La industria musical es posiblemente la industria que más se ha visto afectada por los cambios disruptivos del entorno, especialmente los tecnológicos puesto que el modelo de negocio tradicional se basaba en una industria de contenidos en soporte físico. Aunque también, al tener otras dos patas, como los derechos de autor y la música en vivo ha ido pivotando y adaptándose, no sin grandes dificultades especialmente la primera década.
Dicho esto, una parte fundamental de la industria musical es la promoción de los artistas que son basicamente, la causa por la que los consumidores (fans) pagan por sentirse más cerca de ellos, vivir una experiencia en directo y consumir sus contenidos (música, vídeos…)
Esta parte, ha cambiado drásticamente, al igual que lo ha hecho el core del modelo de negocio del sector. Y es en esa parte, la parte de marketing y promoción musical donde vamos a anidar el presente artículo.
Por resumirlo en una frase, los artistas han pasado de vender CD´s y aparecer en los mass media (radio, prensa, TV) a cultivar el crecimiento de sus audiencias en plataformas como Youtube, actualmente la plataforma más importante en cuanto a descubrimiento musical.
Anteriormente, era el sello discográfico el que a través de su A&R descubría el talento emergente tal vez en un pub, en la calle, un vecino… y se acercaba ese hombre misterioso a darte su tarjeta invitándote a una cita en su despacho prometiéndote una oportunidad, un disco y tal vez… un sueño.
La maquinaria de la industria musical comienza con la firma del contrato, la grabación del disco (compositores para las canciones, música de estudio, estudio de grabación…). Después la fabricación de CD´s, su distribución a tiendas especializadas en un principio y en los últimos años incluso a mayoristas como Wal Mart junto a una agresiva e intensiva promoción de las nuevas estrellas prefabricadas por los sellos aparecen en programas de TV, Radio, revistas, magazines o periódicos… consiguiente que la gente haga cola para comprar el cd en cuestión en algún minorista.
Tras esto, seguramente comenzarían los conciertos, las giras y una vez terminada, el artista en cuestión desaparece hasta el próximo disco.
Actualmente, internet lo ha cambiado todo y los artistas cultivan sus comunidades online, comparten contenidos en distintas plataformas como redes sociales, plataformas de video como Youtube, plataformas de música en streaming como Spotify u otras que están pegando fuerte en estos momentos como TikTok.
En este nuevo contexto, los artistas buscan incansablemente aumentar los sucriptores de sus canales, crear conversaciones con sus fans, incentivarles y llamarles a la acción e influenciar los likes de Youtube para, por ejemplo, para que el algoritmo les de un empujoncito.
Algo bueno de este nuevo panorama es que no hay reglas. Las plataformas online permiten una conexión directa entre artistas y fans y cada uno puede desarrollar su propio estilo, analizar que contenidos y plataformas le funcionan mejor y a fin de cuentas, desarrollar el modelo que mejor encaje en cada caso particular.
Bienvenido a la nueva industria de la música.