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Por Qué se Necesitan Alternativas a los Principales Players del Streaming de Música

alternativas a spotify

Hace tan sólo unas semanas, un tweet de Gwenllian, miembro de una de la band Adwaith encendió en Tiwtter un debate acerca de si Spotify es una plataforma justa para los músicos.

Ella twitteó: “Que locura cómo trabaja Spotify. Nosotros compramos nuestro equipo para poder tocar, escribimos canciones, pagamos por nuestra grabación/producción y mastering, pagamos por nuesto PR, pagamos para que nuestra música esté en Spotify (lo cual genera una suma de 3.000 o 4.000 libras, si no más) y a cambio nos regresan lo que literalmente son centavos”.

El artista Accü respondió “¿Qué tal si PRSforMusic lanzara su propia plataforma de streaming? Harían streaming de todos los artistas del Reino Unido que están registrados con ellos. ¿No es lógico pensar que por ser nuestra sociedad de recolección de regalías deberíamos tener más control sobre el streaming? Me gusta pensar que la distribución sería mucho más justa de esta forma”.

Esos tweets hicieron pensar a la comunidad en torno al hecho de que ciertamente serían necesarios modelos de streaming y financiación que sean más justos, tanto para los artistas como para las discográficas.

Si bien es cierto que la plataforma de Spotify ha llenado e impulsado las ganancias dentro de la industria de forma general, y que se ha convertido en una buena opción para los oyentes gracias a un fácil acceso a toda la música que pudieras desear a través de pagos económicos o niveles gratuitos con anuncios, también es innegable que ha producido consecuencias preocupantes para la música.

¿Se ha devaluado la música?

Si puedes escuchar todo lo que quieras, ¿dónde está el incentivo para cobrar la música? ¿Para valorarla?

Nada supera a la anticipación y disfrute de comprar una obra de arte, y no hay duda alguna de que la calidad y sonido son superiores, pero a pesar del resurgir de los discos de vinilo, está claro que el formato digital es el futuro. Hemos visto un declive en las ventas físicas en torno a las tiendas de Estados Unidos y el Reino Unido. A la hora de hablar del consumo de la música, pareciera que la comodidad y el costo ha sido lo que ha logrado dominar.

A comienzos de este año, Spotify anunció que era rentable por primera vez después de sus más de diez años de historia, obteniendo casi 100 millones de suscriptores y el doble de usuarios activos.

¿Pero ha sido bueno para la industria?

En torno a la disminución de las ventas en físico, algunas gráficas parecieran afirmar que sí. La industria de la música en Reino Unido vio sus ganancias incrementadas durante 2018. La asociación minorista de entretenimiento confirmó esto a comienzos de este año: “Cerca de 1.300 millones de libras se produjeron a través de tiendas de música y servicios digitales el año pasado”.

El organismo de comercio discográfico, BPI, confirmó que hubo un impulso en la demanda durante 2018, la cual fue producida por 91.000 millones de reproducciones de audio a través de servicios de audio como Spotify, Apple Music, Dezeer y otros. Esto representa un aumento del 33.5% en comparación con 2017 y un aumento del 2.350% desde 2012.

Los streams de audio ahora producen dos tercios (63.6%) de todo el consumo doméstico de música en el Reino Unido. Los álbumes obtuvieron un aumento del 5.7% – este es el crecimiento interanual en “ventas equivalentes de álbumes” – una medida donde diez ventas de canciones es un “equivalente de álbum” y 1.000 reproducciones de audio es un “equivalente de álbum por streaming”. Estos equivalentes eran de 135.1 millones en 2017, y subieron a 142.9 millones en 2018.

El aumento fue producido gracias a servicios como Spotify y Apple Music

El lado de las suscripciones a streaming fue de 34.9% en 2018, teniendo a las suscripciones pagadas ocupando el 54% de todos los ingresos de música grabada dentro del Reino Unido en 2019, lo cual se traduce en 467.6 millones de libras. No obstante, las ventas físicas tuvieron un declive de 16.6%, alcanzando los 383.2 millones de libras, mientras que las descargas de música también bajaron, en un 25.7% para alcanzar 122.6 millones de libras. Pero, por otro lado, el resurgimiento del vinil continúa con su crecimiento, con 4.2 millones de unidades vendidas, un aumento del 1.6% según la BPI.

