Durante un concierto en vivo, la relación entre el artista y el público va más allá de la dupla intérprete y espectador.
Física y emocionalmente, hay poca separación entre ambas partes y una gran cantidad de interacción directa, tanto explícita como subliminal.
La seguridad en ti mism@ es esencial y, como con tantas cosas en la vida, la confianza es la clave.
Si una banda parece estar disfrutando de tu música y proyectas una sensación de confianza convencerás a la multitud tanto como con tu música.
Por el contrario, las bandas que parecen tímidas harán que la gente se sienta incómoda, y esa emoción negativa se asocia con su música.
Si no tienes confianza ilimitada natural que inunde la sala de conciertos cada vez que entras en ella, es hora de poner en práctica estos trucos para enganchar al público.
1. Técnica del Espejo (haz algo, y ellos lo repetirán)
Cuando subes al escenario en un concierto, es importante darte cuenta de que le gustas a la multitud.
Señales físicas para expresar tu apoyo es la forma ideal de romper el hielo; todo lo que se necesita es un pequeño reflejo físico.
El primer y más sorprendente ejemplo de esto que se produce entre el artista y el público, comienza antes del inicio del concierto.
Todos hemos estado en el público y hemos visto artistas que nos aplauden cuando llegan al escenario. Y hemos aplaudido de nuevo a las personas por las que pagamos para ver.
Camina hacia el escenario, acércate al borde, extiende tu energía a la sala y aplaude hacia las caras que te miran.
Mira la respuesta reflejada que causas, incluso en un lugar pequeño. Durante el repertorio, y al final de tus canciones, aplaude a la audiencia y míralos mientras devuelven el gesto.
2. Ilusión de Contacto Visual Directo
Establecer contacto visual con los miembros del público y proyectar tu energía desde el escenario es una forma clásica de atraer a los presentes en el concierto.
Pero, si estás atormentado por los nervios y tratando desesperadamente de recordar los acordes en medio de tu nueva canción, agregar los ojos inquisidores de una multitud extraña puede distraerte y mermar la confianza en ti mismo.
Para mantener el contacto visual y mostrar confianza en los interrogatorios con la policía, los criminales duros miran a los ojos, o en las cejas, a sus entrevistadores.
Copiemos a los que saben…
Para mantener esa energía fluyendo hacia afuera, elige un lugar de la pared en la parte posterior del lugar, justo por encima de las cabezas de la audiencia, y fija la vista allí.
A medida que acumulas confianza, cambia a las frentes y las cejas de la audiencia. Es el truco ideal para crear la ilusión y cosechar los beneficios del contacto visual.
3. Apréndete la Letra (Aunque no cantes)
Para los miembros de la banda, aprender las letras de todas sus canciones es una táctica que rinde dividendos en múltiples niveles.
No solo es una buena práctica conocer las partes que les corresponden a los demás miembros de tu banda y los significados detrás de las canciones, sino que al cantarlas en el escenario, también garantizas una forma de mejorar tu propia presentación.
Y al agregar esa faceta extra, te estás presentando a la audiencia con la aprobación tácita de la calidad de las letras.
La gente escucha música y disfruta de los conciertos a su manera, tanto con sus ojos como con sus oídos. Si parece que estás disfrutando y estás inspirado por las letras de tu vocalista, y proyectas esa sensación, es una señal tranquilizadora y contagiosa de que el público debe disfrutar de ellas e inspirarse también. Y si eres el cantante… ¡más te vale sabértela!
4. Comentarios entre Canciones
Una audiencia se siente atraída por una presentación que se siente natural, y la creación de ese ambiente se establece tanto durante las canciones, como entre estas.
La repetición de frases y temas traiciona los nervios y rompe esa atmósfera en contra de la confianza que intentas crear y atenta contra una deseable sensación de autenticidad de un concierto. Por el contrario, recitar un guion sonará plástico, falto de autenticidad.
Vale la pena tener una lista de frases para decir entre canciones. Puedes tener una lista que incluya frases como “gracias a la banda anterior”, apuntes sobre la última canción tocada, o la que está a punto de ser tocada, o incluso menciones a tus redes sociales y/o página web serán muy valiosos.
Esto no solo evitará que te vuelvas repetitivo, sino que proporcionará una gran red de seguridad para disipar cualquier duda sobre lo que has dicho y lo que no.
A medida que te acostumbras a las listas, puedes dejar solo una palabra, para acordarte sobre lo que quieres decir, asegurándote de que el discurso suena espontáneo, pero que se adhiere a una estructura compacta y coherente.
5. Comparte la Historia, no la Cuentes
Este pequeño truco surge de que las personas se conectan más íntimamente con el tema de una canción cuando la compartes con ellos.
Al presentar tus canciones a un público, crearás esta conexión preguntando a la multitud sobre lo que ha experimentado, en lugar de decirles lo que has experimentado.
Sin embargo, antes de comenzar diciendo: «escribí esta canción sobre mi antiguo compañero, que solía tomarse un tiempo largo para prepararse…», pregunta al público: «¿Alguien ha tenido alguna vez un ex compañero que haya tardado mucho tiempo para estar listo?» Involucra a la multitud al comenzar tus narraciones con «¿Alguna vez?» en lugar de, «Un día yo…».
Pon un signo de interrogación en tus declaraciones, y compartirás tus experiencias antes de que comience la canción.
Esa invitación a la participación, ese reconocimiento del otro, esa ilusión de proximidad hará que el público conecte con las experiencias, vivencias y emociones que evoca la canción de una forma mucho más profunda.
6. Gestiona la Atención entre los Eespectadores
Usar esta técnica con gran precaución y usarla solo una vez que se hayan dominado todos los otros trucos ya nombrados.
Todos tenemos nuestra visión del concierto perfecto: la multitud bailando, comprometida y disfrutando al máximo al frente del escenario.
Pero, en realidad, con más frecuencia te encontrarás tocando tu set frente a grupos de amigos dispersos, en rincones remotos de la sala, y con gran parte de la pista de baile fría y desolada.
Este truco funciona para dar un poco de energía a la audiencia, de modo que la calidez del entusiasmo se abra paso por la sala. Pero, al igual que al iniciar un incendio, condensar toda tu energía en un solo lugar apagará el fuego.
Empieza por recompensar a las personas que están reaccionando positivamente, expresándolo en un descanso entre canciones, diciendo cuánta energía transmiten, qué bonita ropa y cuánto los aprecias. Gana su confianza y respalda su entusiasmo – y acércate – al resto de la audiencia.
Cuando comiences la siguiente canción, inclínate hacia ellos. Observa como corresponden y esparcen su energía hacia el escenario, luego dirígete para el otro lado del escenario.
Presta atención al resto de la sala y deja que su presencia avance hacia la pista de baile.
Regresa más tarde en la canción, brindándoles más atención, cantando o aplaudiendo para llevarlos más lejos… solo para abandonarlos cruelmente una vez más, volviendo tu atención a las personas del otro lado que estarán, ahora, empezándose a interesar más y a corresponder a tu música.
A través del resto de la canción, fluctúa tu atención hacia adelante y hacia atrás entre los grupos, jaleándolos, dejándolos ir, extendiendo tu calor por la habitación. En poco tiempo, arderán en el centro de la pista de baile.