Toca ahora hablar de la principal carencia que, al menos de momento, tiene Snapchat vista como herramienta de marketing. Se trata de las métricas.
Las métricas son muy importantes porque reflejan en números los resultados de las acciones, y a partir de su análisis podemos comparar los resultados obtenidos con los objetivos esperados además de descubrir tendencias y patrones, por ejemplo.
Pero resulta que las métricas de Snapchat son muy, pero muy limitadas. Puedes ver el número de visualizaciones de cada snap. Puedes ver cuántas impresiones de pantalla se han hecho. Si envías mensajes privados puedes saber cuántos se han recibido y cuántos se han abierto. Y nada más.
Entonces ¿Cómo evaluar entonces los resultados? ¿Lo estás haciendo bien o mal? ¿Cómo y qué conviene corregir? ¿Estás llegando a tu target?
Aunque muchas de esas cuestiones son una incógnita veamos lo que sí podemos descubrir en base a esas métricas y con la ayuda de una hoja de cálculo.
Por un lado podemos ver el alcance o las visitas únicas de los contenidos. No el número de visualizaciones ni de seguidores sino de usuarios que han visto cada snap que has publicado.
Aunque puede no parecer mucho, es un dato muy importante ya que muestra la cantidad de veces que se ha cumplido uno de los objetivos principales de publicar contenidos, que es que alguien los consuma. Al fin y al cabo una comunidad de fans, por muy grande que sea, no sirve de mucho si es pasiva y no interactúa contigo o tus contenidos.
Por otro lado, las historias permiten que un mínimo de matemáticas te diga si eres capaz de retener a la audiencia con las publicaciones: ¿cuántas visualizaciones ha habido de cada snap de la historia? ¿cuánto ha ido cayendo esta cifra de un snap al siguiente? ¿a partir de qué snaps hubo mayor abandono?
Analizar la evolución del interés de tu audiencia te permitirá saber qué tipo de contenido es el más y el menos efectivo o descubrir la longitud ideal de tus historias.
En tercer lugar, las impresiones de pantalla nos hablan del engagement del público. A diferencia de la inmensa mayoría de las redes sociales, en Snapchat no se dan me gustas ni retweets ni se dejan comentarios. ¿Cómo interactuar entonces? Con impresiones de pantalla.
Con la intimidad como uno de los ejes centrales, esta red te avisa cuando alguien ha registrado con un pantallazo un material que estaba destinado a la pronta destrucción. Y hay varias formas de aprovechar esta función.
Enséñales a tus seguidores 3 posibles diseños diferentes para la nueva camiseta de la banda y que te ayuden a elegir el mejor imprimiendo la pantalla de la opción que más les guste. O publica una foto tuya y pídeles que la impriman, le dibujen algo arriba y la vuelvan a publicar. Incluso puedes ir más lejos: sugiere un hashtag y pídeles que impriman el snap para compartirlo en otras Twitter, Instagram u otras. Así podrás comprobar cuánto se amplifica tu contenido por el resto de redes sociales.
Finalmente, con la información que muestra Snapchat y una buena hoja de cálculo también podrás sacar más conclusiones. Por ejemplo, considerando que los mensajes privados se pueden enviar a grupos de hasta 50 personas y puesto que verás cuántos los han recibido y cuántos lo han abierto, puedes sacar el ratio de personas que lo recibe y el ratio de apertura. O también puedes comparar y ver la evolución de los mensajes que envías por chat y los que recibes.
Si quieres profundizar más te recomiendo el podcast (en inglés) del Social Media Examiner en el que participan Gary Vaynerchuck y Shawn McBride (shonduras), dos reconocidos personajes del mundillo de Snapchat y las redes sociales que hablan de métricas y mucho más.
Para acceder al podcast clica aquí.
Y para completar este articulo te dejo esta genial infografía sobre las métricas de Snapchat
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