Es cierto que estas ganancias son buenas noticias para la industria de la música en general, como también para las discográficas, especialmente dado que en la última década se ha visto un declive en el uso del MP3 y en las ganancias.

Pero las ventas en físico ahora sólo aportan el 28% de todos los ingresos totales. La venta de CDs se desplomó en un 23% el año pasado, pues los consumidores han migrado a los servicios de streaming para poder escuchar su música. Sólo 32 millones de CD fueron vendidos en 2018 – casi 100 millones menos que en 2008; y una disminución de 9.6 millones de forma interanual.

La tendencia que ha prevalecido en la última década es un declive en las ventas físicas y un aumento de las presencias de las plataformas digitales para escuchar música, lo cual ha presionado a los artistas independientes y a las discográficas aún más. También está el riesgo del Brexit, además de otros que podrían perjudicar la música. El jefe de BPI, Geoff Taylor, dio una advertencia en su declaración oficial:

“Tal y como hemos estado viendo, incluyendo el anuncio de que HMV ha entrado en un proceso administrativo, el crecimiento continuo podría verse amenazado si el Brexit sigue perjudicando la confianza del consumidor, o si el gobierno no puede garantizar que todas las plataformas que pagan por usar música lo hagan justamente. Si todos esos riesgos logran ser evitados, la música británica podrá seguir creciendo aún más”.

Lo que ocurre en este caso es que esas ganancias no están siendo distribuidas entre sus compositores y creadores, sino que Spotify paga entre 0.0046 y 00.64 libras por reproducción al acreedor de los derechos de la canción. Dicha ganancia que obtiene el acreedor puede ser dividida entre la discográfica, los productores, los artistas y los compositores.

Al realizar acuerdos con Spotify, y al apoyar a la plataforma durante sus primeras etapas, las grandes discográficas han recibido una gran recompensa a cambio de sus inversiones, una influencia en la visibilidad de los artistas dentro de la plataforma, y en el proceso de la asignación de regalías para la mayoría de los artistas, los cuales pueden vivir de las ganancias de Spotify.

En años recientes, Taylor Swift quitó su música de la plataforma como una protesta por dichas pagos, al igual que Radiohead, aunque posteriormente llegaron a un acuerdo con Spotify. No obstante, otros artistas no pueden correr con la misma suerte dado a que no poseen la misma popularidad, respaldo y trato con la compañía.

Spotify se ha enfrentado a numerosos desafíos legales en torno a sus pagos mecanizados, perdiendo un caso llevado a cabo por David Lowery, el cual llegó a un acuerdo de más de 112.55 millones de dólares, incluyendo un pago inmediato de 43.55 millones de dólares a los miembros y el compromiso de pagar las regalías que aún se llevarían a cabo.

En 2015 George Barrow (Beak > Portishead) envió un tweet diciendo que, a pesar de que su música había sido reproducida 34.000.000 veces, sólo había logrado reunir 1.700 libras después de impuestos.

Barrow escribió: “Las ganancias de 34.000.000 reproducciones después de impuestos = 1700 libras. Gracias @apple, @Youtube, @Spotify, y especialmente a @UMG_News por vender nuestra música tan barata”. Esta afirmación de Barrow significaría que él y su banda reciben aproximadamente 0.000005 por reproducción.

Posteriormente envió otro tweet diciendo: “No tengo nada en contra de hacer streaming de una grabación. Pero sí tengo mucho en contra de la gente que da mi trabajo de forma gratuita”, comentando que no son las bandas como Portishead que sufren la peor parte, sino las “bandas jóvenes, como aquellas en la discográfica Invada”.

Ciertamente el streaming le ha generado ganancias extras a la industria de forma general, pero también ha cambiado la cultura del consumo de la música, lo que significa que es parte de un acelerado cambio que va desde el formato físico al digital. La tecnología siempre está evolucionando, como también lo hacen las formas de entregar las cosas, y por eso veo que existe una correlación entre el rápido crecimiento del streaming y la disminución de ventas físicas, lo cual comenzó en 2016.

