A lo largo de esta serie de artículos vamos a abordar diferentes aspectos sobre la gestión de la música en la actualidad y sobre la industria musical como la música misma, la música grabada, la música en directo, festivales de música popular, comunicación entre otras cosas.
Industria Musical y Gestión Musical en la Actualidad
La Música Como Identidad
La música es la actividad artística que más puede contribuir a mostrar la diversidad cultural. Además de ser una de las formas fundamentales de la expresión humana, es la más popular y extendida de las manifestaciones culturales.
Todos la escuchamos, tenemos opiniones y gustos musicales.
La diversidad cultural y por lo tanto la musical, es una realidad que forma parte de la historia de todas las civilizaciones. En los momentos actuales nos encontramos con la paradoja de vivir en una sociedad cada vez más diversa, plural y por lo tanto mestiza, fruto de las migraciones, las concentraciones urbanas, el desarrollo de las comunicaciones, el poder de los mercados y de los cambios e intercambios que se producen cotidianamente. En paralelo, nos encontramos con una difusión cada vez más escasa de realidades y productos culturales ajenos a lo que podríamos denominar como cultura ofi cial y/o comercial.
Es complejo intentar conjugar en un mismo escenario propuestas hegemónicas con un claro interés monopolizador y otras con identidad propia de influencia local, referencias históricas de pueblos, naciones y colectivos. Apostar por propuestas plurales, diversas y minoritarias, origina tensiones de difícil solución ante una globalización social y cultural que parece acaparar en exclusiva casi todas nuestras actividades.
La música nos ha mostrado que pueblos económicamente muy desfavorecidos son muy ricos culturalmente. Gracias a ella hemos conocido rincones, lugares y realidades que nos eran totalmente ajenos. Esto nos debería hacer recapacitar sobre cómo se debería medir el nivel de riqueza de las naciones, no dejar solo la valoración a criterios económicos.
Los partidarios de la hegemonización intentan mostrar las músicas populares como algo con escaso valor cultural, atrasado, poco contemporáneo, que no deben catalogarse como cultura. Apreciaciones que se incrementan cuando las mismas tienen una base evidente de origen tradicional. Visión muy extendida en contraposición a una realidad que hace que en muchos países y lugares, música y territorio sean difíciles de disociar. La cumbia con Colombia, el son con Cuba, las rancheras con México, la samba con Brasil, el tango con Argentina, gnawa con Marruecos o flamenco con España, son algunos de los muchísimos ejemplos que se podrían mostrar. Partes de un patrimonio, de una identidad que diferencia y referencia.
Es preciso preservar las músicas propias y difundirlas. Hacerlo no debe ser ningún obstáculo para aproximarse a otras corrientes más actuales. La convergencia puede acercarlas a sectores más amplios de la población. Buen ejemplo de ello es lo que ha acaecido en los últimos años con el rap africano y el latinoamericano. Partiendo de una propuesta global, un buen número de artistas han contribuido a su renovación introduciendo elementos que les identifican con sus territorios, elaborando una música propia, con identidad. Lo mismo ocurre con fenómenos como la cumbia o el tango electrónico.
En momentos donde la globalización musical, cultural y social es la norma, las propuestas con identidad son las que probablemente tengan más posibilidades de salir adelante y desarrollarse. Garantizan la pluralidad rompiendo con la pretensión de que sólo son posibles y viables unas músicas determinadas. El carácter innovador puede convertirlas en referencias, lo que conlleva que su difusión pueda ser más sencilla.
Autor: Caravaca, Fernández, R., «La gestión de las músicas actuales», Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.