- Nuestra colaboradora Gema Vau nos acerca un fantástico e inspirador artículo del Doctor Noa Kageyama sobre estrategias para mejorar el rendimiento de tu memoria bajo presión.
Cómo empezó todo
Recibí clases de piano durante varios años cuando era un chaval. Pero no llegué muy lejos porque tuve un enfoque bastante peculiar al aprender.
Debido a mi resistencia y terquedad a renunciar a la existencia de otras claves, jamás me molesté en aprender la clave de fa. Cada vez que conseguía una pieza nueva, memorizaba primero la parte de la mano izquierda. Y luego tocaba la música mientras miraba solo la clave de sol.
Un poco ridículo en retrospectiva, pero, de nuevo, yo era un chaval bastante terco.
Y aparentemente, de tal palo tal astilla porque cuando mi hija estaba recibiendo a su vez clases de piano, ella también tuvo su propio enfoque también.
A diferencia de mí, ella sí estaba dispuesta a aprender ambas claves. Pero el giro del guion consistió en que ella se negaba a mirar la partitura. Así que simplemente buscaba la combinación correcta de teclas a tocar, hasta que sonaban bien.
Si puedes imaginarte dándole a un escritor novato en mecanografía un teclado de pc en blanco sin las letras en él (¿no sería increíble?) te puedes hacer una idea bastante buena de lo que experimentábamos en casa días tras día.
No hace falta que mencione que esto enloqueció a mi esposa (pianista). La escuchaba a menudo gritar “¡¡MIRA LA PARTITURA!!” desde varias habitaciones del apartamento.
Pero luego encontré un estudio sobre memoria que me hizo preguntarme si nuestra pequeña realmente habría descubierto algo. ¿Podría alguna versión de esta estrategia de práctica tener beneficios reales cuando se trata de tocar de manera más segura desde la memoria? ¿Y bajo presión en particular?
Estrés y Memoria
Existe una literatura bastante sólida que habla de cómo el estrés y la ansiedad interrumpen los procesos de la memoria. Ya sea que se trate de un examen de matemáticas estresante, hablar en público o ante una audiencia o realizar una actuación, somos propensos a deslices en la memoria cuando surge el elemento de la presión.
Pero ¿estos problemas de memoria bajo presión son realmente inevitables? ¿O quizá podría haber una forma de fortalecer la memoria y hacerla más resistente al estés?
Un equipo de investigadores (Smith et al., 2016) se dieron cuenta de que la mayoría de los estudios en esta área no se han enfocado nunca en las estrategias de memorización que los participantes utilizaban, así que comenzaron un estudio para indagar un poco más en esto.
2 Estrategias de Memorización
Los investigadores reclutaron 120 participantes, y los asignaron aleatoriamente a un grupo de dos bien diferentes: un grupo de estudio y otro de práctica de recuperación.
30 Nombres
A cada uno de los participantes se le presentaba una lista de 30 nombres para memorizar.
Después de eso, el grupo de estudio, re-estudiaron los 30 nombres.
Mientras, el grupo de práctica de recuperación pasó directamente a las pruebas prácticas. Sin más estudio o revisión, intentaron recordar tantos elementos como pudieron de la presentación inicial.
30 Fotos
Lo siguiente fue una colección de 30 fotos para memorizar.
Una vez más, el grupo de estudio tuvo tiempo de volver a estudiar las 30 fotos.
El grupo de recuperación volvió a saltar directamente a una prueba práctica en la que se les pidió que recordaran tantas fotos como pudieran.
Nombres y fotos combinados
Luego el grupo de estudio tuvo la oportunidad de revisar los 30 nombres y las 30 fotos originales combinados.
Mientras tanto, el grupo de recuperación intentó recordar tantos de los 30 nombres y 30 fotos como pudieron de la presentación original, sin oportunidad sin oportunidad de revisión.
Una breve distracción, y una última sesión de estudio/práctica
Finalmente, después de una breve tarea de distracción, el grupo de estudio revisó los 60 elementos por última vez, mientras que el grupo de recuperación trató una vez más de recordar los elementos como pudo.¿Y estos dos enfoques de estudio condujeron a alguna diferencia en el rendimiento de la memoria?
Resumen rápido
Antes de echar un vistazo a los resultados, hagamos un resumen rápido.
En total, el grupo de estudio tuvo tres oportunidades para estudiar o revisar el material.
El grupo de recuperación, por otro lado, no tuvo sesiones de estudio tradicionales.
Recibieron una sola presentación de sustantivos y fotos, y sin más oportunidad de revisar el material, se evaluó su capacidad de memorizar desde la presentación original de palabras y fotografías al principio del todo.
Sobre el papel, esa es una ventaja flagrante del tiempo de estudio de un grupo al otro. Pero ¿cuánto importaría finalmente esto cuando se probara 24 horas después?
Prueba de memoria bajo estrés
Cuando los participantes regresaron al laboratorio para la prueba, se les pidió a la mitad de ellos (30 del grupo de estudio y 30 del de recuperación) que dieran un discurso y resolvieran problemas matemáticos frente a 2 jueces y 3 compañeros, para ponerlos un poco nerviosos y aumentar sus niveles de estrés.
