La idea de tocar en un espectáculo plagado de errores, problemas de sonido y delante, además, de una multitud que no está lo suficientemente comprometida es algo que como músico o artista, si te lo has planteado, puede no dejarte conciliar el sueño.
Y no te culpo, después de gastar, quién sabe cuánto tiempo, dinero y sacrificio personal escribiendo y creando buena música, es normal sentir mucha presión para ofrecer un espectáculo en vivo impecable cada vez que subes al escenario.
Pero, este es el problema: las cosas van mal en los shows en vivo con mucha frecuencia, y las complicaciones que experimentarás con mayor probabilidad, no siempre son predecibles o prevenibles y de alguna manera son «cosas del directo».
Especialmente, cuando estás en la calle tocando noche tras noche, con diferentes sonidos, en diferentes salas, con diferentes músicos de apoyo, y diferentes oyentes, es todo un milagro que incluso podamos tener un buen rendimiento.
Y tranquil@, esto no es algo exclusivamente de artistas emergentes…
A continuación, algunas maneras de superar aquellos shows donde parece que nada va en la dirección correcta.
Se lo más flexible posible acerca de los cambios de último minuto en el show
Si eres el tipo de músico cuyo mundo se desmorona cuando a último minuto, cambias la hora programada, o cuando te fuerzan a usar amplificadores de apoyo y kits de batería distintos a los tuyos, con poco tiempo de antelación, entonces podrías necesitar reevaluar tus expectativas.
A menos que estés tocando en un festival perfectamente organizado, es probable que los tiempos establecidos se muevan un poco para satisfacer las necesidades de todos. Ciertamente ésto no debería suceder, pero sucede. Había otro evento que acapara la atención previa al show, el local en cuestión no ha «educado» en la puntualidad a los asistente, imprevisto logísticos…
En cualquier casolos lugares tienden a operar en diversos grados de profesionalidad.
Si estás es una banda independiente que se embarca en una gira de un mes, debes esperar que aparezcan problemas en forma de cambios e inconvenientes de último minuto.
Pero, aunque esos cambios son un gran dolor de cabeza, generalmente son inevitables.
En lugar de luchar contra ellos o dejar que te molesten y distraigan a lo largo de tu actuación, toca lo mejor que puedas y trata de minimizar cualquier otra variable.
Especialmente, desde el punto de vista de la audiencia, si los fans te ven constantemente cambiando la configuración de tu amplificador y mostrando tu incomodidad, esto también los incomodará a ellos.
Trata de ser flexible, estar bien preparado y siempre estar atento a cambios de último minuto que no destruyan tu presentación.
Mantén expectativas realistas
Los problemas menores tienen el poder de arruinar tus presentaciones si tus expectativas no son realistas.
La dedicación, la ambición y la búsqueda de la perfección son todas cualidades importantes, quizás cualidades esenciales de cualquier músico exitoso.
Debes tener grandes expectativas para ti y tus objetivos musicales.
Pero, establecer expectativas irrealmente altas sobre cómo deberían ser algunos conciertos, es un camino seguro hacia la decepción. No todos los conciertos son en el Madison Square Garden o el O2.
Estar preparado, ser talentoso y afortunado, no es suficiente para evitar que te ocurran problemas durante una presentación.
Tienes que poner mucho de tu parte para asegurarte de que cada una de tus presentaciones va a ser genial solo con tus esfuerzos.
En este punto es donde interviene nuestro consejo de simplemente probar e intentar pasar un buen rato.
Estás en el escenario tocando con tus amigos, al menos, puedes pasar un buen rato haciéndolo…
La clave aquí es prepararte tanto como sea posible para tu presentación en vivo, recordando pasar un buen rato y rodar con los golpes, ten aseguramos que vendrán grandes cosas con ese cambio de actitud.
Be water my friend!
Recuerda por qué tocas y enfócate en tu público
Cuando una presentación en vivo realmente se está desmoronando, una de las mejores formas de hacerte inmune a la desesperación es recordarte por qué te encanta tocar música.
Esto puede sonar un poco como autoayuda barata para algunos, pero si estás en medio de un escenario que no funciona bien y aún te quedan cinco canciones por tocar, podría ser lo único que salve tu presentación.
Recuerda, el público solo tiende a recordar las primeras y las últimas canciones de su conjunto, así que trate de salir con una explosión y dejar una impresión duradera.
Podrías pensar que tu show está yendo horriblemente, pero ¿qué piensa el público?
Después de todo, las presentaciones en vivo son para los oyentes, no para ti.
Puedes y debes examinar y abordar los problemas que ocurren en tus conciertos, pero eso debería ocurrir mucho después de que hayas salido del escenario.
Mientras estás ahí, tu prioridad debe ser tu público.
Enfocarte en la experiencia de tu audiencia y simplemente pasártelo en grande pase lo que pase, son dos de los mejores consejos para superar incluso los peores espectáculos.
Tocar en vivo nunca es perfecto, siempre hay riesgos, pero los músicos tenemos que tomar esos riesgos por el bien de nuestra profesión, para hacer lo que amamos.