Todos sabemos que encontrar el artista correcto, conseguirle un buen productor y, finalmente, obtener un producto del que estar orgulloso, es solo una parte de la batalla. Después tienes que promocionar el disco, ¿verdad? El marketing musical es complejo y se pueden cometer errores muy fácilmente, así que hemos creado una lista con algunos de los errores más típicos del marketing musical para ayudarte a evitarlos.
Marketing musical. Errores típicos
1. No darte cuenta de la importancia que tiene la imagen del artista
Sabes perfectamente que un artista necesita tener una imagen. Quizás tu artista ya tiene una. ¡Estupendo! Pero asegúrate de que sea la buena. ¿Qué tipo de música interpreta? ¿Es oscura y sombría como la de Evanescence? Si este es el caso, tu artista no debería llevar colores llamativos ni seguir a Hello Kitty en Twitter. ¿Son una banda colorida y extravagante como Bare Naked Ladies? Pues asegúrate de que lo muestren. No los tengas paseándose con maquillaje de góticos y camisetas negras de Heavy Metal. Y lo que es más importante: la interacción con sus fans. Un experto en el tema nos contó su experiencia: “En mis años recorriendo mundo, di con una banda emergente que tocaba canciones del momento. Sus componentes iban muy bien vestidos para la ocasión, pero, por encima de todo, transmitían buen rollo. Incluso estaban predispuestos a salir al escenario haciendo el gilipollas, y les funcionaba. Sus fans lo veían como algo auténtico, y respondieron en masa”.
Ten en cuenta la música de tu artista. ¿Quiere transmitir un sentimiento o un mensaje en concreto? Si no, debería hacerlo. ¿Su vestuario y su papel en el escenario son coherentes? Haz una búsqueda en Google para estudiar artistas a los que admires y fíjate en lo que hacen, podría sorprenderte lo bien que encaja todo.
2. Centrarse en el mercado equivocado
El primer paso es decidir en qué género encaja más tu artista y, en los tiempos que corren, no faltan géneros para escoger. Algunos de ellos, como el “americana”, son una mezcla de otros géneros. A lo mejor tu artista encaja en más de un estilo, y aún así le puede ir bien. Lo importante es descubrir quién escucha el tipo de música que crea. Encontrar un público e investigarlo a fondo forma parte de tu trabajo. ¿En qué tipo de conciertos van? ¿Qué webs siguen? ¿Qué bandas les gustan? ¿Apoyarían a tu artista en una gira, aumentando así su club de fans?
Si tu banda o artista toca en un sitio lleno de gente a quién no le gusta su estilo de música, estáis malgastando tiempo y energía. No importa lo bueno que sea, probablemente el público no estará lo suficientemente motivado como para comprar discos o camisetas, o incluso seguir a tu artista en Facebook. No sólo puede parecer negativo para la banda, si no también para ti: puede que pierdas su confianza. Un miembro de una banda nos cuenta su experiencia: “Cuando estuve en una banda cometimos errores de ese tipo. Teníamos un sonido duro, pero tocábamos en cualquier sitio en el que nos quisieran: eso también incluía cafeterías, a pesar de que ahí fuera más apropiado algo en formato acústico. No hace falta decir que de esa manera no ganamos muchos fans, y finalmente optamos por alejarnos de ese tipo de sitios, aunque antes nos desmoralizamos mucho. Aprended de nuestros errores, ¡no dejéis que eso les pase a los artistas que representáis!”
Si tu banda o artista toca en un sitio lleno de gente a quién no le gusta su estilo de música, estáis malgastando tiempo y energía.
3. No tener los productos adecuados para una buena promoción
El mejor marketing del mundo no te va a ayudar si no tienes un producto. Hay managers amateurs que trabajan día y noche para hacer entrar a su artista en festivales y así no tener que grabar un disco. Algunos incluso venden la leche antes de ordeñar la vaca: pegatinas y camisetas pero nada de música. Su idea quizá es construir una buena base de fans y así asegurarse las ventas cuando salga el CD. Puede que le funcione a alguien, pero es increíblemente ingenuo pensar que un fan que no puede escuchar regularmente tu música luego recuerde a tu artista durante el tiempo que conlleva grabar, mezclar, masterizar y sacar el álbum. Si tienes suerte serán meses (si antes no tienes que ahorrar, claro). La cuestión es que vivimos en una sociedad en la que la inmediatez importa mucho. No lo niegues, tú tampoco puedes esperar a que se cargue un vídeo del Youtube. Mejor que tu artista grabe un disco (o al menos una demo de dos o tres canciones) y luego prepárate para producirlo en masa.
Y por cierto, ¿está disponible online? No te olvides de añadirlo en su página web en modo de descarga o como audio en streaming. También intenta colocarlo en iTunes y CDBaby. Asegúrate de hacer balance y ser honesto antes de colgar más material. Si no está listo en el momento adecuado, da un paso atrás y reorganízate.
4. Confiar demasiado en los medios de comunicación
Facebook y Twitter son herramientas muy buenas, pero son sólo eso. Está claro que tanto tu artista como tú tenéis que ser activos en los medios de comunicación y enviar mensajes a los fans, pero esto no sustituye el esfuerzo que hay que echarle para que vengan a los conciertos. Tampoco hay que olvidar otras plataformas como Instagram, Snapchat o cualquier otra que le vaya bien a vuestro proyecto. ¿Por qué no animar a los fans para que hagan covers en Youtube o para que pongan en directo algún concierto en Periscope? Hay algunos artistas que hacen conciertos solamente para los fans que están online y lo retransmiten vía internet. Estar lo más conectado posible con los fans es un gran paso hacia el éxito, pero no el único. Al igual que tener una buena imagen, delimitar tu mercado y asegurarte de tener una grabación son puntos en los que hay que trabajar para configurar un plan de éxito.
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