Tod@s los que hemos sido, somos o seremos aspirantes a hacer negocio de nuestra con nuestro arte o música (Lo mismo podría suceder con cualquier otro negocio), puede llegar un momento de «debilidad» en el que caigamos en el pesimismo o frustración y salgo algo en la línea de:
“Los músicos de todo el mundo deben estar prosperando. Excepto nosotros”.
Tal vez te hayas descubierto en algún sucedáneo de esta frase mientras lees casos de éxito o lo que se cuece con super-estrellas del Billboard.
No tan rápido… A los seres humanos nos «gusta» dar explicaciones.
Todos queremos explicar por qué se producen los fenómenos, tales como la falta de éxito financiero para nosotros como músicos individuales o para una escena local de música como colectivo. Al mismo tiempo, a menudo oímos noticias sobre casos de éxito y campañas virales de todo el mundo.
Nos preocupamos en tratar de explicar por qué les sucede esto a ellos, pero a nosotros no. Y es una cosa razonable el preguntarnos eso.
La necesidad de explicar parece estar arraigada en nuestra cultura; hacemos juicios rápidos de la apariencia de la gente, de modo que podamos protegernos de posibles encuentros perjudiciales. Funciona como una especie de mecanismo de supervivencia. Parece que dar una explicación es muy útil en estos casos.
(Y si no tenemos ni pajolera idea de qué desencadena cierto fenómeno y, si lo combinamos con un afán de control colectivo, diremos que ha sido gracias al dios nosecual y que como no hagas lo que el interlocutor con dicha deidad ordena, serás castigado)
Supersticiones y teorías conspiranoicas a parte, una vez que la explicación se ha dado a presión, se procede al proceso de racionalización; nos protegemos de cualquier argumento que nos desvía de nuestras explicaciones. Buscamos señales de confirmación, mientras que cualquier cosa que se opone a nuestro punto de vista está fuera del radar.
Recuerdo una frase de estas que ponen en los sobres de azúcar: «No hay nada más equitativamente repartido que la razón, todo el mundo cree tener suficiente«.
Después de todo, somos seres humanos. Nos encanta dar explicaciones para todo, incluso cuando no tenemos suficientes datos para tomar una decisión informada. Hemos estado haciendo esto durante toda nuestra vida.
Una explicación es más que una herramienta para la toma de decisiones: es posible que nos ayude a seguir nuestros sueños, hacer un seguimiento de nuestros progresos y sobrevivir a extraños peligros. Pero las explicaciones no informadas nos impiden ver la realidad objetiva – con lo que todas las consecuencias que tal auto-engaño trae.
Me gusta pensar que es más lo que une que lo que no separa con lo que al margen de tu estilo o perfil de artista es probable que algunos de los principales problemas a los que se enfrentan los músicos y que a continuación expondremos se apliquen a tu caso. Estate bien atento.
Los problemas predominantes están relacionados con:
- Hacer un negocio viable en torno a tu arte.
- Actuaciones en directo (la búsqueda de actuaciones y hacer dinero de ellas).
- La promoción de tu música y la construcción de una audiencia.
- La gestión de la productividad y del tiempo.
Un poco menos populares pero muy importantes también son las cuestiones de:
- La construcción de un equipo de profesionales de calidad (compañeros de banda, gestión, colaboraciones)
- La financiación de los proyectos
- Mantener la motivación / enfoque/ positivo
Aquí una de las claves, es que no estamos solos frente a estos problemas. Y ese solo hecho es tan revelador, para aquellos que pueden ver la oportunidad subyacente. Si lo que parecía ser un problema local eran en realidad global, podría haber una manera de proporcionar una solución colectiva e inteligente a gran escala.
¡Músicos del mundo, uníos!
Los músicos digitales nativos siempre han luchado con los mismos problemas. En realidad, es sólo uno.
Hemos dado forma al mundo digital y sus herramientas de acuerdo a nuestras necesidades (una herramienta se crea porque resuelve una necesidad real de una cantidad considerable de personas). Estas herramientas han dominado la cultura y la forma de nuestro comportamiento, consistente, sin importar en qué lugar del mundo residamos.
Es decir, nuestro comportamiento se vuelve más homogeneizado. Cuanto más avanzamos en el mundo digital, más interconectados estamos lo que lleva a influirnos más entre nosotros y por tanto, menos diferenciado pasa a ser nuestro comportamiento pasa a ser.
Esto no quiere decir que no haya necesidades muy especializadas que sólo tengan sentido en un entorno local, pero la gran mayoría de los proyectos de hoy en día parecen surgir de los mismos motivos globales. (Por no mencionar que si estas en una start up y si tu negocio no es escalable, no te comes un colín).
Los problemas mencionados anteriormente existieron, existen y se mantendrán vigentes en la economía digital hasta que los músicos se den cuenta y acepten que el contexto y la economía de la era digital, en el que el medio que domina es Internet cuya característica principal es la interactividad son diferentes de la era eléctrica en la que dominaban los medios de comunicación como la TV o la radio cuya característica principal es/era la radiodifusión).
El problema es uno, y nos lleva de nuevo a la creencia de que la forma en que se obtiene el conocimiento y se hacen negocios sigue siendo el mismo.
Todavía creemos que pertenecemos a la industria de la música antigua. Ya sabes, los sellos, las ventas de CD y esas cosas. ¿Cuál es la nueva industria entonces? Trataremos esto en siguientes entregas a fin de adentrarnos examinar en cómo el viejo mundo se movía y cómo habíamos estado hablando de nuestros problemas hasta el momento, sólo para ver con mayor claridad las nuevas soluciones que se plantean.
Te veo en la siguiente entrega y no olvides suscribirte a nuestra newsletter para que te llegue directamente a tu email 😀
¿Te gustó el artículo?
(3 Votos, Promedio: 5,00 de 5)
Cargando...
