La percusión es algo que los humanos llevamos dentro de nosotros, una forma innata de crear música. Como iniciación a la música, la percusión es una forma perfecta. Entre otras cosas porque ayuda a desarrollar una de las principales cualidades que necesita cualquier músico y que es básico para la creación musical: el ritmo.
Todos llevamos dentro un pequeño músico percusionista. De hecho, no es necesario tener nada para la percusión. Nuestro propio cuerpo es suficiente. Y si hay algo para golpear, todavía mejor. Si ya contamos con instrumentos apropiados, entonces surge la magia.
Los instrumentos de percusión abarcan una amplia gama de posibilidades, desde los más simples a los más complejos. Y pueden ser solo rítmicos (tambores, panderos, bombos, cajas, etc.) como también melódicos (como xilófonos o metalófonos, por ejemplo).
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Consejos para iniciarse en a la música a través de los instrumentos de percusión
Iniciarse en la música a través de la percusión es una forma muy divertida de empezar. Pero no basta con golpear el instrumento elegida al ritmo indicado, o de dejarse llevar, improvisando una secuencia rítmica.
Aprender de oído es relativamente sencillo en el mundo de la percusión, pero saber algo de lenguaje musical es mucho más interesante. Podrás participar en pequeñas agrupaciones rítmicas, formar parte de conjuntos instrumentales y/o vocales e incluso interpretar pequeñas piezas combinando diversas opciones.
Por otra parte, dominar los instrumentos de percusión implica también tener una buena técnica. Dependiendo del instrumento de percusión que se vaya a tocar los movimientos cambiarán, se utilizará una determinada parte de la mano o se iniciará el movimiento de una determinada manera. En este punto hay que insistir en la importancia de hacerlo bien para no hacerse daño y no emplear más energía de la necesaria para no cansarse más de la cuenta y evitar lesiones.
Otro aspecto importante que hay que considerar cuando se tocan instrumentos de percusión es la importancia de seguir el tempo. Es decir, no se trata solo de seguir el ritmo, sino de mantener la velocidad constante. Esto es especialmente importante cuando se toca con otras personas. Es fácil emocionarse y acelerar la velocidad cuando algo sale bien o nos gusta mucho, así como reducir el tiempo en pasajes más complicados. Una buena forma de dominar este aspecto es practicar con metrónomo. De esta manera sabremos si realmente mantenemos el tempo o no y cuáles son los momentos más críticos.
Y hablando de practicar, el último consejo que es necesario tener en cuenta tiene que ver, precisamente, con la importancia de ser constante en la práctica. Adentrarse en el mundo de la música es relativamente fácil, y más con los instrumentos de percusión, pero siempre surgen dificultades. Practicar, practicar y seguir practicando hasta superarlos es clave para convertirse en un buen percusionista. Además, hay que ser constante en la práctica, puesto que esta es la única forma de mejorar.
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