Coaching

3 Claves de trabajo en equipo en una banda

trabajo en equipo en una banda
Escrito por Gema Vau

Un gran área del Coaching nos habla del Trabajo en equipo, y si deseamos beneficiarnos de la gran sabiduría que encierra, podemos tomar prestado de esta disciplina algunas herramientas y enseñanzas al respecto, para crear, mantener y llevar al éxito al menos en este terreno, a nuestra banda.

Está bien, el Rock&Roll es un estilo salvaje, y de cara a la galería las bandas idealmente surgen bajo el lema: Drogas, Sexo y Rock’n’Roll… pero nosotros sabemos que no es así, que el trabajo duro y arremangarnos es nuestra realidad, que los problemas de comunicación a veces son nuestro desvelo, y que manejar la frustración si estamos en un proyecto que no resuena con nosotros o en conflicto con las personas que lo forman, nos resta energías y competencias como estudiantes y ejecutantes de nuestro instrumento.

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Salvador Lopez en su libro “Rockvolucion empresarial”, precisamente nos pone de ejemplo de trabajo en equipo para las empresas, y nos dice cosas muy bonitas, como estas:

  • Una banda de rock es un entorno de creatividad, trabajo en equipo, orientación a objetivos, negociación, innovación y metodología, una banda bien puede ser un equipo de alto rendimiento.
  • Los músicos tienen una original manera de pensar y afrontar los retos.
  • Se trabajan y se consiguen competencias como: adaptación al cambio, creatividad, trabajo en equipo, comunicación, gestión del entusiasmo, compromiso para llevar a la práctica las ideas…
  • Una banda actuando en directo es uno de los paradigmas del trabajo en equipo “en tiempo real”.

¿Quien no desea tener un grupo donde se consensuen y alcancen objetivos que sean importantes para todos los miembros, y donde reine la armonía (no sólo musical) y se fomente y escuche esa curiosidad que hace que crezcamos como músicos y como personas? ¿Un lugar donde sentirse valorado, a gusto, un entorno donde se respire respeto, reconocimiento y donde las ideas fluyan sin censura y todos trabajen con alegría, de forma eficaz?

Pues dejadme deciros que hay esperanza: ese lugar existe. Pero como todo lo que realmente merece la pena, requiere trabajo por parte nuestra y de todos los compañeros de banda. Una brújula muy particular para llegar a ese sitio es el coaching, pues nos brinda herramientas prácticas y pistas clave sobre qué cosas hacer, qué revisar y en qué trabajar a nivel individual y grupal, para conseguirlo.

En este artículo, empezaremos comentando y dando ejemplos sobre las características de un equipo de trabajo ideal, y en nuestro caso, un grupo de música ideal, y en paralelo, comentaremos cómo podemos ser mejores en nuestro grupo.

Balanceo de funciones y que el peso se reparta, según gustos, aptitudes, conocimientos y carga de trabajo (esto también es crítico a la hora de encontrar a las personas con las que quieres formar el equipo).

Resultará en una implementación y en un ambiente de trabajo armónico de participación, para que las responsabilidades sean compartidas. La asignación de roles y normas y su revisión periódica para respetar el código de cooperación, definir las consecuencias si no se cumple, y comprender entre todos, los mínimos exigidos a cada uno.

Las funciones deben repartirse. No queda otra, si no queremos quemar al colega de al lado. No valen excusas de no sé o no se me da bien y si realmente es así, el resto pueden enseñarnos y ayudarnos.

Hoy en día que los músicos cada vez más debemos adoptar la filosofía del do it yourself el que no sabe de algo y no lo cambia, honestamente es porque no le da la gana o le da pereza.

Eso no quita que contratemos determinados servicios de profesionales, si es que realmente queremos que las cosas tengan la máxima calidad, porque claro está, si nos formamos lo justo, salvaremos el tipo y nuestro tiempo es limitado, pero también lo es el dinero y no todos los grupos estan al nivel de invertir en según qué cosas.

