciente y sonado en el mundillo anglosajon en el que el magnate de la música, Simon Cowell, recientemente se separó de Little Mix, el grupo de chicas que mentorizó y con las que firmó después de que ganaran en factor X durante 2011.
La razón de esto fue una discusión con sus representantes de Modest Management en torno a los créditos de composición de su single “Woman Like Me”.
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Seguramente muchos pensaran que es un movimiento drástico para un problema que pareciera no ser relevante, pero dichas discusiones están volviéndose cada vez más comunes – especialmente considerando el crecimiento exponencial de los compositores acreditados en los éxitos de la actualidad.
De todo esto es que surge el concepto de divisiones de composición.
Cada compositor y músico que esté distribuyendo su música debería saber qué son y cuál es su importancia. Eso evitará que haya más inconvenientes de la cuenta a lo largo de tu carrera artística.
Pero estas divisiones no son siempre sencillas. Entonces, para que entender de qué tratan estas divisiones aquí te ponemos todo lo que necesitas saber.
Quién tiene qué
Antes de comenzar, es necesario que entiendas los dos distintos tipos de copyright que existen para una canción:
- El derecho del máster es la posesión de la grabación de sonido, y por lo general le pertenece a la discográfica.
- El derecho de la composición es la posesión de la canción subyacente, siendo referido a veces como el derecho editorial.
El derecho de composición es dividido entre los compositores y sus respectivas editoriales. El porcentaje que cada uno recibe (la división) necesita ser acordada entre todos los participantes antes de que se edite la canción.
Qué es una división justa
Usualmente muchos artistas y compositores preguntan qué tipo de acuerdo deberían pedir a la hora de trabajar con otros compositores.
¿Quieres trabajar con ellos de nuevo? De ser así, haz una división equitativa.
Algunas veces la pregunta evoluciona a partir de la sensación de que han hecho más que los otros compositores. Una primera respuesta puede ser: “¿Quieres trabajar con ellos de nuevo? De ser así, divide equitativamente”.
La respuesta común es que ellos han creado la melodía y letra, por lo que deberían obtener más, pero el punto es que es difícil el cuantificar el valor de la contribución de alguien.
Podría ser algo tan simple como cambiar el formato de la canción – como quitar los pre-coros o añadir cosas nuevas – y esto puede hacer la diferencia entre una canción exitosa y una promedio.
Divisiones entre socios
Tal vez el ejemplo más famoso de compartir el oficio de composición es la relación Lennon-McCartney.
En retrospectiva, sabemos que ciertas canciones de los Beatles fueron hechas por Paul y otras por John, pero aun así todas tenían una división de créditos de 50/50. Podría afirmarse que juntos, eran más que la suma de sus partes.
¿Tal vez el hecho de que hacía falta la aprobación de ambos afectaba la calidad lo suficiente para satisfacer los gustos de ambos?
La gente tiende a luchar por sus ideas para obtener una mayor ganancia, no por mejorar la canción.
Divisiones que mantienen juntas a las bandas
Otro peligro que existe en torno a las divisiones es que la gente tiende a luchar por sus ideas para obtener mayores ganancias, no para mejorar la canción.
Algunos acreditan la longevidad de U2 a la división equitativa de cada canción – incluso su manager Paul McGuinnes posee una ganancia equitativa, como si fuera parte de la banda.
Todos en Coldplay también obtienen una ganancia por cada canción, sin importar si Chris Martin vino al estudio con una composición terminada o no.
Mientras tanto, existe una larga lista de separaciones de bandas producidas por aquellos miembros que sienten que su contribución no ha sido lo suficientemente reconocida mientras que otra persona se llevó todo el crédito de la composición, ganando mucho más que el resto de la banda.
Composición por compromiso
Hay una regla no escrita en Nashville que dice que se haga una división equitativa en torno a la cantidad de personas que hubiera en la habitación durante la sesión de composición.
Pero en la última década, gracias a que la tecnología nos ha permitido trabajar a distancia, esta regla ya no aplica.
Ahora es común ver a un DJ/productor enviando un instrumental a diez o más compositores “importante”, y luego ir seleccionando secciones de cada uno de ellos, con un coro de uno, un verso de otro, etc.
En hip-hop y EDM, las contribuciones que solían ser tan sencillas como un arreglo (y no tan elegibles para una ganancia de la publicación) ahora son vistas como contribuciones de composición, incluyendo la programación de la batería.
Añádele a esto las muestras y la inclusión de otras canciones, y ya no es sorprendente un promedio de compositores acreditados en los éxitos de 2018 de 9,1 por canción.
Y, finalmente, está la infame frase de artista que dice: “cambia una palabra, obtén mucho”, cuando un artista que recibe una canción terminada pero quiere una parte de la composición para obtener una ganancia.
La compositora de Reino Unido, Dyo, dice que usualmente ella deja una parte sin escribir para que el artista pueda contribuir y pueda sentirse como parte del proceso.
En estos casos, todo puede negociarse. Y como en toda negociación, aquellos que están dispuestos a irse son los que tienen más poder.
Tienes que averiguar cómo puedes obtener tu canción cubierta por alguien más. Si el artista es lo suficientemente famoso, podría valer la pena darle una parte. Después de todo, tener un 15% de la canción de Drake podría valer más que tener 50% de la misma canción lanzada por un artista desconocido.
El mayor obstáculo para obtener las particiones es el hecho de que nosotros, los compositores, tenemos que discutirlo.
Negocia tu parte con anticipación
El mayor obstáculo para obtener las particiones es el hecho de que como compositores, tenemos que discutirlo. Lo sé, porque he evitado hacerlo durante gran parte de mi carrera como compositor. Lo describo como hacerle una proposición matrimonial a alguien durante la primera cita – algo bastante incómodo para todos.
Pero, sin importar qué incómodo sea, qué tantos compositores han evitado las particiones, necesitas discutirlas con anticipación si quieres recibir la paga adecuada – o incluso, si quieres recibir paga alguna.
Si el acuerdo de división y registro de la canción con tu Organización de Derechos de Autor (ASCAP/BMI/SOCAN/PRS/SGAE, etc) no está completo o está bajo disputa, nadie va a obtener nada.
Esto es algo mucho más común de lo que piensas. Hace un par de años, el jefe de la asociación de derechos de autor de Reino Unido, PRS, mencionó que uno de los álbumes de Beyoncé aún estaba bajo disputa 18 meses luego de su lanzamiento. Sin duda alguna, Beyoncé aún tenía el dinero para pagar sus deudas, pero no habría sido lo mismo para algunos co-compositores.
Para asegurarte de que te paguen cuando tu canción sea reproducida a través de radio o televisión, o tocada en un concierto, necesitas estar seguro de que tu organización tiene un registro “limpio” de ella antes de que sea lanzada.
Esto significa que tienen la información de quién la escribió, cuáles son sus números de identidad, quién es el publicador, y cuál es la repartición de la canción, la cual debería ser una suma del 100%, no más.
Si quieres hacer música para vivir necesitas estar consciente de tus derechos, para que puedas ser acreditado y pagado de forma correcta.
Enfréntate a la música
Nadie se convierte en un creador de música para terminar haciendo labores administrativas, pero si quieres hacer música para vivir necesitas saber todos tus derechos, para que te puedan pagar de forma correcta.
Afróntalo y discute cómo tú y tus co-compositores deberían dividir los créditos de composición lo antes posible, para prevenir discusiones a largo plazo – o incluso, terminar en separaciones, como terminó en el caso de Little Mix.