A los cinco minutos de esta tarea estresante, se les pidió que recordaran los nombres o las fotos que aprendieron el día anterior.
Y veinte minutos más tarde, que es cuando la hormona del estrés (el cortisol) alcanzó su punto máximo, se les pidió que recordaran el otro conjunto de elementos que aprendieron el día anterior (es decir, las fotos en el caso de los que habían elegido los nombres, y viceversa).
Prueba de memoria sin estrés
A los otros 60 participantes también se les pidió que recordaran los nombres y las fotos que aprendieron el día anterior, pero lo hicieron a los 5 y 25 minutos de completar una tarea totalmente relajante y tranquila.
Resultados
Como podrás imaginar, el estrés tuvo un efecto NEGATIVO en la memoria, pero sólo para aquellos que estudiaron de manera tradicional.
Cuando estaban estresados, al grupo de estudio le fue peor en la prueba de memoria. A pesar de todo su tiempo de estudio, sólo pudieron recordar 7 elementos cuando estaban estresados, en comparación con 8,7 elementos cuando no lo estaban.
PERO (y aquí es donde viene la bomba) los participantes que realizaron la práctica de recuperación no parecían verse afectados por el estrés. Cuando fueron evaludaos durante la tarea estresante, pudieron recordar un promedio de 11,1 elementos.
Lo cual era esencialmente indistinguible del rendimiento de recuperación de sus compañeros practicantes de recuperación cuando no estaban estresados (10,3 elementos recordados de media).
Espera que aún hay más…
Ser capaz de fortalecer la memoria bajo presión es genial, pero ¿notaste cómo la puntuación de memoria del grupo de práctica de recuperación cuando estaba estresado (11,1) fue mejor que la puntuación del grupo de estudio cuando no estaba estresado (8,7)?
Es como si la práctica de recuperación permitiera a los participantes desempeñarse mejor (en el peor de los casos) que el estudio regular permitía a los participantes (en el mejor de los casos.)
¿Por qué no fue más útil estudiar?
Los autores citan una convergencia de investigaciones, desde la neurociencia hasta la teoría cognitiva, y señalan que la práctica de recuperación parece fortalecer la memoria de manera más efectiva que el estudio tradicional, ya que crea múltiples vías para la recuperación.
Algo así como si Hansel y Gretel hubieran dejado no solo un simple rastro de migas de pan, sino también un rastro de guijarros. Y también una cuerda atada a un árbol a la entrada del bosque. Y también llevaban sus respectivos móviles con el GPS encendido.
La idea es que más intentos de recuperación dan como resultado un mayor número de formas distintas de acceso a la misma información.
Práctica de recuperación para músicos
¿Y cómo sería la práctica de recuperación para un músico?
Cuando yo era niño, nunca pensé en memorizar una pieza hasta que la aprendía por completo. Ví la memorización, como una tarea en la que te involucras durante la etapa posterior de “pulir” la pieza, cuando la estabas preparando ya para la interpretación quizá delante de otros.
Pero ¿cómo podrían cambiar las cosas si viéramos la memorización como una parte integral del aprendizaje de una pieza desde el día uno y no como un complemento al final del proceso de aprendizaje?
Algunos músicos y pedagogos ya abordan el aprendizaje de esta manera. Pasan la primera semana o dos, semi-memorizando nuevas piezas de una manera básica. Para que puedan tocarlo de memoria, aunque sea de manera imperfecta y vacilante, desde una etapa muy temprana.
Un estudio de 2007 (Chaffin), por ejemplo, rastreó la práctica de una concertista de piano mientras aprendía Clair de Lune (Claro de Luna) de Debussy, y descubrió que hizo un esfuerzo deliberado para enfatizar la memoria desde el principio, incluso si eso significaba hacerse un pequeño lío al comienzo, y tener que parar, pausar, pensar y empezar de nuevo.
Ya sea semi-memorizando una pieza completa o simplemente haciendo diminutos intentos diarios de recordar incluso una sola frase o dos, integrar algún componente de la memoria en la práctica diaria tiene mucho sentido.
Después de todo, a pesar de lo desorientador de escuchar la práctica de mi hija, ahora que lo pienso, ¡nunca pareció tener problemas de memoria en el escenario!
Publicado originalmente el 18 Dic 2016, revisado y actualizado el 23 Oct 2022.
- Autor: Doctor Noa Kageyama
- Traducción: Gema Vau
Referencias:
Chaffin, R. (2007, April 1). Learning Clair de Lune: Retrieval Practice and Expert Memorization. Music Perception, 24(4), 377–393. https://doi.org/10.1525/mp.2007.24.4.377
Smith, A. M., Floerke, V. A., & Thomas, A. K. (2016, November 25). Retrieval practice protects memory against acute stress. Science, 354(6315), 1046–1048. https://doi.org/10.1126/science.aah5067