Tras haber echado un vistazo a lo que ha sucedido en el sector del streaming a lo largo de este año en general, vamos a entrar a las principales plataformas para ver los aspectos más positivos y negativos de su desempeño durante este año que toca a su fin. Empezamos con Spotify.
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Spotify en 2016
Spotify es sencillamente el servicio de suscripción de streaming de música bajo demanda más grande y cada vez lo es más. El pasado mes de septiembre, su CEO Daniel Ek, tuiteó que Spotify había sobrepasado los 40 millones de suscriptores de pago, el doble de los que tenía en junio del año anterior. El hecho de que Spotify no sea un gigante tecnológico que venden otro tipo de productos y que prestan atención al streaming en tanto en cuanto son poseedoras de una enorme base instalada de usuarios, sino principalmente una compañía de streaming de música, da a los sellos discográficos una razón más para apoyarlo.
Las relaciones de Spotify con los sellos discográficos no se verán dañadas incluso habiéndose negado firmemente a las exclusivas. En junio de 2016 Spotify contrató a Troy Carter, CEO de Atom Factory (Ex-manager de Lady Gaga) a fin de reforzar sus relaciones dentro de la industria musical.
De otro lado, continúa ampliando su oferta de playlists personalizadas, consideradas como las más intuitivas y mejor experiencia de usuario. Además la compañía se ha diversificado hacia el vídeo, penetró en el mercado japonés y estableció una alianza con Tinder.
Respecto a lo menos positivo del desempeño de Spotify a lo largo del año, cabe destacar que el crecimiento de Spotify no se ha traducido en beneficios. La compañía ha registrado unas pérdidas de casi 200 millones de dólares en 2015. Además también se encuentra en medio de la negociación de los nuevos contratos de licencias con las majors lo que añade por el momento grados de incertidumbre a su horizonte de planificación estratégica.
También continua el debate sobre los pagos de la plataforma a los editores y compositores por el uso de las composiciones que son independientes jurídicamente de los royalties que pagan los sellos discográficos de los compositores de las canciones grabadas. En este orden de cosas, Camper Van Beethoven, demandó a Spotify por infracción de Copyright, caso que actualmente sigue en curso.
Lo que sigue en cuanto a Spotify con gran transcendencia es su Oferta Pública de Venta con el tiempo echándoseles encima debido a los términos del acuerdo para 1.000 millones en deuda convertible que empujan a la compañia a llevar a cabo si oferta pública más pronto que tarde.Veremos si lo consigue…
Por otro lado, Spotify ha considerado adquirir Soundcloud lo que afianzaría a Spotify como líder en el sector del streaming, no obstante pronto tendrá que convencer a Wall Street de que su modelo puede proporcionar beneficios.