Echamos una mirada a la brecha entre las aceleradoras de musicales y los inversores de capital de riesgo en 2017. No es difícil confundirse acerca de cómo le está yendo a la tecnología musical en 2017. Por un lado, algunas superestrellas dominantes de la tecnología musical corren el riesgo de sufrir problemas monetarios, pues es difícil demostrar éxito financiero en el sector.
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Jawbone, la empresa de hardware de consumo ganadora de varios premios, que una vez fue valorada en $3.000 millones y que es conocida por sus altavoces y auriculares con bluetooth, se está quedando oficialmente fuera del negocio.
SoundCloud, que supuestamente estaba considerando una venta de $1.000 millones hace casi exactamente un año, despidió a casi un 40% de sus empleados hace unos meses, tan sólo días antes de que sus empleados celebraran el décimo aniversario de la empresa. Pandora ha presenciado facturaciones sin precedentes en la directiva ejecutiva, y pasó la mayoría de la primera mitad del 2017 intentando cerrar una venta.
Por otra parte, los servicios de streaming más grandes están llevando la delantera en el crecimiento de la industria musical, mientras que las exhibiciones y aceleradoras tecnológicas tales como SXSW Music Startup Spotlight, Midemlab Accelerator y Techstars Music están estimulando la innovación. En 2017, 54 startups musicales provenientes de casi dos docenas de ciudades alrededor del mundo, incluyendo a más de 20 desde Nueva York, Los Ángeles y Londres, participaron en estos tres programas, trayendo a colación un diverso rango de ideas, desde activaciones musicales y mensajería automatizada hasta herramientas de análisis para discográficas y artistas.
Con la excepción de Live Nation, Balderton Capital y Evolution Media, la gran mayoría de las empresas que invierten en startups musicales nunca antes habían apoyado a una compañía musical hasta ahora en 2017, basado en las inversiones mencionadas en sus páginas web, a pesar de que los equipos de tecnología musical han ofrecido el 30% del retorno de la inversión que la mayoría de los capitalistas arriesgados buscan. Usher, David Guetta, will.i.am y Nas han invertido su dinero en este asunto este año, uniéndose a los inversores similares veteranos como Justin Bieber, Beyoncé y Elton John.
“Tomamos una perspectiva a largo plazo para hacer que el ecosistema crezca, y estamos viendo a los VC invertir en el mismo tipo de compañías”, dice Bob Moczydlowsky, quien supervisa a Techstars Music y quien contó a más de 100 VC durante el “día de demos” de su grupo, esta primavera.
Pero de los casi $900 millones de las inversiones en tecnología musical durante el primer semestre del 2017, el 75% estuvo dirigido a los servicios de streaming, y el 82% se concentró en las mejores cuatro empresas, según un análisis de la información de inversiones durante la primera mitad del año, que se encontraba disponible para el público. Ahí permanece una desconexión rigurosa entre las causas hacia las cuales los aceleradores musicales ofrecen principalmente su asesoría (hardware, realidad virtual, chatbots, herramientas para discográficas) y los problemas en los cuales las compañías de VC se están enfocando (streaming, redes sociales, marcas), sofocando potencialmente a la innovación en una industria musical más amplia.
En lo que va de este año, los aceleradores musicales le han dado una plataforma y varios recursos a una variedad de sectores que han sido ignorados por el mundo de los VC, tal y como se muestra a continuación:
Los servicios de streaming sólo representan casi el 4% mientras que la mensajería automatizada y la música generada por inteligencia artificial, categorías que nadie hubiese pensado que serían vistas en los aceleradores musicales incluso hace cinco años, ahora representan un total del 15%. Este crecimiento en las nuevas categorías refleja una mayor inversión tecnológica y tendencias de contratación. Los grandes sellos discográficos están siendo optimistas con respecto a los asistentes digitales virtuales (VDAs), los cuales incluyen chatbots y dispositivos activados con la voz tales como Alexa, de Amazon. Spotify acaba de cazar a François Pachet, el Director del Laboratorio de Computación de Sony en París, quien ayudó a entrenar a un dispositivo de inteligencia artificial para componer una canción con un estilo de The Beatles, para ayudar a los creadores a desarrollar herramientas para el servicio de streaming.
