Warner Music Group (WMG) se enfrenta a otra demanda colectiva, la cuarta desde principios de septiembre, por el hackeo masivo de tarjetas de crédito que afectó a sus webstores durante varios meses.
En una carta distribuida a los clientes cuya información personal y/o financiera puede haber sido comprometida, WMG indicó que los hackers podrían haberse hecho con direcciones, números de teléfono, correos electrónicos y números de tarjetas de crédito y débito.
Debido a los hechos y al gran número de personas que han presentado demandas colectivas sugiere que el alcance es sustancial. Además, la mayoría de los cargos no aprobados en las tarjetas de pago de los clientes parecen haber ocurrido en agosto y septiembre.
Este punto parece indicar que los datos se recolectaron a lo largo de la recta final de tres meses, se almacenaron para evitar sospechas por parte de los clientes o WMG, y luego se utilizaron (o se vendieron en la dark web) aproximadamente al mismo tiempo.
Uno de los demandantes en la primera demanda de acción colectiva descubrió un cargo fraudulento de casi $200 en la misma tarjeta de pago utilizada para comprar artículos a través de una tienda web operada por Warner Music Group.
Un demandante en la siguiente demanda colectiva sufrió aproximadamente 500 cargos autorizados en septiembre, y el demandante del tercer caso recibió un aviso de Experian, indicando que su información financiera estaba siendo vendida en la dark web.
Corpus Christi, Texas, Ali Gutiérrez local y Melrose, Massachusetts, residente Ashley Foster recientemente presentaron la demanda redactada firmemente a un tribunal federal de Nueva York.
Según el texto legal de 20 páginas, que describía las circunstancias del hackeo de una manera similar a las otras demandas colectivas, Gutiérrez compró artículos en el sitio web oficial de Kehlani a mediados de mayo. Luego, a principios de agosto, los criminales retiraron unos $3,000 de la cuenta corriente que Gutiérrez había utilizado para pagar los artículos.
El segundo demandante del caso, Ashley Foster, también compró en la tienda web de Kehlani a mediados de mayo y descubrió $2,500 en cargos fraudulentos para principios de agosto.
Los bancos de ambas partes reembolsaron posteriormente el efectivo, pero la presentación hizo hincapié en las molestias del episodio, así como el supuesto riesgo continuo para los datos personales y financieros de los demandantes.