Continuamos con otra de las sesiones del pasado Congreso Internacional de Salas de Concierto que tuvo lugar dentro del marco del pasado Primavera Pro.
Pop Goes Politics
Speakers: Stephanie Thomas (FEDELIMA), Marina Watremez (Ministro francés de Cultura), Philippe Nicolas (CNV), Miquel Cabal (Heliogàbal), Esther Ùbeda (La Sala), Daniel Granados (Cultura Viva).
Fila VIP: Beverley Whitrick (Music Venue Trust), Isabelle von Walterskirche (PETZI), Marc Wohlrabe (Clubcommission), Carmen Zapata (ASACC), Federico Rasetti (KeepOn Live)
Modera: Audrey guerre (Live DMA)
“Pop Goes Politics” es un concepto que fue desarrollado en suiza por PETZI (asociación de las salas de conciertos y festivales) junto a PromotorSuisse, presentado por primera vez en abril 2016 durante M4Music Festival como un dialogo abierto entre los representantes de organizaciones de lugares de conciertos e instituciones públicas y políticos. Su objetivo es entender y analizar los problemas de las salas de conciertos mientras se redactan políticas públicas apropiadas y establecer un ambiente adecuado para su supervivencia. Los problemas específicos pueden variar de país en país, por eso es que Pop Goes Politics propone que varias organizaciones se encuentren en PrimaveraPro para compartir experiencias e intercambiar ideas, con el ánimo de cultivar a través de Europa una manera uniforme de reconocer las salas de conciertos como un bien cultural para la sociedad.
Desde su creación, Live DMA está promoviendo el diálogo entre las salas de música y las autoridades públicas desde la escala local hasta escala del continente europeo. Los miembros de Live DMA son organizaciones regionales o nacionales representando los intereses de los sitios de conciertos y festivales para las autoridades del estado, para defender el valor cultural de estos espacios musicales y adaptar sus necesidades y practicas con políticas adecuadas. Si estos objetivos son compartidos con otros miembros de esta organización, la historia y el proceso son diferentes de un país a otro. Los panelistas han compartido su experiencia para presentar sus buenas prácticas de manera de inspirar e inspirarse sobre sus desafíos presentes que puedan encontrarse en su trabajo.
El proceso iniciado hace 30 años en Francia intenta poner a las organizaciones y autoridades públicas en un mismo nivel de dialogo.
La situación francesa fue introducida por el Ministro de Cultura Francesa y FEDELIMA, la federación musical de salas de concierto francesa. Su estrategia de patrocinio y co-construcción existe desde los 80’s con un enfoque importante en los impactos sociales y educacionales. El ministro y la federación han estado trabajando en elaborar un dialogo horizontal gracias a su problema común: tratar de enlazar las políticas a las necesidades de la población y el territorio. Dos esquemas pueden ser desarrollados como ejemplos: el sello SMAC (Scène de Musique Actuelles) ha sido creada en 1998 por el Estado para las salas de conciertos, el cual opera con las siguientes misiones: programación diversa, apoyo a músicos amateur y emergentes (ensayo, práctica, estudios, recursos, residencias y creación…) y trabajo comunal (acciones culturales); SOLIMA (Schèma d’Orientation des Lieux de Musiques Actuelles) es un método de consulta para identificar las necesidades de la población, audiencia, músicos y profesionales en un área delimitada. La consulta se hace con un agente externo y todas las partes interesadas tienen la misma voz y valor en la mesa.
El CNV (Centre National des Variétés) reúne a actores profesionales y autoridades nacionales así como oficinas para artes escénicas. CNV es una organización pública originalmente financiada por actores del sector musical. En efecto, el sector musical se basa en la música grabada y en vivo, los cuales son bastantes similares, pero diferentes por su estructuración. EL CNV sólo se encarga del sector de la música en vivo, al establecer un esquema de redistribución basado en una tarifa tomada por la venta de tickets. 2/3 del dinero luego se distribuyen a los que pagan el impuesto, y 1/3 se asigna para poder dar apoyo a proyectos a través de comisiones específicas (salas de conciertos, festivales, residencias, profesionalización, exportación…) y es controlada por el gobierno compuesta por toda clase de profesionales.
Por el momento, las políticas hacia la música en Francia están preocupadas por la reforma territorial y la ley sobre la creación (loi NOTRe). La noción de “derechos culturales” ha sido exitosamente añadida a esta reforma. De hecho, las políticas culturales francesas han seguido el principio de “democratización” (proveer acceso cultural al número más grande de personas) por muchos años. De esta manera, los “derechos culturales” son un principio basado en la libertad de expresión individual a través de las artes, y garantiza que las personas y las comunidades tengan un acceso a la cultura y puedan participar en la cultura de su elección (Declaración de Derechos Culturales de Fribourg, 2007, UNESCO).
