El Teatro alla Scala (también conocido como La Scala) de Milán, Italia, es uno de los teatros de ópera más famosos del mundo.
La temporada del teatro suele iniciarse el 7 de diciembre, día de San Ambrosio, santo patrón de Milán. Todas las funciones deben terminar antes de la medianoche; las óperas más largas deben comenzar más temprano.
Antonio Bernocchi fue el máximo financista para la reconstrucción del Teatro alla Scala en Milán, afectado por el bombardeo de la guerra y reabierto «como estaba y donde estaba» el 11 de mayo de 1946.
Entre los más grandes directores del Teatro hay que citar figuras como Arturo Toscanini, Gianandrea Gavazzeni, Claudio Abbado, Riccardo Muti, Georges Prêtre, Giovanni Antonini y Daniel Barenboim.
Ha estado ubicado en dos edificios. Un incendio destruyó el primero, el antiguo Teatro Ducale, el 25 de febrero de 1776, después de una gala de carnaval. Los noventa dueños de los palcos del teatro le pidieron al archiduque Fernando de Austria la construcción de un nuevo teatro y otro provisional durante las obras.
El arquitecto neoclásico Giuseppe Piermarini hizo un diseño inicial que fue rechazado por el Conde Firmian, un gobernador austríaco. Un segundo plan fue aceptado por la emperatriz María Teresa I en 1776.
El nuevo teatro se construyó en el lugar que ocupaba antes la iglesia Santa Maria alla Scala, que dio su nombre al teatro. La iglesia fue desconsagrada y demolida, y en un período de dos años Pietro Marliani, Pietro Nosetti y Antonio y Giuseppe Fe completaron la construcción del nuevo edificio. Fue inaugurado el 3 de agosto de 1778, con el nombre de Nuovo Regio DucalTeatro alla Scala, con la ópera L’Europa riconosciuta de Salieri.
Como otros teatros de la época, La Scala fue también un casino.
La estructura original fue renovada en 1907, cuando se cambió al diseño actual. En 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos dañaron seriamente el teatro. Fue reconstruido y reestrenado el 11 de mayo de 1946 con un concierto memorable dirigido por Arturo Toscanini.
En La Scala se estrenaron muchas óperas famosas y mantuvo una relación muy especial con el compositor Giuseppe Verdi. Sin embargo, durante muchos años el compositor no representó allí ninguna de sus obras, dado que Verdi acusó a la orquesta de modificar su música.
Actualmente el edificio posee un museo al que se accede desde el foyer, con una extraordinaria colección de pinturas, bocetos, estatuas y otros documentos relacionados con la ópera.
El teatro fue cerrado entre el 19 de enero de 2002 y noviembre de 2004 para su restauración. En esta ocasión el proyecto fue diseñado por el arquitecto Mario Botta.
Durante ese período la compañía se trasladó al Teatro degli Arcimboldi. La restauración fue controvertida porque los que velaban por la preservación del teatro temían que se perdieran los detalles históricos.
La decisión más controvertida fue demoler toda el área posterior al escenario para crear una zona de servicio «moderna y funcional, digna de uno de los más importantes teatros del mundo», como se argumentó. En cambio, la filosofía que ha guiado la reestructuración del salón del teatro ha sido devolver a La Scala el esplendor originario y eliminar todas las modificaciones posteriores.
Se han eliminado alfombras y pinturas que ocultaban el mármol originario y, cuando ha sido posible, se han recuperado las decoraciones del siglo XVIII de algunos palchi de importancia histórica, como la barcaccia del virrey de color azul celeste.
Se considera que la compañía quedó satisfecha e impresionada con la calidad del sonido y las mejoras en la estructura. En el espacio que se ha agregado a la parte trasera del escenario se podrán guardar más escenografías. Los puestos fueron equipados con monitores donde se presenta el libreto en inglés, francés o italiano.
Para la reapertura del teatro se escogió la misma ópera que se utilizó en su apertura, L’Europa riconosciuta de Salieri.
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