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Bajo eléctrico ¿activo o pasivo?

¿Existe el sonido perfecto? ¿Qué tipo de características debe tener ese instrumento capaz de sacar el tono más brillante jamás escuchado?¿Cómo puede saber un músico cuáles son los detalles más apropiados para su estilo interpretativo?

Probablemente ninguna de estas preguntas tenga una respuesta 100% correcta que sirva para todos los músicos. La perfección no está en otro sitio más que en el oído del público y cada espectador vive y siente la música de una forma distinta.

Centrándonos en el bajo eléctrico, las posibilidades pueden llegar a ser infinitas: número de cuerdas, tipo de escala, cuerpo sólido o hueco, construcción del mástil, trasteado, pastillas… y podríamos seguir describiendo mil y una opciones diferentes que un bajista puede y debe tener en cuenta.

Quizás una de las dudas más frecuentes y difíciles, pero que hay que abordar de inmediato, cuando se decide comprar un bajo eléctrico para uso avanzado es ¿bajo activo o pasivo? Vamos a tratar de describir estos dos tipos de bajos, sus características, cualidades y funcionalidades, para establecer los puntos a favor y en contra de cada uno de ellos.

Para empezar, ¿Cuál es la diferencia entre un bajo activo y uno pasivo?

La principal diferencia entre un tipo y otro de bajo reside en las pastillas, o más bien en la tecnología que hay conectada a ellas. Un bajo de tipo activo cuenta con un sistema de preamplificación incorporado a la pastilla que sirve para potenciar y ecualizar la señal antes de que esta pase al conector de salida y vaya al amplificador. En la mayoría de los bajos este sistema está alimentado por una batería, aunque hay ciertos modelos que requieren estar conectados a la corriente eléctrica.

Por contra, este sistema de preamplificación no existe en los bajos pasivos, por lo que habitualmente se entiende que estos proporcionan un sonido mas puro y natural. Y para muchos también mejor, aunque como veremos más adelante, esto no tiene por qué ser cierto.

Para complicar más la decisión a tomar, existe un tercer tipo de bajo que podríamos llamar híbrido y que permite conmutar entre activo y pasivo, según las necesidades del bajista.

Vale, ahora explicame qué bajo debo elegir

Pues lamentamos decirte que esa decisión no va a ser tan fácil de tomar. De hecho, según vayas preguntando a distintos expertos en bajos, irás coleccionando respuestas muy variadas. Probablemente lo más objetivo sea tratar de descubrir los pros y contras de cada tipo y tomar la decisión en base a ello y a la forma de tocar que tengamos.

Bajos activos, puntos a favor

El sistema de control que implementan los bajos activos permiten aumentar las frecuencias de los tonos, lo cual aporta mucha versatilidad al instrumento. Esto suele ser especialmente útil cuando se toca en una banda sin un genero musical definido, como puede ser una orquesta, y se necesite un amplio espectro de frecuencias para acompañar múltiples canciones.

Muchos bajos activos montan además su propio ecualizador de tres o cuatro bandas, lo cual permite enviar un sonido mucho mas trabajado y depurado al amplificador.

Otro aspecto a tener en cuenta es la nitidez del tono. Los bajos activos generan mucho menos ruido e interferencias, a pesar de ser capaces de generar una señal mucho más potente y menos degradada que cuando se utiliza un bajo pasivo.

Bajos activos, contras

Los amantes del sonido que ofrecen los bajos pasivos coinciden normalmente en describir como artificial aquel que se le arranca al bajo activo.  Además, si se une un bajo activo con un exceso en el aumento de la frecuencia a un mal técnico de sonido (o inexperto), las consecuencias pueden ser continuos y desagradables silbidos en las notas más agudas.

Por otra parte debe de prestarse especial atención a la batería con la que cuente el instrumento, ya que si se agotase en mitad de una actuación, la banda se quedará sin bajo de forma automática, excepto en el caso de los híbridos, que pueden solucionarlo pulsando el conmutador que marca el tipo de funcionamiento. Es cierto que en los bajos actuales suele ser fácil y rápido cambiar de batería, pero se necesitará tener una a mano y no siempre es tan tan fácil.

En este mismo sentido de la batería, también es necesario recalcar que habrá que estar continuamente desconectando el bajo durante las pausas para lograr una duración de carga razonable, lo cual puede ser un poco molesto y repetitivo.

Detalles a favor del bajo pasivo

Como ya hemos mencionado anteriormente, los bajos pasivos se suelen relacionar con sonidos puros, cálidos o redondos. El hecho de no contar con la circuitería de la que dependen los activos los hace más sensibles a un bajista que sepa sacar el máximo de cada nota de un bajo bien afinado.

Un bajo pasivo sólo cuenta con unos controles de tono sencillos que se abren al girar hacia la derecha y que cortan las frecuencias cuando se desplazan hacia la izquierda. Esto simplifica mucho su manejo, lo que no quiere decir que facilite obtener ese sonido perfecto.

No existen baterías que puedan quedarse vacías en mitad de una canción, ni circuitos electrónicos complicados que puedan fallar en un momento dado. En definitiva, y aunque siempre pueden surgir problemas como con cualquier otro instrumento, las probabilidades de error del instrumento son mas bajas.

Desventajas del un bajo pasivo

El principal inconveniente de los bajos pasivos al compararlos con los activos es la fuerza de la señal que son capaces de enviar. Esto es especialmente problemático si se necesita usar cables largos y no se posee un amplificador de calidad, pues se traducirá en interferencias y ruidos provocados por cualquier otro aparato electrónico que esté cerca del instrumento.

Además, para compensar esa deficiencia de fuerza, la ganancia del amplificador tendrá mayor importancia si se quiere evitar que se produzcan ruidos indeseables en los altavoces.

La decisión final

Como has podido ver, hay ventajas e inconvenientes tanto en uno como en otro sistema de funcionamiento en los bajos eléctricos, por lo que la respuesta fácil es conseguir uno híbrido que te proporcione las ventajas de ambos.

Realmente al final, la decisión correcta dependerá mucho del bajista que vaya a trabajar con ese instrumento. La mayor parte del mercado la tienen los bajos activos, pero hay también muchos incondicionales del sonido puro del pasivo.

Independientemente de que se prefiera uno u otro, hay muchas otras características que tendrán que ver con el sonido final que se extraiga de un bajo. Al final se trata de encontrar ese con el que se siente esa chispa especial. El que haga olvidar las características técnicas para simplemente centrarse en el sonido. La música será la única que dicte sentencia de si acertamos o nos equivocamos al hacer la elección.

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