El reconocimiento del valor cultural de las salas de música en España: Un trabajo en progreso
Heliogàbal es un sitio de conciertos y cultura muy dinámico en Barcelona, pero sólo se considera un bar y no tiene licencia para hospedar música en vivo. Estos últimos meses, Heliogàbal ha tenido que pagar múltiples multas y finalmente cerrar el lugar porque estaba muy lleno (la licencia de bar sólo permite una persona por metro cuadrado). Este caso demuestra la necesidad de cambiar el marco regulatorio legal y resolver el malentendido de la situación real por las autoridades. Además, también muestra la necesidad de involucrar el ecosistema completo y trabajar en colaboración con los diferentes departamentos, para cambiar la percepción de la escena musical en vivo, reconocer el valor cultural de la escena de los clubes y tomar en consideración su impacto social (en vez de sólo su impacto económico). ASACC y ACCES – las redes de sitios de conciertos en Cataluña y España – se están convirtiendo en entidades más capaces e intentarán trabajar a una escala más grande en éste tema.
En España, no hay fondos del Estado para las salas de conciertos. Cada asociación regional tiene que lidiar con los gobiernos locales, algo que no es sencillo y puede crear grandes diferencias de región a región. Los sitios y las organizaciones musicales han tenido que hacer acuerdos con los sectores y marcas privadas, especialmente marcas de alcohol gracias a la falta del apoyo del gobierno. Desafortunadamente, este hecho provee la excusa perfecta para los políticos para continuar considerando a los lugares de conciertos como simples establecimientos de bebidas, y no los reconocen como los espacios culturales que son.
Los salas están trabajando de diferentes maneras para ser reconocidos, basándose en la organización de actividades que son consideradas como de interés general, adaptados a su ambiente y en contacto permanente con su comunidad: proyectos educativos y creativos como talleres artísticos con la juventud, habilidades de trabajo en equipo y producción.
El rol esencial de las organizaciones de salas de conciertos y festivales a través de Europa.
En el Reino Unido, Music Venue Trust es una organización bastante joven para salas de conciertos. Es evidente que la estructuración de una asociación de salas de concierto es necesaria para abrir este tipo de dialogo con las autoridades. En el Reino Unido, no habían cuerpos públicos por tanto tiempo, así que al haber una organización abrió la puerto y tuvo éxito en cambiar la planificación de las políticas en dos años para ayudar a los salas pequeñas que se encontraban en crisis. El estudio ‘Understanding small music venues’, publicado por Music Venue Trust en enero de 2015 fue ciertamente una contribución útil para conducir este dialogo. De hecho, el obstáculo más grande de crear mejores políticas públicas para el sector musical parece ser un problema de malinterpretación o falta de conciencia de los valores de los salas de conciertos y la manera en cómo funcionan. Tener una organización de salas de conciertos como interlocutor, y proveyendo información y recursos para el sector profesional y las autoridades públicas al conducir sus propios estudios es un elemento clave para construir las políticas públicas para el sector musical.
En Berlín, la creación inicial de ClubCommission y la apertura de un dialogo con las autoridades locales fue creado para permitir que los clubes sobrevivieran, no como algo de negocios. Hoy en día, ClubCommission está trabajando con miembros en cada diferente partido político, para que puedan tener una influencia fuerte sin dejar de ser independientes. En Italia, Keep On está buscando soluciones, consiguiendo datos, trabajando en paralelo con la industria del cine independiente y hablando con compañías privadas para encontrar soluciones en donde todas las partes interesadas salgan ganando.
Después de Pop Goes Politics organizado por PETZI en Suecia, una nueva conferencia tendrá lugar en otoño con todo el ecosistema, audiencia, músicos y políticos involucrados. La red de trabajo para las políticas de música de ahora es muy compleja así que los talleres van a estar con los políticos mismos para crear una transferencia de conocimiento e identificar las necesidades.
El pop es política pero también idealista, las salas de conciertos representan una visión inclusiva de la sociedad así que deben llevar su voz política al ser reconocidos por las autoridades públicas por su valor culturar y social, y tomar parte en las diferentes reformas políticas.
Conclusiones y recomendaciones:
- La observación, la recolección de datos y los análisis son herramientas estrictamente necesarias en la relación con las autoridades públicas.
- El dialogo horizontal, la construcción en cooperación de ideas y la independencia políticas son las maneras más eficientes de crear políticas de música.
- La red de trabajo legal de la música en vivo sigue siendo muy compleja e inadecuada en varios países europeos.
- El primer paso para el sector de la música es reconocidos por su valor cultural/social pero el segundo es no ser restringido a políticas culturales.
- El sector de música en vivo debe trabajar en su imagen política y publica (la música no es ruido, cultura versus entretenimiento…)