Sí, este enfoque equitativo presente en los grandes problemas parece que no se traduce a un mayor panorama de inversión, en el cual los servicios de streaming han acumulado más del 75% de las inversiones dirigidas a la tecnología musical. Las plataformas de redes sociales, soluciones relacionadas con la administración de catálogos y las iniciativas de marcas musicales quedaron en el segundo, tercer y cuarto lugar, respectivamente, mientras que otros sectores combinados tan sólo representaron el 2.2% de las inversiones.
Esta distribución se asemeja a la de 2016, durante la cual los primeros tres lugares también fueron ocupados por empresas de streaming ($1.000 millones para Spotify, $109 millones para Deezer y $70 millones para SoundCloud). Actualmente, muchos VCs y compañías orientadas hacia los consumidores simplemente consideran que el streaming es el modelo más seguro disponible en la música y en el entretenimiento, un modelo sin el cual no podría sobrevivir la industria musical. Esto contrasta con otras empresas tales como las de bienes raíces, en las cuales los inversores son casi el doble de confiados como lo son los emprendedores con respecto al mercado. Pero sectores como el de la asistencia médica comparten la misma preocupación que la música.
Tomando en cuenta que el enorme cheque que reciben los servicios de streaming distorsiona el panorama general de inversión, una decaída en el número de rondas, en vez del número de dólares, ofrece un panorama ligeramente más equitativo.
En este esquema modificado, las soluciones de management de catálogos tomó la delantera, con compañías como Kobalt Music, Stem y Dubset aumentando las rondas en un 25%. De forma interesante, la administración de catálogos, plataformas sociales de música y la música en vivo son los únicos sectores que funcionan relativamente bien para la membresía de aceleradores y para el número total de rondas recaudadas.
En contraste con esto, las empresas arriesgadas, futuristas e intensamente tecnológicas tales como las empresas de hardware y de VR, son populares entre los aceleradores y las audiencias de conferencias, pero se encuentran bajo índice para las inversiones generales de VC. A pesar del hecho de que el hardware musical posee la segunda más grande presencia entre los aceleradores, el sector recaudó menos del 10% de tecnología musical durante el presente año (Mogees, la empresa establecida en el Reino Unido y Soundbrenner, establecida en Hong Kong recaudaron un total de $2.6 millones en Enero y Mayo, respectivamente). De forma similar, mientras que las empresas desde Live Nation y Universal Music Group hasta Citi y Microsoft han anunciado ciertos movimientos estratégicos con respecto a los VR de la música durante los últimos seis meses, las inversiones de VC en el espacio todavía son relativamente suaves, siendo MelodyVR la única startup musical por recaudar dinero hasta la fecha en 2017.
Es aún más notable cómo los artistas y las herramientas de discográficas tales como las plataformas de búsqueda de influencias como Instrumental, o herramientas de listas de reproducción y de monitorazción de listados como Soundcharts, no han recaudado ninguna ronda, a pesar de la atención inigualable dedicada por parte de los aceleradores. Tal vez, el mercado para estas herramientas todavía no es lo suficientemente grande para atraer a inversionistas tradicionales.
Ahí permanece un obstáculo más arraigado y cultural: mientras que algunas celebridades musicales invierten regularmente en startups musicales, muy pocas empresas de VC están dirigidas por personas con experiencia en la industria de la música, así que tienen mayores probabilidades de no tener conocimientos sobre los puntos críticos de aquellos que trabajan entre bastidores. Algunas empresas como Plus Eight Equity Partners, fruto del sello de baile del veterano dj Richi Hawtin, están dedicadas a reducir la brecha ideológica y motivacional, pero estas empresas son muy pocas y están muy alejadas.
Este análisis no toma en consideración el número creciente de startups musicales como 8tracks y Chew, que están experimentando con la financiación colectiva para atraer una mayor audiencia de inversores más entusiastas y menos convencionales. Sin embargo, la combinación de una gran distancia entre el conocimiento de la industria musical y la inclinación por la seguridad y conveniencia con respecto al capital de riesgo significa que el camino desde el acelerador a la inversión sigue siendo confuso para algunas de las strtups musicales más progresistas que están más urgentemente necesitadas.