Observando la evolución de la música, algunos estudiosos y músicos profesionales han observado que los músicos del ayer eran más idiosincrásicos y remarcables que los actuales. Apuntan que mientras hace 50 años una orquesta era fácilmente identificable en el trabajo que interpretaba, las orquestas actuales son muy similares entre ellas y no impregnan personalidad propia en sus interpretaciones, ni tampoco sentimiento, sino sólo técnica extraordinaria vacía de emoción.
El violinista Ivry Gitlis expresó esta opinión en una entrevista al decir que los grandes intérpretes tocan la misma música de manera distinta, pero sin personalidad propia, ya que actualmente existe gran potencial comercial si un intérprete se encuadra en cierto formato fácilmente vendible. ¿Estamos realmente ante la tendencia de ajustarnos a un molde desde el que hacer música?
No hay de momento ningún estudio que trate este tema en el ámbito clásico, pero sí hay un estudio sobre la evolución de la música popular occidental que proporciona algunas interesantes ideas. La música analizada en este estudio parte de la Million Song Dataset, un inmerso archivo que incluye el audio de 464.411 canciones desde 1995 hasta 2010 a través de un gran rango de géneros, como rock, pop, metal, hip hop o electrónica. Para tener un sentido de la masiva colección de canciones que es, los autores calcularon que toma unos 1200 días, escuchando 24 horas al día.
Los investigadores estaban inicialmente interesados en descubrir cómo la música popular ha evolucionado en 50 años, y buscaron los tres elementos clave de la música contenida en su base de datos: tono, timbre y volumen.
El tono incluye detalles sobre la armonía, melodía, acordes y progresiones; esencialmente, cómo las notas fueron arregladas y desplegadas a lo largo del curso de la canción. El timbre relacionó el color, la textura y la cualidad de los sonidos usados en la canción, por ejemplo, la elección de los instrumentos o las técnicas de grabación que afectan al aspecto del sonido. Y el volumen se refiere al volumen inherente a la música en sí misma, antes de ningún ajuste por parte del oyente.
Los investigadores encontraron que mientras había uniformidad en todas las canciones de la base de datos (incluso en un rango de 50 años), se dan 3 tendencias generales: En términos de tono, los datos sugieren que la variedad de progresiones tonales habían sido reducidas con el tiempo. Los músicos se habían vuelto menos inventivos y aventureros en su manera de enlazar notas y acordes, y se habían conformado con usar constantemente formas y patrones que otros habían usado en el pasado.
Homogeneidad también parecía darse en lo referente al timbre. Ya sea debido a la creciente dependencia de la misma instrumentación o al uso de la misma caja de herramientas en las técnicas de grabación, la paleta de colores, sonido, textura y tono también ha disminuido.
Mientras tanto, todo está siendo creado con más volumen. Lo cual podría no parecer un gran problema (sólo mover el botón del volumen) hasta que te das cuenta de que cuando todo tiene más volumen, el rango dinámico se vuelve mucho más restringido y el impacto emocional de la música se reduce.
A continuación puedes la investigación al completo haciendo click aquí.
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