Spotify es una aplicación muy cómoda de usar, la cual ha creado de la ilusión de pertenencia donde realmente no existe. Parecería que toda la música es descargada a tu dispositivo, pero en la realidad, sólo estás accediendo a su sistema; si un día no puedes tener acceso a internet, no podrás escuchar toda la música disponible en Spotify de la misma forma que podrías hacer con iTunes.

En las películas y la televisión, la transición a servicios digitales y de streaming fue llevada de una mejor manera, a través de etapas, y realmente la aparición de un servicio como Netflix ha sido beneficiosa para ambas formas de artes. Tal vez la industria se lo estaba buscando – años de saturar a los CD y luchar contra las descargas en Napster nos llevaron a un incremento de descargas ilegales, sin mencionar el robo de archivos en streaming y torrents. Spotify y otros servicios de streaming fueron la respuesta a esto.

En el caso de Spotify, habían dudas en torno a si realmente les importaba la música o si sólo estaban buscando sumergir a la gente en su modelo de pagos, y en el caso de Apple, si sólo les importaba vender el hardware.

La reciente eliminación del catálogo MP3 de Myspace demuestra que los gigantes tecnológicos se preocupan por lo suyo, y no es de sorprenderse. Más importante aún, Spotify no paga muy bien a los artistas; en el mejor de los casos, sus regalías no se comparan muy bien con las de Apple.

Los grandes artistas y discográficas han logrado recibir acceso a nuevas fuentes de ganancias, y a nuevas formas de promocionarse en las listas de reproducción, pero los artistas más pequeños aún se deben enfrentar al colapso que están recibiendo las valoraciones dentro de Spotify, sin mencionar las dificultades a las que se deben enfrentar a la hora de obtener dinero con sus tours.

BuzzAngle Music dice que más del 99% del streaming de audio proviene de las 10 canciones más reproducidas. Esto significa que menos del 1% proviene del resto de la música en cuanto a streaming. Entonces, ¿cómo puedes hacer para sobrevivir y crecer en un entorno donde los intereses y los bienes están concentrados únicamente en la cima?

La marca Popty Ping (la cual ha lanzado canciones de Chroma, Gintis, entre otros) envió un tweet diciendo: “Nuestro último disco costó mucho para grabarse (aunque con una afortunada financiación para hacer seis canciones), y más de 1500 libras para emitir 500 copias. Han recibido su primer cheque de regalías de Spotify y eran sólo 6 libras”.

“Las bandas buscan generar ingresos a través de la música grabada con la venta de entradas, o con la ayuda del resurgimiento del vinilo”. Dice Rick Lanning de Ghost Signals, “Ambas tienen sus propios problemas – rara vez ves publicidad de conciertos en Facebook sin que alguien haya comentado: “¿25 libras? Ya los vi por 3 en 1989”.

La artista Malka dijo a medios especializados “Dado a que el streaming se ha comido todas mis ventas, dependo de cualquier ingreso que pueda recibir a través de las sincronizaciones (las cuales son mi fuente principal de ingresos para mi música), a través de regalías y a través de crowdfunding, para garantizar que pueda seguir produciendo música. No suelo hacer tours dado a que los costes no son algo conveniente para mí. Así que pierdo algunas ventas extra por eso. Pero cuando puedo, sí los hago”.

Continuó explicando “Necesitamos atender el tema de las regalías por streaming que les llegan a los artistas y a las discográficas independiente. Sin un cambio, veremos más discográficas cerrando, a más artistas renunciado y a más tiendas cerrando. El dinero simplemente no está regresando a los creadores y no pueden sobrevivir así”.

A finales del año pasado, Spotify lanzó una astuta gráfica para mostrar y promover el número de reproducciones que un artista ha ganado. Algunos vieron esto como una forma graciosa e irónica de demostrar la disparidad que existe entre la cantidad de reproducciones y las regalías que da Spotify.

