¿Para qué es necesaria la posturología en los músicos?
Para averiguar si las lesiones posturales son derivadas de un cambio en el propio cuerpo (sistema postural) o sea, provocadas por una alteración de la postura que no sea la generada por el propio instrumento o ha ocurrido lo contrario. A través de unos test clínicos es posible conocer la causa primaria de la disfunción y qué alteraciones son las que modifican la postura.
Si se empiezan a hacer cambios posturales y no mejora la postura, hay que sospechar que la alteración que ha agravado el equilibrio del cuerpo viene ocasionado por un cambio en el sistema postural, o sea, por alguno de los captores posturales, cambios internos de sensibilidad, motores, autiditivos, etc. De aquí la importancia de saber el origen del cambio postural, que es de lo que se encarga la POSTUROLOGÍA.
Por este motivo, hay diferentes profesionales sanitarios especialistas en posturología. Y cada uno de ellos es capaz de detectar el orígen real de la alteración y puede derivar, si lo considera oportuno, a otro profesional posturólogo y de esta forma radicar el problema desde la raíz.
Dependiendo de dónde sea el origen postural, se necesitará para solucionarlo desde la raíz un optometrista, cuando el problema sea visual, un odontólogo, cuando el problema sea en la boca, un logopeda, cuando el problema venga de las cuerdas vocales y la coordinación en la deglución, o un podólogo cuando el problema sea en los pies o en la marcha o carrera.
La reflexión de este escrito radica en que no siempre la alteración proviene de la ejecución motora del gesto interpretativo. Ésta última genera lesiones nerviosas o del músculo por movimientos repetitivos o malas posturas. Si vamos un poquito más allá de la propia lesión o sintomatología y analizamos el cuerpo en su totalidad y en profundidad daremos con la clave para optimizar su rendimiento, liberar el cuerpo del intérprete y llegar a nuestro objetivo: optimizar su arte.
Para el músico tener el cuerpo en las mejores condiciones, más aún cuando estamos hablando de psicomotricidad fina, de coordinación motora de multigestos con variantes de velocidad, presión, destreza, flexibilidad y ritmo, dónde se combina la perfecta audición, el equilibrio corporal y segmentario de las extremidades superiores e inferiores, de la respiración y de las buenas y rápidas respuestas del sistema nervioso y motor. Todo lo que se necesita para poder interpretar.
¿Quién realiza esta tarea?
El fisioterapeuta especializado en músicos y en artes escénicas.
Él puede reequilibrar y restablecer la falta de movilidad en el sistema corporal, trabajar los músculos, los bloqueos articulares, las fascias (membrana conjuntiva de color blanquecino que envuelve diferentes estructuras, en este caso, hablamos de las fascias de los músculos), el tejido conectivo (es el encargado de unir los tejidos de un mismo órgano) y los nervios que se han visto alterados en este proceso de readaptación postural.
Es importante tener en cuenta estas variaciones entre instrumentistas ya que de ahí saldrá la pauta personalizada de entrenamiento muscular que confecciona el fisioterapeuta según el tipo de instrumento o técnica artística. La finalidad es la de rentabilizar al máximo las energías y condiciones físicas del músico para llegar cuanto antes al punto más álgido de la excelencia artística. El objetivo es que el músico se sienta muy a gusto con su cuerpo al mismo tiempo que optimiza el rendimiento que saca de él mismo.