La lista de músicos famosos que empezaron como músicos callejeros es bastante larga.
Podría parecer que es una cosa del pasado, y sin embargo siguen apareciendo historias de éxito constantemente.
Hoy en día, gracias a las redes sociales y a la facilidad de grabar un vídeo de bastante calidad en cualquier momento, es incluso más fácil saltar al estrellato (relativo) desde el metro, la plaza o la calle peatonal de cualquier rincón del mundo.
La música en la calle tiene un factor cultural muy importante.
En España sigue sin dársele demasiada importancia y, de hecho, ha sufrido bastantes trabas.
Existe el prejuicio de pensar que los músicos callejeros ejercen su labor como alternativa a la mendicidad, cuando la realidad es que la calle es una excelente escuela y un gran local de ensayo para cualquier artista.
No se puede generalizar ni en un sentido ni en otro; es cierto que muchos músicos callejeros malviven o sobreviven como pueden, pero también hay casos como el del dúo (Ben Bruant y Will Cashel) cuyas actuaciones en las calles de Mónaco o Marbella están llenas de lujo y anécdotas de película.
Y en medio hay un montón de talentos que sólo quieren que su música se oiga.
No en todos los lugares se acepta de la misma manera la música en la calle.
En algunos es una batalla constante, en otros está más que aceptado. La regulación de esta actividad es muy diferente ya no en distintos países sino en cada ciudad. El simple hecho de que en inglés exista una palabra específica para denominar a tocar en la calle a cambio de dinero (busking), ya es bastante significativo de la diferencia en cuanto a la importancia que se le da en cada sitio.
Hay ciudades en las que la música en la calle forma parte del propio ADN del lugar, de su encanto.
El metro de Nueva York, Covent Garden en Londres, las calles de Nashville y Nueva Orleans, o el parque de Mauerpark en Berlín, no se entenderían sin que los pudiésemos disfrutar con música en directo.
Esta cultura no sale de la nada. Ha habido mucha gente que ha luchado para que la música en la calle sea por y para todos.
Uno de los casos más conocidos es el del músico y activista Jim Page (nada que ver con el de Led Zeppelin), que pasó de enfrentarse a las autoridades de Seattle para que no estuviera prohibido tocar en la calle a ser uno de los organizadores en esa misma ciudad del Buskerfest, un famoso festival de músicos callejeros.
Page ha tocado por todo el mundo pero sigue ofreciendo actuaciones gratuitas al aire libre, lo mismo que otra de las grandes abanderadas de los músicos callejeros en la actualidad, la sudafricana afincada en Berlín Alice Phoebe Lou.
Como decíamos, son muchos los músicos que empezaron tocando en la calle y acabaron logrando el éxito.
En algunos casos la fortuna ha venido dada por la suerte, en otros por un talento que no podía pasar desapercibido, otros ha sido una cuestión de pura casualidad…
Leyendas como B.B. King, que se llamó así –Beale Street Blues Boy- por sus inicios como músico callejero, o Janis Joplin empezaron ambientando las calles de Mississippi y Austin, otro de los grandes centros de música en la calle de Estados Unidos.
Tracy Chapman, que consiguió uno de los codiciados permisos que se necesitan para actuar en Cambridge, tuvo la suerte de que uno de sus compañeros de universidad, Brian Koppelman, fuera hijo del jefe de una discográfica.
Uno de los fenómenos comerciales en el mundo de la música de los últimos tiempos, Ed Sheeran, es fruto de la tenacidad y de las horas que el joven inglés se pasó tocando en el metro de Londres.
A nivel nacional, también tenemos nuestro Sheeran particular.
Al poco de salir de la academia, uno de los “triunfitos” de la última edición de OT, Luís Cepeda, compartió un vídeo en el que se le veía tocando –muy ‘pro’, eso sí- en una plaza de la localidad alemana de Trier.
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Fuente: Youtube/Hola
En los últimos años hemos podido ver unas cuantas actuaciones “espontáneas” de músicos famosos que se unen a músicos callejeros; una forma de “volver a las raíces” y de acercarse a sus fans.
A veces, lo de tocar en la calle realmente ha sido una manera de recordar sus inicios, como en el caso de Sheeran o de Rod Stewart, quien pasó de ser deportado de España en los años 60 por “vagancia” a tocar para Sus Majestades.
Aunque normalmente es simplemente una manera de decir que todos tenemos un pasado y unos orígenes.
El rey de las actuaciones callejeras, y en su caso sí parecen bastante improvisadas, es sin duda Seal, al que podemos encontrar uniéndose a jóvenes músicos de las calles de Manchester, Montreal o Beirut.
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Fuente: Youtube
Ese “mezclarse con el pueblo llano” y ese utilizar el gran escaparate que supone la calle, sobre todo desde lo fácil que resulta grabar y subir un vídeo a YouTube, fue aprovechado durante una temporada por el presentador estadounidense Jimmy Fallon en una serie de actuaciones, en teoría, sorpresa en el metro de Nueva York. La BBC hizo algo similar en sus series “Secret busker”.
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Fuente: Youtube
Sin duda, aunque esté todo preparado, es una estrategia de marketing muy entrañable capaz de transformar a los divos en humanos.
Desde la sencillez y la cotidianidad de la calle, lo único que resalta es el talento.
Un modo de vida que el irlandés John Carney homenajea en su película Once de 2007, la cual ayudó a que Glen Hansard se convirtiese en un músico reconocido a nivel mundial. Una muestra de las pequeñas grandes historias que se esconden detrás de cada nota musical que sale de las esquinas de nuestra ciudad.
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Fuente: Youtube