El streaming llegó para quedarse, pero dado este ambiente, necesitamos encontrar nuevas formas de apoyar directamente al artista y a las discográficas, quienes ponen mucho esfuerzo y fondos para componer y grabar la música que disfrutamos.

Comprar música directamente por parte del artista a través de Bandcamp o su sitio web, o el ir a sus conciertos, es una buena forma de apoyarlos. Pero es innegable el hecho de que el streaming se está volviendo una fuerza dominante, por lo que debemos encontrar nuevos y mejores modelos.  También existen plataformas directas para fans que permiten crear diálogos y fondos entre artistas y fans. Veremos esto último a más profundidad en mi próximo artículo.

Cuando pagas tus suscripciones de Spotify, ese dinero se divide entre los artistas que escuchas, pero no existe siquiera un reparto justo entre los creadores, puesto a que va principalmente a los fondos de Spotify y posteriormente es dividido y distribuido de forma discreta, por lo que sólo podemos asumir un favoritismo dado a los acuerdos que tienen con grandes discográficas. Algunos incluso han pedido que se implementen botones de pagos en los perfiles de los artistas como una forma de promover el apoyo de los fans hacia sus artistas favoritos.

Lanning destaca que “El sistema de pago está basado en este fondo de 10 libras, el cual es posteriormente proporcionado a un artista basado en sus reproducciones. Esto parece algo justo en principio, hasta que tomas en cuenta el hecho de que existen grandes discográficas/artistas negociando sus propios ingresos por reproducción – lamentablemente esta responsabilidad adicional ha venido de algún sitio, y por lo mismo se sumerge por completo en ese “fondo de 10 libras” disponible para todos los demás”.

Por todo esto, los artistas y discográficas está pidiendo mejores alternativas que ofrezcan regalías más justas para los artistas y pequeñas discográficas, como también alternativas que ofrezcan una mayor democracia en términos de descubrimiento. Un informe emitido el año pasado mencionó que Spotify debería estar cobrando 40 libras al año si quisiera recompensar a los artistas de forma apropiada. Pero eso iría contra su modelo de negocios, el cual se basa en el crecimiento a través de cuentas gratuitas con anuncios que posteriormente son mejoradas a cuentas pagadas. La discográfica Flying Vinil envió un tweet diciendo: “Debería existir un servicio de streaming de música co-operativo que le pertenezca a la industria de la música con un coste de suscripción que sea lo suficientemente alto para pagarle bien a los artistas”.

Lo peor es que Spotify, Amazon, Google y Pandora recientemente presentaron apelaciones legales contra la decisión tomada por el Consejo de Regalías por Copyright de Estados Unidos (US Copyright Royalty Board) de aumentar las regalías obtenidas por streaming de los compositores (y editores) en un 44%, pero Billboard&nbsp dice que han pasado de ofrecer 15 centésimas por reproducción en 2014 a ofrecer 11 centésimas por reproducción en 2018.

Apple Music, por su lado, ha aceptado realizar estos aumentos y ha ignorado cuestionar u omitir lo que es visto como un pago importante para los compositores.

David Isreaelite, presidente y jefe de la NMPA explica: “Spotify y Amazon son malos actores; han tomado la decisión de apelar… Es claro lo que está ocurriendo, pues Google y Pandora no quisieron apelar, y sólo no van a hacer para proteger sus intereses puesto  que Spotify y Amazon se negaron. Así que obtuvieron un pase”. 

Condena el hecho de que los artistas “reciben una paga muy pobre” por parte del nivel gratis de Spotify, al mismo tiempo que pide a la compañía dejar su apelación legal de lado.

“Los compositores son socios importantes para Spotify, pero son tratados como si fueran esclavos. Es ofensivo, y es algo que pienso que la comunidad de compositores está comenzando a ver, y me imagino que esta será la última gota que derrame el vaso y rompa esta relación”.

Claro que existen aspectos positivos para Spotify y el internet: Como oyente, la decisión está en tus manos, y toda la historia de la música está disponible para ti en tan sólo un clic. Ahora la música está disponible de forma gratuita a través de internet. Aunque a veces estamos abrumado con tantas opciones que existen, y es más difícil para las nuevas canciones el poder destacar.

