Trabajar en la industria de la música no es para aquellos que no soportan la presión, pero es el único sitio donde mucha gente quiere estar.
Todos los que formamos parte de la industria musical somos conscientes de la progresiva convergencia de la tecnología en prácticamente todos los eslabones de la cadena de valor.
La gestión de la creciente data y de los servicios requeridos para que publicistas, artistas y compositores puedan obtener sus pagos de una forma exacta, eficiente y completa, es un desafío.
La velocidad en la que cambia la industria, en conjunto con el creciente volumen de música nueva dentro del mercado, ha producido un crecimiento exponencial en ciertos subsectores de la industria.
A continuación se traen a colación 3 aspectos que se consideran claves para llevar al próximo nivel la gestión de derechos.
Experiencia
La historia nos ha enseñado que cuando los hábitos del consumidor cambian, toda la industria evoluciona.
Como industria, se ha aprendido muchísimo estando al frente de esta evolución durante casi un siglo construyendo las redes, los procesos y las relaciones con publicistas y distribuidores para calcular, recolectar y pagar las regalías.
Muchas tecnologías que se creían que iban a ser destructivas han tenido un impacto positivo a largo plazo en la industria de la música. Los avances que anteriormente se veían con escepticismo ahora son la base de toda una nueva forma de hacer negocios. Haber estado en la base durante tiempo, construir una red global coordinada de licenciamiento de música y de distribución de regalías permite a los gestores y compañías encontrarse en una posición única para liderar y/o acompañar esta nueva e inminente transición.
Infraestructura
Es imprescindible mejorar e invertir en infraestructura de tecnología ubicada en la nube. Esto permite continuar proveyendo un servicio de alta calidad basado en la base de datos más poderosa para emparejamientos en todo el mundo.
Asimismo actualizar distintas aplicaciones dentro de plataformas de servicio al cliente, enfocada en el rastreo y distribución de regalías se erigen como activos clave en los procesos intervinientes.
Las inversiones en la tecnología transformativa, y los nuevos acuerdos de estructuras, son críticos para el futuro de la gestión de los derechos mecánicos, y esto es lo que permitirá a los gestores continuar adelante.
Estar comprometidos con la inversión en herramientas que permitan alcanzar de una manera más rápida el futuro, y provean valor para los compositores y editoriales de formas que anteriormente eran imposibles no es ninguna utopía.
Todo esto ayuda a licenciar más música y pagar más a los creadores, con una transparencia incrementada y una mayor eficacia.
Innovar y crear nuevas oportunidades
En un mundo de disrupciones constantes, las compañías con grandes huellas, conexiones confiables, y mucha experiencia, no suelen pasar suficiente tiempo impulsándose a sí mismas.
Las innovaciones de la última década han guiado el desarrollo a medida que se superaban suposiciones de un lado se construyen nuevos negocios que respalden el crecimiento de la gestión de derechos mecánicos a nivel global de otro.
Caso de Estudio: Harry Fox Agency
Desde la agencia, se creado la administración de Rumblefish y los servicios de identificación de contenido de UGC, basado en la necesidad del mercado de ayudar a un amplio rango de negocios con los licenciamientos y administraciones. Actualmente trabajan con cerca de 50 clientes.
Igualmente, están generando la evolución y coordinación del licenciamiento de música a nivel global, y de la generación de regalías, a través de servicios de datos más amplios.
Estos incluyen servicios como Mint Digital Servicies, una empresa conjunta entre SESAC y SUISA, una sociedad de cobro Suiza. Mint es la primera colaboración transatlántica entre organizaciones que representan trabajos musicales en nombre de editoriales y compositores, única en el mercado dado a que abarca tanto las leyes de Copyright de Estados Unidos, como las leyes de Copyright de Europa.
Desde la agencia invitan a tener todo esto y usarlo para pagar más regalías a una nueva generación de compositores y editores.
El Futuro es hoy.
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