Ara Malikian es, sin duda, uno de los violinistas más especiales del momento. De origen armenio, este artista nacionalizado español, lleva años perfeccionando y transformando su personalidad musical. Con más de 40 discos en su haber, Malikian ha compartido su deleite por el arte a través de su violín en salas repletas de medio mundo.
Hemos visto a Malikian tocar de pie, sentado, corriendo, saltando, haciendo un espectáculo con su música y su equipo. Está tocando de una manera en la que integra el instrumento con su cuerpo de tal forma que puede desarrollar su capacidad psicomotora en otros aspectos. Esto es buenísimo para la circulación sanguínea, para el sistema linfático, neurológico, visual, cognitivo y sensorial. Determinadamente, es fantástico tener el instrumento tan integrado como lo tiene él.
Por otro lado, esta manera de hacer espectáculo es muy llamativa para los niños que les acerca a la música de una manera muy divertida y les invita a probar eso de “tocar un instrumento por primera vez”. Resulta muy agradable ver la belleza de sus movimientos armónicos de la misma manera que se usa un salto en un bailarín con la puesta en escena de un gran intérprete.
¿Qué hay que hacer para que la postura mantenida al tocar no sea tan lesiva?
Decimos lesiva porque estar quieto en una postura es más irritante e incómodo para el sistema músculoesquelético que estar moviéndose. Está claro que una posición mantenida del resto del cuerpo y con una hiper movilidad en una zona concreta, en el caso de los músicos, hace que la sangre vaya más rápido en la zona superior y más lenta en al inferior.
Los músculos se alimentan de los nutrientes que la sangre transporta y la velocidad con la que ésta llega a los músculos es muy importante para que éstos estén bien alimentados. Llevará nutrientes como el oxígeno, potasio, magnesio, hierro, proteínas, etc, y muy importante también: la sangre está ahí para llevarse las sustancias de deshecho: hidróxido de carbono, por ejemplo.
Por lo tanto, si en una parte del cuerpo se requiere mucha velocidad sanguínea porque los músculos de esa zona están trabajando a tope, lo lógico es que en la zona contigua haya también movimiento de tal manera que la sangre siempre esté con la misma velocidad y no tenga que “enfriarse” y entorpecer el ritmo en zonas alejadas de la zona que va rápida.
Es decir, lo importante es mantener un ritmo adecuado que incita a que la sangre vaya a velocidad constante tanto en la extremidad superior como en la inferior, proporcionando al mismo tiempo nutrientes y calor. De ahí la máxima de que “hay que calentar antes de tocar”. Para dar al músculo que va a trabajar los nutrientes, oxígeno y demás proteínas con la velocidad requerida para su óptimo funcionamiento a la vez que se eliminan las sustancias de desecho con una temperatura alta, adecuada para empezar a trabajar en las mejores condiciones para el músculo y las articulaciones.
Un ejemplo de calentamiento básico: subir y bajar escaleras, mover con poca velocidad los brazos y las piernas e ir aumentando la velocidad poco a poco, saltos pequeños que luego se hacen más grandes. No hace falta ni ir al gimnasio ni tener nada de material específico para realizar un buen calentamiento que no debe incluir estiramientos pasivos ya que éstos bajan el tono del músculo, es decir, lo relajan. No queremos músculos relajados para antes de tocar, queremos músculos activos llenos de energía para que puedan dar lo máximo en perfectas condiciones y por eso no estamos forzando con estiramientos ni con empezar a tocar encima del instrumento teniendo el cuerpo frío y poco activado.
Con estos ejemplos sencillos estamos haciendo una estupenda campaña de prevención de lesiones derivadas del sobreuso con el instrumento con el cuerpo frío o relajado.
¡Adelante con la música en un cuerpo sano!
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