Es bien sabido que el servicio de streaming ha generado más ingresos para las empresas de música que las descargas en sí, pero algunos ejecutivos afirman que las plataformas digitales no producen suficientes ingresos publicitarios. ¿Estará YouTube estafando en la industria musical?
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Después pasar años lamentándose por la caída de las ventas de cd’s, los ejecutivos de la industria musical parecían estar descorchando botellas de champán ante las últimas cifras presentadas por la Asociación de Industrias Discográficas de América (RIAA); según ellas, los ingresos por grabación de música subieron un 0.9%, generando 7 mil millones de dólares (4.9 mil millones de libras) por lo cual la RIAA lo denominó como “el mayor acontecimiento para la música vía streaming”.
A pesar del éxito, el presidente y director ejecutivo de la RIAA, Cary Sherman, dijo que la champaña aún debía mantenerse en el refrigerador puesto que, aunque los servicios de streaming habían acumulado 13 millones de subscriptores para finales de diciembre, los sistemas habían sido ‘hackeados’ por gigantes tecnológicos.
En el 2015 los servicios por streaming representaban el 34.3% de los ingresos de la industria musical superando, por primera vez, los ingresos por descargas; por lo tanto, adquirir música de esta manera (y en cualquier formato) está a punto de acabarse y con ella sus ingresos. El streaming está empezando a pagar, pero no lo suficientemente rápido, de acuerdo con aquellos que cuentan el dinero.
Por otro lado, Sherman dice que durante el 2015, los fans escucharon cientos de miles de millones de canciones y vídeos musicales mediante servicios digitales bajo demanda y financiados por anuncios, entre ellos, YouTube. “Sin embargo, los ingresos que éste genera ha sido escasos, muchísimo más que otros servicios de música. Y el problema se está agravando”, dijo.
Las cifras bajo las cuales se apoya Sherman indican que los servicios de streaming financiados por anuncios aumentaron un 30.6% en 2014, generando 385.1 millones de euros, pero que esto solo representa el 16% de los ingresos totales por streaming. La mayoría se genera por royalties de radio por internet y servicios por suscripción.
Además, las cifras indican que los servicios de vídeo por streaming (como YouTube y Vevo) representan más del 50% de la música vía stream durante el 2015, esto es más que las cifras reflejadas por Spotify, Apple Music, Tidal y Play Music (de Google) combinadas. Al juntar ambas estadísticas para compararlas es notorio que YouTube no está haciendo el pago correspondiente para el uso de la música y vídeos musicales que reproduce, comenta Sherman.
Por su parte, un portavoz de YouTube (empresa perteneciente a Google) discrepa con respecto a las señalizaciones de Sherman, afirmando que “hacer ese tipo de comparaciones es como comparar manzanas con naranjas. Además, en lo que va de fecha, Google ha pagado más de 3 mil millones de dólares a la industria musical y la cifra sigue creciendo año tras año.”
A su vez, Job Webster, presidente del sector comercial de MMF, agregó que así como las empresas tecnológicas se aprovechan de las nuevas y diferentes maneras en que se consume la música, también proveen las herramientas para que los artistas y managers hagan crecer sus negocios. Comentó que, “culpar a la tecnología por nuestras tragedias económicas no es una solución. Más bien es necesario trabajar junto con las industrial discográficas a fin de resolver nuestros conflictos internos y externos, de esta manera encontraremos mejores formas de trabajar con la tecnología”.
De acuerdo con James Sandom (mánager de bandas, entre ellas, Belle & Sebastian, Interpol y Kaiser Chiefs) las soluciones a los mencionados conflictos están emergiendo. Sandom afirma que, “actualmente hay empresas tecnológicas que se hacen de ingresos que deberían ser dirigidos a los compositores; inclusive, los porcentajes de esos ingresos son hasta más grandes de lo debido. Así que no entiendo la moralidad con la que hablan. No obstante, las cosas están cambiando: Por primera vez en mucho tiempo, las industrias discográficas se encuentran en un periodo de crecimiento, por ello, hay mucho optimismo con respecto a la creación de proyectos donde ambas partes reciban su parte justa.”
YouTube se considera a la vanguardia de todo este proceso evolutivo, ya que provee una plataforma de promoción para artistas y marcas que deseen llegar a una audiencia con billones de usuarios. Además, lanzaron un sistema de protección a los derechos de autor llamado Content ID, el cual permite al propietario de los derechos de autor identificar y monetizar las copias de su trabajo. Lo triste del caso (para algunos) es que, mientras YouTube se mantenga como una plataforma de acceso fácil para la música en streaming, servicios pagos como Spotify van a ser difíciles de vender a los oyentes.
YouTube, por su parte, se continuará beneficiando. Hoy por hoy tiene una valía de 80 billones de dólares, dicho por el analista del Banco de América, Merrill Lynch. Quien también agregó que la valía total es más que la de Starbucks, eBay y Yahoo combinadas.
Como un ejecutivo de un gran sello discográfico dijo: “Youtube alardeando sobre los pagos a la industria musical es como Bernie Madoff alardeando de pagar dividendos a sus inversionistas.”
Ciertamente, la industria musical hizo más dinero a raíz de las ventas de vinilos que gracias a los servicios de streaming financiados por anuncios como YouTube durante el 2015, pero actualmente los servicios vía streaming están generando una buena suma ingresos, así que, más temprano que tarde, YouTube se verá más y más presionado por los creadores de contenido y música que aloja en su plataforma, con el fin de que una buena parte de esos ingresos sea también destinado a ellos.