El streaming también puede funcionar con el propósito de promover ventas físicas y espectáculos. Peter Darrington de la discográfica RecklessYes envió un tweet diciendo: “En nuestra discográfica vemos a Spotify como una herramienta para ayudarlos a tener espectáculos y merchandising. Las ganancias son divididas en 50/50 (después de costes) entre el artista y la discográfica. Utilizamos a Bandcamp para comprar digitales (mucho más justos) y dejamos que los artistas tengan un comienzo en las tiendas para las ventas”.

Existe un buen elemento de prueba antes de comprar con plataformas de streaming, lo que te permite escuchar antes de invertir. No obstante, los efectos de cualquier modelo de Spotify son más que superados por el hecho de que el hábito de poseer música está muriendo en las nuevas generaciones, las cuales han perdido las tendencias a comprar discos o incluso descargas.

Lanning tiene una idea donde se podrían complementar entre sí: “Algo útil podría ser que, en vez de dar códigos de descarga en los discos de vinilo (los cuales casi nunca son usados), des los códigos para un sitio de streaming, el cual desbloquearía contenido adicional, versiones en vivo. De esta forma, el formato físico complementa el formato digital, en vez de ser al revés”.

Un informe reciente mencionó que muchas personas jóvenes suelen disfrutar de la música a través de altavoces pequeños o celulares con acceso a Youtube (el cual paga aún peor que cualquier otra plataforma de streaming), así que si bien es cierto que ha motivado a algunas personas a comprar más, también ha creado una cultura de streaming donde la música se toma de forma gratis, y el sonido y experiencia también se devalúan.

Las listas de reproducción son uno de los aspectos positivos de Spotify, pues ciertamente las listas de reproducción curadas pueden ser brillantes (nosotros tenemos incluso algunas).

Pueden funcionar para lograr captar la atención de una gran audiencia, dándole así ventaja a las bandas y discográficas en surgimiento. Popty Ping envió un tweet acerca de un positivo: “El querido @GreenManFest apartó a @Gintismusic los cuales no habían lanzado un disco desde hace 7 años o más. Tomaron un riesgo basado en el hecho de que la banda ha estado grabando con Bill. De cualquier forma, tocar en ese escenario nos deja con la duda si alguien iría a ver”.

Y entonces, sin tener idea alguna, pudimos observar a las bandas antes, las cuales tuvieron entre 50 y 100 personas cada una. Y pensamos que si pudiéramos emparejar eso, estaríamos felices… Tal vez había 50  que llegaron con anticipación, 150 o más cuando la banda llegó, e increíblemente más de 500 para el momento en el que la segunda canción terminó. La tercera canción fue Waltzer Song, la cual GreenManFest había añadido a la lista de Spotify. Y todo el público se sabía las letras, así que también cantaron. Cuando eres una banda que no ha sacado una canción en 7 años y cantas una canción poco conocida de tu último EP… Desde ese punto en adelante la presentación fue increíblemente maravillosa. Y así fue como terminó. Y una gran razón para eso fue por el hecho de que habíamos colocado una canción en una lista popular de Spotify”.

No obstante, lograr poner una canción en una de estas listas es muy complicado. Las listas son construidas por los algoritmos, curadores y discográficas, pero existe un misterio en torno a cómo se construyen realmente.

El cómo logras quedar en ellas no es el proceso más transparente – la gente pone mucha fe en los algoritmos. Tal vez sí funcione de esa forma. Existen tantas compañías de playlisting que es increíblemente difícil saber cuáles son legítimas y cuáles sólo van a proporcionarte 3000 reproducciones de un bot. Tal vez ya hayamos hecho las suficientes para cubrir el coste de un distribuidor de streaming en primer lugar. Gran parte de nuestro dinero vienen de conciertos, y tiende a irse en anuncios a través de redes sociales (irónicamente para publicitar más conciertos), o si es un concierto a distancia, el costo del viaje”.

