En el pasado, el marketing de la música dependía en gran medida de los canales tradicionales de marketing, como la televisión, la radio y las revistas.
Los medios de comunicación no eran interactivos; Los consumidores sólo podían escuchar la radio o leer los periódicos sin tener la posibilidad de comentar, enviar o publicar contenido.
Hoy en día, los consumidores tienen innumerables oportunidades para interactuar con los medios de comunicación – la revolución digital del contenido de la información ha desplazado a los consumidores a diferentes portales.
La comercialización de la música se ha diversificado a través de Internet y ha dado más autoridad a los consumidores.
A diferencia de las formas convencionales de marketing de masas, Internet es único en su capacidad de ampliar y estrechar su enfoque al mismo tiempo.
Usando canales digitales, las limitaciones tradicionales como la geografía y las zonas horarias pueden ser trascendidas para conectar con un público mucho más amplio.
Y es que a medida que consideramos los canales digitales, es importante señalar que no estamos hablando únicamente de dispositivos nuevos.
Los medios tradicionales (televisión, prensa, radio y aire libre) están en proceso de pasar del analógico al digital; también se están convirtiendo en medios digitales y sin duda, en los próximos 20 años, la mayoría de todos los medios serán digitales .
A nadie le sorprende ya afirmaciones del tipo de en los últimos dos ó tres años se ha hecho disponible y se ha consumido más música que nunca antes.
Las maneras tradicionales de adquirir música han cambiado, y ha supuesto grandes desafíos a los sellos discográficos tradicionales como las majors que como esa sabido, son más lentas para adaptarse a los cambios que las compañías discográficas más pequeñas e independientes.
Además, hay una necesidad de preguntar qué son entonces los ingresos de Internet para una compañía de música.
Hay tres flujos de ingresos principales:
- Internet como herramienta de promoción para los artistas
- Internet como canal de distribución para copias físicas y digitales
- Batallas legales que se libran sobre la distribución no autorizada y la descarga de copias.
Actualmente, y especialmente en Europa, esta última opción no es tan popular como lo fue en los Estados Unidos a principios del siglo XXI.
En su lugar, las mercancías compradas por Internet o durante una actuación en vivo se ha convertido en uno de los flujos de ingresos más importantes para las discográficas.
Además, si la compañía de música posee los derechos de publicación, los ingresos se incrementan aún más con los ingresos de las sociedades de derechos de autor.
Por su parte, las plataformas de música digital generan más ingresos en porcentaje que las industrias de revistas, periódicos y películas juntos.
Esto da perspectiva a la importancia de la era digital en el negocio de la música.
Aunque la música está siendo disfrutada más que nunca, se ha vuelto bastante difícil para las compañías la posibilidad de monetizar la música.
Esto empuja a las empresas a entregar la música de la manera más versátil posible y buscar los ingresos de forma diversificada en las diferentes plataformas.
Estos enfoques van desde las tiendas de descarga a la carta como iTunes y la tienda de mp3 de Amazon a servicios de suscripción como Rhapsody y Spotify, modelos de negocio de tarifa plana, licencias de música en juegos y películas y otros acuerdos de sincronización, merchandising, asociaciones de marca, sitios de streaming apoyados por anuncios como YouTube así como recaudación de ingresos generados por los derechos de difusión y ejecución pública.
IFPI, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica comenta que los ingresos de la industria de la música en los próximos años vendrán cada vez más de acuerdos de distribución de ingresos con proveedores de servicios de Internet (ISP), fabricantes de hardware, fabricantes de teléfonos y otras compañías tecnológicas.
Las compañías de tecnología encuentran música para agregar valor a sus servicios y mejorar su propio modelo de negocio mientras que las compañías de música buscan a estos socios por su enorme alcance en los hogares y estilos de vida de los consumidores.
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