57 millones de personas en los Estados Unidos siguen adquiriendo música sin licencia.
Por otro lado hay sectores que creen que la piratería está experimentando una baja histórica. Lo que no debemos de pasar por alto es el efecto de la educación y las acciones judiciales han reformado a la mayoría de los consumidores, y la transición de las copias físicas a las descargas digitales ha hecho que quemar CDs quede completamente obsoleto. El surgimiento de los servicios de streaming legales y los smartphones significa que los “piratas” ahora utilizan Spotify y Pandora. De manera que con solo una pequeña cantidad de malhechores, los mares han sido limpiados y se puede proclamar este proceso como una Misión Cumplida, ojo…
La adquisición de música ilegalmente a través de fuentes que no han sido sancionadas no ha desaparecido. ¿De qué estamos hablando? En 2004 se estimó que había aproximadamente 41 millones de personas en los EEUU descargando música ilegalmente de plataformas P2P en una época en que internet no estaba tan difundida entre la población. El año pasado, esa cifra bajó a 22 millones, con la cantidad de canciones descargadas también en descenso. Sin embargo, hay muchas más formas de adquirir música ilegalmente hoy que en 2004; streamripping, descargas ilegales, apps para móviles y copia de archivos.
Asi pues, actualmente se estima que 57 millones de americanos están participando en cualquiera de esas formas de adquisición de música. Podría ponérsele la etiqueta de “malquisición:” adquirir música de fuentes sin licencia. Otra estadística: 35% de los compradores de música (CD o descarga) también aceptan haber adquirido al menos una canción de una fuente ilegal. Este no es un problema exclusivo de las personas que no pagan por música.
En esta línea, la gente de Music Watch han llevado una encuesta a las personas denominadas siguiendo el razonamiento anterior como «malquieren» música a través de estas fuentes. La pregunta es, en un mundo de iTunes, Spotify, Pandora, Apple Music, Tidal o Deezer, ¿por qué alguien querría participar en la “malquisición” de música? De la investigación resultante esto es lo que se obtuvo:
- Cuestión de propiedad: se suponía la migración del acceso iba a eliminar la necesidad (y el deseo) de ser dueño de la música. Los consumidores no están de acuerdo. Las investigaciones demuestran que los “badquirers” quieren poseer su música y quieren que esté disponible en sus smartphones. Otras personas piensan que es por el uso de los datos móviles pero se considera que ser dueño del contenido tiene una prioridad más alta. Esto no es sorpresa ya que otros estudios demuestran que las personas valoran el hecho de poseer una canción o un disco.
- La Ubicuidad fomenta la Selectividad: como era de esperarse, muchos “badquirers” dicen que adquieren archivos porque son gratis, o al menos más baratos. Pero es mucho más complicado que eso. Hay canciones que les gustan y que quieren poseer, pero no les gustan lo suficiente para pagar por ellas. El streamripping, las apps de descarga para móviles y el P2P les da una vía para obtener esos archivos y permitirle a los escuchas ser selectivos en lo que comprarán luego.
- La Tecnología es un Lubricante: Los “badquirers” generalmente acuden a un servicio de videos musicales cuando quieren escuchar una canción. Un tercio de ellos también hacen streamripping en esas plataformas. Ellos regularmente buscan a un artista o una canción en la web, lo que coincide con la manera principal de como las personas consiguen fuentes ilegales de música. Hablando de streamripping, se estimó un crecimiento del 50% en el número de streamrippers en los EEUU entre finales de 2013 y principios de 2015. Hay casi la misma cantidad de streamrippers en los EEUU que de personas que descargan música de plataformas P2P.
- Hay Ambigüedad: 73% de los “badquirers” estuvieron de acuerdo con esta declaración: “Yo asumí que cualquier app de descarga musical que puedo adquirir en cualquier tienda de apps oficiales está aprobada por los artistas y los titulares de derechos.” 58% dijo que era fácil determinar si un sitio con música gratis estaba aprobado por los artistas y los titulares – 42% no está de acuerdo con esto.
- ¿Problemas de Comunicación? Los “badquirers” están descargando música que ellos piensan ha sido lanzada oficialmente, pero que no está disponible en los servicios de streaming o no pueden conseguir en forma de CDs o descargas. Y si, también buscan remixes y bootlegs los cuales son difíciles de conseguir en servicios licenciados. ¿Están los consumidores bien informados sobre lo que está disponible en los servicios de streaming? ¿Se debe hacer más publicidad a los pre-lanzamientos? ¿O hay una brecha en los catálogos musicales?
- Son Muy Buenos Compradores de Música. Las personas que utilizan las opciones no licenciadas para adquirir música son generalmente buenos compradores, gastando $33 por persona en CDs y descargas digitales pagas al año… el promedio en los EEUU es de $19 per cápita. La mitad de ellos compró un CD o una descarga el año pasado, lo cual es un porcentaje mucho más alto que la población en general. También son más propensos al streaming, incluyendo los servicios pagos como Spotify Premium. Sin embargo, $33 per cápita es menor que los $45 gastados por el comprador de música promedio.
El estudio no midió el impacto económico de estas actividades. Es justo especular que las ganancias están siendo arrebatadas de los artistas. Esas personas son más propensas a comprar música y ellos valoran los derechos de autor de la música – sin embargo, pueden ser mucho más selectivos como resultado de las apps móviles, el streamripping y el P2P. Esto no significa que cada descarga ilegal se traduce a una compra, pero muchas de ellas si lo hacen.
Ha habido mucho éxito frustrando el uso del P2P, pero desafortunadamente otras fuentes de música ilegal han aparecido y ya tienen millones de usuarios. Aquellos que participan en dichas fuentes se plantean una serie de preguntas: ¿Por qué pagar por streaming bajo demanda cuando lo puedo conseguir e otros lugares? ¿Qué tan impermeables son las paywalls, las exclusivas y las ventanas cuando los consumidores pueden fácilmente eludirlas? Este no es un problema exclusivo de la industria musical, ya que si lo hacen por la música probablemente lo están haciendo por programas de televisión, películas y juegos. Es hora de recapacitar en cuanto a nuestra opinión sobre la piratería musical.
El estudio sobre la “Badquisition” de Music Watch se llevó a cabo entre 1000 encuestados de los EEUU en edades comprendidas entre 13 y 50 que utilizaron al menos una de las siete formas de adquisición de música sin licencia, incluyendo P2P, streamipping, apps móviles y otras formas de transferencia de archivos. Los datos fueron reflejados en el estudio anual de Music Watch (AMS), el cual supervisa las actividades de adquisición y escucha de música. Esta fue una encuesta en línea completada en Diciembre de 2015. Los estimados de gastos y población se obtuvieron a partir del AMS y están basados en la población que utiliza Internet de 13 años o más.
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