Muchos argumentan que Spotify es un sistema de juegos, donde muchos artistas o discográficas reconocidos son agregados de forma automática en dichas listas de reproducción y se les motiva a crear sus propias listas, donde las canciones populares son perpetuadas a través de algoritmos, y donde las ubicaciones y reproducciones son puestas en un gráfico, reforzando así su posición. Esta preponderancia del streaming es reflejada a través de dichas listas.

En el pasado, las canciones podían superar la popularidad a través del éxito de ventas y podían alcanzar a la audiencia a través de la radio u otras fuentes, pero ahora eso es algo que ya no se puede hacer. Teniendo a las canciones cambiando por la plataforma, tal vez impulsado por el sinfín de compositores que crean música de fondo que se adecua a los niveles de atención del oyente, lo cual ha surgido luego del despertar de Ed Sheeran.

Incluso artistas increíbles como Janelle Monae y St Vincent fallan al llegar a los sencillos en este nuevo mundo, a pesar del gran éxito que poseen. El éxito de esta semana de Billie Eilish contradice esta idea, su sonido pop logró ser amigable para la plataforma y es genial ver a alguien lograr ir tan bien en las listas de sencillos y álbumes, a pesar de todo lo que ocurre.

Existen efectos más siniestros en torno a las listas de reproducción, como la erosión de la importancia de los artistas, el incremento de la escucha pasiva y una especie de control mental subliminal que te hace suscribirte al servicio como un consumidor de prueba que vende sus productos.

La música y el artista son menos importantes para Spotify que el estado emocional que logra generar. En un nuevo libro titulado “Spotify Teardown” detallado por Angus Batey dice: “Los autores apuntan a cómo las listas de Spotify (siendo que algunas son creadas por humanos, y otras son generadas de forma automática en base a la interacción del usuario) operan (¿de forma no intencionada?) como una especie de control mental  en el que Spotify erosiona la noción de la música como arte con un valor intrínseco – no sólo un valor comercial o monetario, sino un valor creativo y cultural”.

Para Spotify y sus listas de reproducción, la música no sólo se convierte en información que ayuda a publicitar, sino que también se convierte en una herramienta para ayudar al usuario a ejecutar una tarea: “Viajar”, “Relajarse”, “Workout”. La idea de que la música tiene un propósito o efecto más allá de proveer un sonido de fondo a otras cosas que hace el oyente podría verse enfocado en su perdida – si es que era parte del plan, para comenzar”.

Existen alternativas a Spotify, Apple Music, Deezer, Pandora, Soundlocud, Tidal y el reciente estreno de Youtube Music, las cuales dicen estar entre los más reconocidos del streaming.

Bandcamp es, probablemente, la plataforma más enfocada en artistas y discográficas independientes, pero su aplicación no es la mejor. Apartándonos de esos nombres reconocidos, ¿qué otras alternativas hay para las plataformas de streaming?

Contactamos a una plataforma de streaming independiente ubicada en Berlín llamada “Resonate” y explicaron cómo funciona su modelo de trabajo: “Con #stream2own, ofrecemos pagos más grandes provenientes de descargas, los cuales se convierten en una solución simple para los oyentes que aman apoyan a sus bandas y artistas favoritos. Eso crea más ingresos para los artistas, mientras que les ayuda a descubrir a sus verdaderos fans – aquellos que repiten multiples veces. Más allá de esta alternativa, también somos únicos en comparación a otros servicios en el sentido de que le pertenecemos a la comunidad. Los artistas, discográficas y oyentes que construyen el servicio son todos co-dueños, pudiendo participan y votar a la hora de tomar una decisión”.

¿Pero, cómo difiere este modelo con el de Spotify? “Spotify afirma que su pago más alto por reproducción es de 0.0084 dólares. Si dividimos el costo de una descarga de iTunes (luego de que Apple tome su pago) por reproducción, obtenemos 107.

Eso es la cantidad de veces que has escuchado la misma canción en Spotify para que el artista pueda obtener la misma cantidad de ganancias que una descarga. Con nosotros, son tan sólo nueve reproducciones.

1.29 dólares de la descarga de iTunes – 30% del pago de Apple = 0.90 dólares para el artista. 0.90 dólares / 0.0084 = 107 reproducciones.

