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La conexión entre el blackjack y la música popular

El blackjack no es un entretenimiento como cualquier otro. Si bien se trata de uno de los juegos que generalmente están catalogados bajo el rótulo de azar, su desarrollo está mucho más ligado a la estrategia que a la mera fortuna. En esto se distancia de manera notoria de otros juegos de casino, como las tragamonedas e incluso la ruleta.

Así pues, el blackjack puede ser entendido como un juego para apostadores avezados, para personas que gustan de poner a prueba su inteligencia y sus capacidades para el bluff. Si bien el objetivo del juego consiste en sumar 21 con las cartas, sus posibilidades son vastísimas y cada partida presenta un universo de emociones.

Con todo esto, no es extraño que este juego haya llamado la atención de muchos de los músicos contemporáneos más talentosos. La conexión es evidente: la inventiva de la música popular se refleja en la creatividad que requiere este juego. El blackjack impulsa la adrenalina, como el rock, y recrea la imaginación, como muchas de las mejores piezas musicales de nuestro tiempo. Tanta es su popularidad, que hoy en día es muy común jugar al blackjack online, como se indica en estafa.info.

El blackjack en canciones contemporáneas

La magia de este juego ha motivado a muchos artistas. La versatilidad de sus reglas, combinadas con la tensión generada por las apuestas, son material más que productivo para acelerar la inspiración.

Uno de los ejemplos más recientes y destacados puede ser el tema de Elizabeth Eden Harris, la rapera estadounidense comercialmente conocida como Cupcakke. Su hit «Blackjack», del año 2018, conjuga el vocabulario agresivo del rap con la impronta del juego de azar. De manera creativa y provocadora, Cupcakke realiza una analogía con la mayoría de edad (21 años) con las reglas del blackjack, en las que hay que sumar 21. Con esta idea, lanza versos como «Tienes que esperar hasta que crezcas, hasta que tengas 21 como en el blackjack» («Gotta wait til you grown til you get 21 like Blackjack»).

Al pensar en estos puntos de contacto, enseguida viene a la cabeza la famosa canción de Sheryl Crow, «Leaving Las Vegas»:

I’m Leaving Las Vegas

Lights so bright

Palm sweat, blackjack

Se trata de un tema de lírica narrativa, en la que una persona se va de Las Vegas, la famosa ciudad estadounidense dedicada a los juegos de azar. El blackjack se nombra explícitamente y entra en la canción como una analogía con las contingencias propias de la vida.

Por otro lado, enseguida viene a la cabeza la película del año 2008, 21 Blackjack, del director Robert Luketic. En la banda sonora se incluye un track de MGMT, el dúo formado por Andrew Van Wyngarden y Ben Goldwasser. Se trata de la canción «Time to Pretend», es decir, «tiempo de fingir», que ya desde su título nos invita a pensar en el blackjack. «We’re fated to pretend», reza uno de los versos más recordados: «estamos destinados a fingir», un lema que bien puede aplicarse a los jugadores de blackjack más probados.

Otros juegos de apuestas que inspiraron canciones

Un juego emparentado con el blackjack, aunque de otra índole, es el póker. En este juego también se debe utilizar la imaginación y la creatividad. De hecho, el azar cumple un rol apenas secundario en el devenir de la acción, pues las decisiones y la actitud de los jugadores son determinantes.

Al pensar en este juego, es imposible no remitirse al himno de Motörhead, «Ace of Spades». Es una de las canciones más conocidas del género heavy metal o hard rock, y hace referencia directa a las partidas de póker. El «as de picas», que da nombre a la canción, es la carta más valiosa del juego. También se nombran conceptos como «dead man’s hand», una mano que consiste en una doble pareja de ases y ocho picas. Tiene ese nombre porque, según la leyenda, es la mano que tenía el bandido Wild Bill Hickok cuando lo asesinaron. Lemmy Kilmister, líder y emblema de Motörhead, era un jugador habitual de póker, dados y blackjack. Hoy en día, luego de su fallecimiento, tiene su estatua en su bar de apuestas preferido, el Rainbow de Los Angeles.

Un ejemplo más recientes es la canción «Poker Face» de Lady Gaga, en la que se hace referencia a la templanza de los jugadores de póker para no dejar entrever sus emociones. La lista sigue y sigue: los mejores juegos de azar siempre serán material para inflamar la inspiración.

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