En la noche más fría, noche de la Navidad,
encima unas pajas, Jesús duerme ya
y todas las estrellas que en el cielo están
contemplan con gozo su rostro galán.
El ruido del establo le impide dormir,
Jesús se despierta y empieza a reír.
Jesús, Niño querido, ¡miradme, Señor!,
¡miradme, mi Niño! dadme vuestro amor.