La música en directo, y la cultura en general, es uno de los sectores más afectados por la pandemia, pues aunque se insista en que la cultura es segura, existen muchos formatos que no se pueden celebrar porque su esencia es la acumulación masiva de espectadores.
En ese grupo encontramos a los festivales de música, que sí o sí deberán reinventarse cuando toda esta pesadilla acabe. Teatros, entregas de premios, cines, conciertos al aire libre con aforo reducido… todas esas opciones pueden ir sorteando, incluyendo en este término importantes pérdidas económicas, la crisis del coronavirus, pero los festivales están todos paralizados, pues es absolutamente inviable evitar la propagación del Covid en esos escenarios.
Pérdidas millonarias y decenas de miles de empleos en juego
Más de 1.200 millones de euros de pérdidas es lo que pronosticaba la federación nacional “Es Música” el pasado octubre el periodo de un año de pandemia, entre marzo de 2020 y febrero de 2021. Esta federación agrupa a las principales asociaciones y agentes de la industria musical española.
El sector cultural, y en concreto el de la música, ha recibido ayudas importantes por parte del Estado y las administraciones autonómicas, pero las ayudas tienen fecha de caducidad, y lo que ansían en la industria es que el proceso de vacunación avance lo más rápido posible para volver cuanto antes a la normalidad, ya sea para pisar grandes escenarios o para ofrecer conciertos más íntimos, pero sin tantas medidas de seguridad.
El caso de los festivales es sangrante, porque hasta 2020 se había vivido un auténtico boom en este formato. Prácticamente todas las ciudades contaban con festivales con mucha audiencia y la sola celebración de estos eventos atraída a miles de personas, lo que implica un impulso a su economía. Pongamos como ejemplo el BBK en Bilbao, el MadCool en Madrid o los conocidos ViñaRock y el FIB.
En 2020, una de las pocas bombonas de oxígeno que les ha quedado a los músicos es el streaming, pues las restricciones de movilidad han impulsado que se consuma más música en casa.
La música, un sector que va más allá de los músicos
Pero la música, y la cultura, son industrias que mueven mucho empleo y de la que viven no solo los músicos, sino también miles de profesionales. El caso de los festivales es nuevamente muy ejemplar, pues los grandes grupos son el principal atractivo del evento, pero para que este se produzca son necesarios montadores de sonido, operarios de iluminación, personal logístico, de ticketing, seguridad, representantes y managers, trabajadores de marketing y redes sociales… y así un largo etcétera.
En este sentido, la plataforma Alerta Roja, que agrupa a infinidad de profesionales del mundo de los eventos y los espectáculos, lleva meses trabajando y alzando la voz para encontrar soluciones a la situación de precariedad en el sector, que se prolonga más allá de esta crisis del coronavirus.
¿Cómo serán los festivales cuando termina la pandemia?
Todas estas dudas nos hacen preguntarnos cómo serán los festivales en esta nueva era posCovid. A pesar de que era un formato altamente exitoso y que seguía en auge, es cierto que ya comenzaba a mostrar signos de agotamiento.
La proliferación de estos eventos masivos estaba llevando a carteles menos potentes y a la demanda por parte de los espectadores de más medidas de seguridad y confort. Es ahí donde trabajan muchos festivales, en proponer espacios VIPs más amplios, en mejorar las condiciones de los lugares donde se celebran los eventos y en ofrecer espacios de disfrute de la música más agradables visualmente y desde el ámbito auditivo.
En este escenario, nunca mejor dicho, aparece con fuerza la tecnología Led, la ledvolution, una revolución que tiene como gran protagonismo a este tipo de iluminación. Basta ver los numerosos vídeos de Tomorrowland, donde el poder de la iluminación tiene casi tanta influencia en el festival como las propias sesiones de los DJ.
Con iluminación Led en los festivales todo el mundo obtiene beneficios, pues se trata de una fuente lumínica muy eficiente, que consume poca energía, lo que permite dedicar los mismos recursos a iluminación pero tener mejor iluminado el espacio, y también ganan los propios asistentes a estos eventos, que disfrutan de espectáculos completos, con la música de sus artistas, espacios cómodos e iluminación de calidad.