Discernir cuales sí y cuales no, es otra tarea a consensuar y no se debe escatimar en lo realmente importante.
Lo ideal es que cada persona del grupo tenga un conocimiento básico de todo lo que se mueve y se hace desde el grupo.

Eso permitirá que si alguien se quema, se pone malo o le cae un piano en la cabeza, otro tome el relevo en esa tarea.

Es bueno cuantificar la carga de trabajo de forma realista y honesta. Y por ello es que es mejor asignar tareas en base a quien sea mejor en esa área, tarde menos, o le suponga menor impacto en términos tiempo/esfuerzo, para ser más eficaces.

Cuántas veces escucho grupos que se quejan de que uno de sus miembros no hace ni el huevo, o que alguien está harto de llevar las redes sociales porque le quita mucho tiempo… este ejercicio debe hacerse y cuanto antes, para evitar dolores de cabeza posteriores.

Aquí la comunicación positiva, la asertividad y el feedback juega un papel clave en el trabajo en equipo, así como que el liderazgo efectivo se ejerza desde todos los puntos de fuerza.

Esto es que, aunque en algunos grupos hace falta un coordinador o líder, no olvidemos que exista o no, un grupo/equipo de trabajo realmente eficiente es aquel en el que todos los músicos se responsabilizan de su parte y la lideran siendo los expertos en ese área determinada.

Un grupo debe comunicarse. Pero ¡ojo! no perderse en la comunicación. Me explico, que sea con un fin concreto y mediante: respeto, educación, crítica constructiva, escucha activa, canales correctos, reuniones periódicas, agendas, revisión de acciones, calendarios inversos… hay muchas herramientas de  las que os hablaré en artículos posteriores, que pueden ayudarnos a una mejor coordinación.

Es importante que el grupo lo integren personas con puntos de vista diferentes, con formas de pensar y actuar distintas. Creedme, buscar gente demasiado parecida a nosotros o demasiado afín, resta creatividad, no sólo en lo musical sino en el trabajo en equipo: las propuestas, las soluciones, los enfoques… pero claro, en una banda así hay que fomentar el respeto y la tolerancia ante todo.

Y por supuesto algo clave para la comunicación y el buen clima es no tener ningún problema personal no resuelto con otro/s miembro/s del equipo. Por favor, seamos adultos y trabajemos en ese tipo de cosas cuanto antes e impactando lo mínimo al resto.

Una planificacion de las acciones, que apunte a un objetivo comun. La definición de objetivos personales, profesionales y grupales así como el compromiso hacia ellos, y la viabilidad realista entre lo individualista y el bien común (interdependencia positiva).

Qué obvio pero qué difícil de concretar… el/los objetivo/s deben ser claros y compartidos. Este punto es de lo más crítico, dado que a veces los intereses o intenciones de un miembro del grupo no se ponen al servicio o chocan con los de la banda. Hay que tener claro, para qué estamos y qué esperamos.

Y compartirlo, comunicarlo, consensuarlo y nos tiene que valer, nos tenemos que comprometer todos en esa dirección que tomamos. Aquí si que no vale ceder por estar, porque acabaremos desvinculándonos del proyecto tarde o temprano.

*Una herramienta muy efectiva la cual os explicaré en artículos posteriores es el plan SMART.

Os animo a compartir este artículo con vuestros compañeros, incluso a leerlo juntos, comentarlo o debatirlo para mejorar vuestro desempeño en la banda y por supuesto, vuestra felicidad personal.

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Sobre el autor

Gema Vau

Gema Vau es coach vocal certificada por Justin Stoney (New York Vocal Coaching) y Modern Vocal Training.
Fundadora de la Escuela Vau en Madrid y online.
Filóloga inglesa, productora y amante del Rock, Metal, Gospel y Soul.
Locutora y actriz de doblaje

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