Si lo ajustamos al precio más bajo de Spotify: 0.90 / 0.006 = 150 reproducciones”.

Los desafíos y cambios que trae el streaming son sólo unos de los tantos problemas a los que se debe enfrentar la música en la actualidad, incluyendo la amenaza a sitios pequeños, recortes en los fondos para la música, el Brexit y la austeridad.

Esto no es un pedido para que quiten a Spotify, pues existen cosas buenas acerca de su servicio, como el hecho de que es una buena aplicación para los oyentes y también que ha proporcionado otra nueva fuente de ingresos para la industria de la música en general.

No obstante, si es un pedido para que existan unas mejores regalías, una mayor pluralidad y democracia por parte de gigantes tecnológicos como Spotify, Google, Facebook y Apple, los cuales ya de por sí son muy poderosos.

Están generando una desigualdad y buscan las ganancias por encima del arte. Necesitamos una mejor opción. Como ya hemos visto en la elección de Trump y el Brexit, los algoritmos pueden ser manipulados por actores ocultos. Spotify está utilizando la música con el objetivo de ganar impulso en el mercado, a pesar de que no comparten las ganancias; había perdido dinero por años hasta la actualidad, y eso fue a pesar del estancamiento inflacionario y el respaldo de la industria.

¿Es siquiera un modelo sostenible en su forma actual?

Como ya se ha visto en muchos casos, no les importa el bienestar o remuneración de gran parte de sus socios que son creadores, artistas y discográficas. La limpieza de Myspace es una advertencia de que no podemos confiar en las corporaciones que pretenden ser archivistas musicales.

Esperemos que Spotify no deseche la música que no es popular en cierto punto, pues en ciertos casos se ha visto que ya se encuentran creando a artistas falsos para poblar sus listas de reproducción sin identidad, pues es algo más barato para ellos.

Como plataforma, refuerza lo que ya es popular y, de ciertas formas, disminuye el descubrimiento. Necesitamos mejores formas de apoyar a los artistas que amamos, y claro, la mejor forma es comprar un disco, mercancía o una entrada para verlos. Aunque esto no cambia el hecho de que el streaming ha llegado y se está volviendo cada vez más popular en cuanto al disfrute de la música. Pitchfork publicó un artículo de cómo ser un fan de la música responsable en la era del streaming.

Tal vez pienses que el arte no es para hacer comercio, y que ser músico no es necesariamente una “carrera”; se trata acerca del arte y la música, y de cómo alguien lo valora lo suficiente como para pagar por él, lo cual es una visión, pero cuando el costo de incluso hacer, presentar y promocionar música supera lo que recibes como recompensa, se vuelve una vocación muy costosa entre trabajos pagados para los artistas en surgimiento, por lo que muy pocas personas se pueden permitir este lujo. Esto forma parte de la devaluación de la música y prohíbe a ciertos grupos de participar en ella, lo cual es muy lamentable.

Aún existe muy buena música esperando ser descubierta, pero lo popular suele ser una mala representación de ella. La verdad es que muchos de nuestros artistas favoritos tomaron años tocando, componiendo, grabando e invirtiendo para poder desarrollar su arte.

Así que necesitamos una nueva forma para ayudar a los artistas, mejores plataformas, acuerdos, etc.

Como fans, necesitamos pensar acerca de cómo gastamos nuestro dinero en música y si va directamente al artista. También necesitamos exigir regalías más justa a las plataformas de streaming existentes, y apoyar a más de una mezcla de modelos de financiamiento para artistas (como Patreon, Kickstarter, Pledge).

Los artistas y las discográficas necesitan consideran cuáles servicios los benefician, y tal vez, si los artistas más grandes comenzaran a irse de Spotify, las cosas comenzarían a cambiar, porque si no lo hacen, los artistas que amamos no podrán producir música nunca más. Puede que jamás vuelvan a pisar un escenario para encantarnos con sus canciones, o que vuelvan a realizar un viaje, pues podrían no ser escuchados. Hay que afrontarlo: Nuestras vidas estarían más vacías en un mundo así.


Fuentes:

musicbusinessworldwide.com

digitalmusicnews.com

pitchfork.com

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